Desde el fracaso que le encumbró de poder hasta su hijo "el Aguilucho", repasamos las mejores historias y hechos curiosos de Napoleón Bonaparte, emperador de los franceses, que ascendió a lo más alto del ejército durante la Revolución Francesa de 1789. Descubre por qué nunca habló bien el idioma de sus dominios y cómo llegó a ser uno de los personajes históricos más relevantes del mundo. Encuentra aquí las 8 píldoras de sabiduría con las que recordar su figura.
Napoleón, el emperador que nunca habló bien francés
Napoleón no hablaba francés, de niño. El más francés de todos los franceses era en realidad lo que llamaríamos multicultural: nacido en la isla de Córcega apenas un año después de que esta entrara a formar parte del Hexágono, sus lenguas maternas eran el corso e italiano, e italiano era su apellido. No es un caso único, muchos de los reyes, héroes, emperadores convertidos en símbolos fundacionales de un país o bien provienen de otro o bien no se expresaban en el idioma ahora oficial de ellos. Ejemplos son Ricardo Corazón de León, que no hablaba una palabra de inglés, y Don Pelayo, que si realmente existió y lanzó a sus hombres contra los musulmanes, no lo hizo en castellano. Leer más
¿Qué fue del Aguilucho, el hijo de Napoleón?
El 15 de diciembre de 1940, una silenciosa comitiva partió de la parisina Gare de Austerlitz en dirección al complejo de los Inválidos. En el centro del cortejo, un armón militar transportaba el féretro del que un día fue efímero emperador de los franceses: Napoleón II. Leer más
Santa Elena, la última cárcel de Napoleón
Agosto de 1815. Un barco llamado Northumberland atraca en una remota isla del Atlántico. A bordo lleva a un inusitado viajero: el hasta poco antes emperador de Francia, Napoleón Bonaparte. Su fracaso en la batalla de Waterloo lo ha convertido en prisionero del gobierno británico,que con la ayuda del ejército prusiano ha derrotado a la Grande Armée francesa y a su emperador. Leer más
Napoleón en Egipto: el fracaso que le encumbró al poder
A principios de 1798, Napoleón era un joven y popular general recién llegado de una exitosa campaña en Italia. Sin embargo, su carisma y sus ambiciones políticas eran tales que inquietaban al Directorio que regía Francia. Con el objetivo de alejarle de los círculos conspiradores de la capital, el gobierno le propuso una tarea: proyectar la invasión de Gran Bretaña. Leer más
¿Pudo Napoleón haber ganado en Waterloo?
Cercanías de Waterloo, Bélgica, 11.30 h del 18 de junio de 1815. Comienza por fin el ataque francés. Parte de los efectivos galos se lanzan sobre el flanco derecho aliado, que se había hecho fuerte en el castillo y la granja de Hougoumont. Leer más
Los Cien Días: el último coletazo de Napoleón
Corre el 20 de marzo de 1815. La misma noche de su llegada a París tras escapar de Elba , Napoleón nombra a sus ministros. Todos eran viejos conocidos. Entre ellos figuraban tanto leales como muchos que, tras su marcha, habían jurado fidelidad a Luis XVIII. Pero la urgencia política le hizo ser poco escrupuloso a la hora de efectuar estos nombramientos. Por su parte, la población aceptó el nuevo imperio, aunque en el sur de Francia, la zona más monárquica, el rechazo fue claro. De todos modos, la unanimidad existente en el ejército a la hora de apoyar en bloque a Bonaparte impidió cualquier confrontación civil. Leer más
El húsar más mimado por Napoleón
El pozo y el péndulo es un terrorífico cuento de Edgar Allan Poe. Su protagonista es un reo de la Inquisición en Toledo, preso en una celda oscura y plagada de ratas. En la mazmorra hay un agujero que da a una profunda sima. Con un péndulo que baja del techo afilado como una cimitarra y paredes recubiertas de hierro al rojo vivo que se van estrechando poco a poco, los torturadores intentan que su víctima se arroje al vacío. Leer más
Las doce muertes de Napoleón
Ningún destino fue más inverosímil que el de Napoleón (1769-1821). Hijo de un pequeño aristócrata corso, se convirtió en un joven general que deslumbraría al mundo con sus victorias militares. Fue el preludio de su ascenso al trono imperial, desde el que manejó a su gusto los asuntos europeos. Dictó sus condiciones a las viejas monarquías absolutistas y colocó a sus hermanos en los tronos de España, Holanda o Westfalia. Leer más
El Tratado de Tilsit: Napoleón y Alejandro I firman una paz poco duradera
Después de la victoria decisiva en la batalla de Friedland, el triunfal Napoleón logró sellar un acuerdo de paz con el zar Alejandro I un 7 de julio de 1.807. El emperador francés mostró una gran admiración por su homólogo ruso, con quien llegó a aliarse y unir a Rusia en el bloqueo continental frente al Reino Unido. Leer más
José Bonaparte después de Napoleón
El 28 de agosto de 1815, José Bonaparte desembarcó en Nueva York. La caída del imperio napoleónico implicó el exilio forzoso de los Bonaparte, y Estados Unidos ofrecía a José la posibilidad de emprender una nueva vida, lejos de la política y sus múltiples inconvenientes. Leer más
¿Qué fue de la segunda esposa de Napoleón?
El 1 de abril de 1810, la corte francesa fue testigo de un matrimonio peculiar: el de Napoleón Bonaparte , pesaroso aún por su divorcio de Josefina Beauharnais , y la archiduquesa María Luisa de Austria, primogénita del emperador Francisco I y, por tanto, sobrina nieta de María Antonieta , por lo que había crecido en el odio a todo lo francés. Leer más
El sueño imperial del sobrino de Napoleón
El escritor Victor Hugo, quien se convertiría en feroz enemigo de Napoleón III, fue un visionario cuando, en 1848, vaticinó el triunfo político de aquel errático personaje: “No es un príncipe el que vuelve: es una idea. Desde 1815 el pueblo espera a Napoleón...”. Lo cierto es que en diciembre de 1848, tras varios meses de agitación política provocada por los hechos revolucionarios de febrero, Luis Napoleón Bonaparte fue elegido presidente de la Segunda República con el apoyo de las clases populares. Leer más
El arte español expoliado por los Bonaparte
Primero fueron Bélgica y Holanda (1794), después Italia (1796), luego Egipto (1798) y más tarde Austria y Prusia (1806). Cuando las tropas napoleónicas entraron en España en 1808, llevaban más de una década saqueando el patrimonio artístico de los territorios que habían conquistado. La excusa para perpetrar estos expolios fue la creación en París del Muséum central des Arts (luego rebautizado como Museo Napoleón y más tarde como Louvre), una gran pinacoteca destinada a albergar los tesoros artísticos que, según las autoridades francesas, habían permanecido ocultos o ignorados en sus países de origen. Leer más