Quiero ser Teddy Riner: oda al deporte minoritario

Judo | Juegos Olímpicos de París 2024

El gigantesco judoca francés enloquece París al encadenar su cuarto título olímpico en +100 kilos: también ganó en Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020

Teddy Riner parece encomendarse a los dioses tras su cuarto oro olímpico en +100 kilos, este viernes en París

Teddy Riner parece encomendarse a los dioses tras su cuarto oro olímpico en +100 kilos, este viernes en París

Eugene Hoshiko / AP

Para un periodista polideportivo como yo, este es el paraíso.

Los franceses me siguen el rollo. O quizá soy yo quien se lo sigue a ellos. No sé.

El caso es que nos entendemos.

También me entiendo muy bien con mi buen amigo Matías Sartori, que es alto como una sequoia y dirige Media Sport Press Agency y es argentino y es hijo de canchero. 

Matías Sartori me dice que él y su padre no se entienden:

-A mi padre solo le interesa el fútbol. A mí me interesa el resto de deportes.

Y juntos hablamos de tenis, de atletismo y de gimnasia artística.

Hablamos, por ejemplo, de Simone Biles

Hoy, también hablamos de Teddy Riner.

Matías Sartori me cuenta que se ha comprado L'Équipe (¡aún hay románticos comprando diarios en papel!). Y generoso como él es, lo despliega sobre mi pupitre y va pasando páginas. Simone Biles abre el diario. Y luego, van cuatro páginas de Teddy Riner.

-¿Se lo imagina? ¡Maravilloso! -me dice Matías Sartori-. Este fin de semana se montó un lío en Argentina. Resulta que Cavani marcó un golazo con Boca Juniors en el mismo día en que el Maligno Torres ganaba el oro olímpico en BMX. Y al día siguiente, los diarios abrían con el gol de Cavani y en un rincón, pequeñajo, informaban del Maligno. ¿Cómo puede ser? ¡Si los argentinos no tenemos tantos oros olímpicos! En toda la historia, apenas 22. Y al ver las portadas, la gente protestó, claro. Porque los medios somos unos hipócritas: nos quejamos de que los deportistas minoritarios apenas obtienen ingresos. Pero cuando logran algo grande, entonces no les hacemos caso...

Emmanuel Macron y Teddy Riner se saludan tras el combate decisivo, este viernes en París

Emmanuel Macron y Teddy Riner se saludan tras el combate decisivo, este viernes en París 

Luis Robayo / AFP

(...)

Los franceses se vuelven locos con Léon Marchand y con Teddy Riner. Ya lo ven: un nadador y un judoca. ¡Rabia dan! 

Es como si Mireia Belmonte y Fran Garrigós congelasen el tiempo.

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¿Se lo imaginan en España?

Lo de Léon Marchand ya había podido vivirlo en su día, al inicio de estos Juegos. Le vi ganar los 400 metros estilos en la colosal piscina de La Défense mientras 30.000 gargantas, con la tricolor en las mejillas, voceaban:

-¡Lé-on-Mar-chand! ¡Lé-on-Mar-chand!

Lo de Teddy Riner lo he visto hoy.

Lo he visto hoy y, en el palco vip, lo ha visto también el presidente Macron.

No ha sido fácil, pues no era el único que quería verlo.

Pues a esta sesión en el Campo de Marte, París 2024 le había colgado una temible etiqueta: Evento de Alta Demanda. El sobrenombre nos indica que hay que correr. Si quieres asistir al evento, no te duermas. Envíale un email a la organización y ya veremos si te conceden una plaza. Yo había sido razonablemente rápido. 

Devorar a los rivales

Cuatro combates ha disputado el coloso francés: los cuatro los ha resuelto por ippon, el equivalente al KO del judo

(No le engañaré, lector: llevo tiempo siguiendo a Riner. Supongo que había sido uno de los primeros en pedir la plaza).

Y allí abajo, en el Grand Palais Efímero (así han bautizado a esta sede eventual, el pabellón del Campo de Marte, al pie de la torre Eiffel), la estatua del mariscal Joseph Joffre se mezcla con la parroquia. 

El mariscal Joffre dirigió a las tropas francesas en la batalla del Marne durante la I.ª Guerra Mundial, pero la feligresía está ahora para otras historias. La historia de Teddy Riner.

Ahí va Teddy Riner (35). 

En un pispás, sus 2,03 metros de estatura y sus cien kilos de peso descoyuntan a todos sus rivales. 

Ippon a Magomedomarov (el ippon del judo es algo así como un KO del boxeo). Ippon a Tushishvili. Ippon a Rakhimov, que se va del tatami sin haberse enterado de la película: cae al minuto y tres cuartos.

Teddy Riner derrota al tajiko Temur Rakhimov en la semifinal, este viernes en París

Teddy Riner derrota al tajiko Temur Rakhimov en la semifinal, este viernes en París 

Arlette Bashizi / REUTERS

Y en el desenlace, mientras Riner manipula y noquea al coreano Kim Minjong, la concurrencia corea y canta sin parar como si estuviéramos en Old Trafford, y la mente me hace pensar en un templo del fútbol pero la realidad me devuelve a este París polideportivo que tanto admiro y envidio.

Así se marcha el gigante, el judoca de los cuatro oros olímpicos (Londres 2012, Río 2016, Tokio 2020, aquí por equipos mixtos, y Río 2016), que se postra en el tatami como una estrella del fútbol, juguetea con las cámaras como una estrella del cine, baila la música de Aya Nakamura como si fuera un bailarín, se funde con la parroquia como una estrella del pop.

 

 

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