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Seis claves para entender el ascenso de Franco

Guerra Civil

Francisco Franco no fue el escogido para liderar el bando nacional. Sin embargo, pasó de general a generalísimo en muy poco tiempo

El general Franco con capote de invierno

Biblioteca Virtual de Defensa

El general Francisco Franco Bahamonde (Ferrol, 1892-Madrid, 1975) no tuvo inicialmente un protagonismo destacado en la conjura de julio de 1936 ni tampoco estaba previsto que asumiera su liderazgo político y militar cuando la insurrección devino en guerra civil. Y, sin embargo, en poco más de dos meses, el 1 de octubre de 1936, Franco se convirtió en el líder indiscutible de los sublevados, al ser designado por sus compañeros de armas “Generalísimo de los Ejércitos” y “Jefe del Estado”.

Inicialmente, el jefe supremo reconocido por los conjurados era el general José Sanjurjo, héroe de las campañas marroquíes. Su muerte, en un accidente aéreo cuando trataba de regresar de su exilio portugués, dejó sin cabeza la rebelión. Esto fue aprovechado por Franco para instaurar una dictadura militar de carácter personal.

Estas fueron son las seis claves del ascenso meteórico de Franco:

Éxitos militares

Franco afianzó su condición de jefe del Ejército de África y empezó a convertirse en la cabeza de la sublevación, gracias a sus incontestables éxitos militares. Como el traslado por vía aérea de sus tropas hasta Cádiz y Sevilla, desde donde iniciaron un avance fulgurante por Extremadura para conectar con la zona central.

Apoyo extranjero

Mussolini y Hitler, que prestaban un inestimable apoyo militar y financiero a los rebeldes, habían apostado por Franco como su interlocutor en España.

El papel de la propaganda

El día 28 de septiembre, Franco anunciaba la liberación del Alcázar de Toledo, asediado desde el inicio de la insurrección.

Factor suerte

No cabía duda de que los títulos de Franco para asumir el cargo eran superiores a los de sus potenciales rivales. Por esa asombrosa suerte que Franco tomaba por muestra de favor de la Divina Providencia, habían desaparecido los políticos (Calvo Sotelo y Primo de Rivera) y generales (Sanjurjo y Goded) que hubieran podido disputarle la preeminencia. A los restantes mandos los superaba por antigüedad y jerarquía (Mola), por triunfos militares (Queipo y Cabanellas) y por conexiones políticas internacionales.

Reputado posibilismo político

Franco gozaba del apoyo tácito de todos los grupos derechistas, que confiaban en poder inclinar a su favor sus designios futuros.

Católico ferviente

Había heredado su fe de su piadosa madre y la había reforzado tras su matrimonio en 1923 con Carmen Polo, una altiva y bella joven de la oligarquía urbana ovetense. Por eso gozaba de la simpatía de la jerarquía episcopal y del grueso de los católicos españoles.

Puedes leer mucho más sobre el meteórico ascenso de Franco hasta asumir la dirección de la insurrección militar de 1936 en el extenso dossier del número 592 de la revista Historia y Vida.