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Hispania y lo que buscaba Roma en ella

Antigüedad

Vino, aceite, pescado, metales preciosos... Roma sacó buen provecho de la conquista de Hispania. Estos son los productos estrella de los que la metrópolis se beneficiaba 

El anfiteatro romano de Tarraco (Tarragona)

Propias

La prolongada hegemonía romana en la península ibérica, del siglo III a. C. al IV d. C., dejó una huella imborrable. Pero la conquista de Hispania fue un proceso largo y costoso. El territorio peninsular no conformaba una unidad política. Estaba habitado por diversas organizaciones tribales. A partir del siglo III a. C., los cartagineses se apoderaron de algunos enclaves en el sur, con Cartagena como núcleo principal.

Los romanos llegaron a la península el año 218 a. C. justo con el comienzo de la Segunda Guerra Púnica, en la que volvían a enfrentarse a los cartagineses. No llegaron para liberar a los pueblos oprimidos por los púnicos, sino que sus objetivos eran más pragmáticos, de índole estratégica (dominar el oeste del Mediterráneo) y comercial (explotar los abundantes recursos naturales).

Con el emperador Augusto, Roma alcanzó la costa cantábrica.

TERCEROS

Vencida Cartago, los romanos no iban a abandonar la península. Después de la guerra, con la excusa de detener las incursiones de los indígenas en su territorio, las legiones romanas se aventuraron a la conquista del interior. Para controlar Hispania, Roma se vio obligada a someter una por una las tribus autóctonas. En el reinado del emperador Augusto, Roma alcanzó la cornisa cantábrica. A excepción de los vascones y unos pocos pueblos más, los romanos controlaban toda la extensión peninsular. La Hispania romana era ya una realidad.

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El territorio hispánico proporcionó infinidad de riquezas al Imperio. Estos fueron los principales recursos que exportaba la península.

Cereales

En los campos hispanos destacaba el trigo, base del pan, un alimento de alta sensibilidad política pues se suministraba gratis a la plebe romana, además de integrar la dieta del ejército y de la población en general. Sicilia y Egipto solían ser proveedores del trigo consumido en Roma, pero Hispania exportó su trigo a Italia en muchas ocasiones de carestía hasta convertirse en habitual.

La muerte del caudillo lusitano Viriato, que se opuso a la conquista romana.

TERCEROS

Aceite

Uno de los componentes de la tríada mediterránea junto con el trigo y el vino. Las zonas más apreciadas por sus cosechas eran las tierras andaluzas y catalanas. Los olivares hispanos fueron confiscados más de una vez por el Estado, lo que da a entender su relevancia económica.

Verduras y hortalizas

Hispania tenía tierras muy ricas en verduras, legumbres y hortalizas. Destacaban las lechugas de Cádiz y las alcachofas de Córdoba. Además, se consideraban un manjar las trufas de Cartagena.

Carne

Los caballos astures y galaicos gozaban de gran predicamento. Los cerdos extremeños también tenían muy buena acogida. La ganadería en general se practicaba también con otros fines como la obtención de lana.

El acueducto de Segovia se construyó con sillares procedentes de la sierra de Guadarrama

Bernard Gagnon / CC BY-SA 3.0

Pescado

Atunes, congrios, calamares, etc. proliferaban en las costas hispanas, así como en los ríos, como en el Guadalquivir, se podían encontrar esturiones y otras especies.

Alimentos procesados

La pesca practicada en las costas de Hispania también sirvió de base para la pujante industria de conservas y de salazón hispanorromana. Destacaban especialmente la salazón de atún y el garum, una salsa muy popular en el mundo romano.

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Vino

El otro elemento clave en la tríada mediterránea. Andalucía y el litoral catalán eran los principales productores de vino, de menor calidad que el italiano y el griego, aunque de precios más asequibles que los anteriores. En general, la producción se orientaba al consumo interno, excepto el vino gaditano que se exportaba por su excelencia.

Cerámica

Cerámica sigillata. Foto: Wikimedia Commons / Luís García /CC BY-SA 3.0.

TERCEROS

La floreciente industria de conservas requería recipientes donde guardar los alimentos, lo que incentivó la producción de ánforas, el envase grecolatino por antonomasia. Destacó la cerámica sigillata fabricada en La Rioja y distribuida por toda Hispania y algunos lugares de Occidente.

Minería

Mina de oro romana de Las Médulas en la província de León. Foto: Wikimedia Commons / Håkan Svensson / CC BY-SA 3.0.

TERCEROS

El oro, la plata, el cobre, el hierro y otros metales escasos en Italia se exportaban de Hispania y constituyeron el principal interés económico de Roma en la península. Fuera del ámbito metalífero, se explotaban canteras para realizar obras públicas. Un buen ejemplo es el acueducto de Segovia, construido con sillares de granito extraídos de la sierra de Guadarrama.

Tejidos

Las telas turdetanas y levantinas eran las favoritas. Pese a ser menos refinadas que las orientales, su menor precio las convirtió en un producto demandado en toda la península ibérica. La excepción fueron las sagum, las capas de lana celtíberas, que eran muy apreciadas en la propia Roma.

Este texto se basa en un artículo publicado en el número 435 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.

Este artículo se publicó en La Vanguardia el 7 de julio de 2020