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El Barça pierde 487 millones y a Messi en una temporada

La situación económica | Adiós al mito argentino

Messi en el Barça-Celta del 16 de mayo pasado, su último partido en el Camp Nou y sin público

César Rangel

Jamás un club de fútbol perdió tanto dinero como el FC Barcelona en una sola temporada: 487 millones de euros. El golpe para el club es doble, pues sus movimientos en los últimos meses también lo han dejado a los pies de los caballos en la relación con los grandes estamentos del fútbol europeo y con LaLiga, a la que dejó colgada a última hora en una operación por la que el fondo CVC inyectaba 2.700 millones de euros en el fútbol español y le permitía salvar el obstáculo hoy insalvable de inscribir a Leo Messi. Contra natura, hoy el gran aliado blaugrana es el Real Madrid.

¿Por qué se ha llegado hasta aquí?

Para entender la situación en la que se encuentra el club debemos remontarnos a hace cuatro veranos. Agosto del 2017: el Paris Saint-Germain hace saltar la banca pagando los 222 millones de euros de la cláusula de rescisión de Neymar. La junta que presidía Josep Maria Bartomeu entró en pánico, dilapidando la mayor entrada de caja en la historia del club en la compra de cromos que la salvaran mediáticamente y mantuvieran al primer equipo en la élite. No solo eso, sino que también se renovó al alza a la mayoría de pesos pesados del vestuario, empezando por Messi, con unas retribuciones inalcanzables para cualquier otro club.

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Hoy, posición por posición, los jugadores del Barça son los mejor pagados. Y eso se tradujo en una mochila que el nuevo presidente, Joan Laporta, se comprometió a aligerar con liderazgo y mano dura, que hoy de momento no es tal. El Barça pasó de una masa salarial de 407 millones en 2016-2017, la última de Neymar, a una de 610 millones en 2019-2020. Un nivel de gasto que se estableció sobre el artificio de que la junta sería capaz de generar un volumen de ingresos similar al conseguido con la venta de Neymar a lo largo del tiempo. Nada más lejos de la realidad, como evidenciaron los trueques Cillessen-Neto o Arthur-Pjanic. Tan solo faltaba que llegara una pandemia que se llevara por delante lo más estable del club: la explotación del Camp Nou los 365 días del año.

¿Qué opciones tiene el club para salir de la crisis?

Lo cierto es que las alternativas que tiene el club son mínimas, pues tan solo hay dos movimientos que realmente muevan la aguja. La primera tiene que ver con el gasto, y pasa inexorablemente por reducir la actual bolsa de salarios deportivos, que antes de la pandemia rondaba los 490 millones de euros. Hasta ahora, lo único que ha logrado el Barça del vestuario es que acepten cobrarlo todo más tarde, pero cobrarlo, un hecho que contrasta con el del Real Madrid, que ha logrado rebajas del 10% en los dos cursos impactados por la pandemia. Y pasa por recortarla en un torno a un 40% al menos en el curso 2021-2022 y un 30% en el 2022-2023, pues los fichajes del pasado han dejado una hipoteca de 177,5 millones este año y 131 millones al siguiente.

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Esta es la gran losa que, según desveló ayer Laporta, actualmente representaría un 110% de los ingresos totales del club, rebajado al 95% una vez dado por perdido Messi. Y reducir ese porcentaje puede hacerse con la tijera, u optimistamente con la llegada de nuevos ingresos. El Barça ha dicho no al dinero de LaLiga-CVC, pero ayer sí confirmó que se reiniciará la entrada de inversores en algunos negocios del club, tras renunciar a la venta de Barça Corporate por 200 millones de euros. Esa puede ser la tabla de salvación para un 2021-2022 negro, en el que la explotación del Camp Nou seguirá diezmada por las restricciones de aforo y la lenta recuperación del turismo internacional. El patrocinio cotiza a la baja en todo el fútbol. Ahí hay 80 millones de ingresos potenciales a tres años.

¿Puede el Barça afrontar fichajes a corto plazo?

No. Vayan olvidándose de ver al Barça pujando por las nuevas promesas del fútbol mundial, al menos si antes no enseña la puerta de salida a los jugadores con los que no se cuenta y tienen mayor cartel de cara al próximo mercado estival. El club aún debe reflejar como gastos en su cuenta de resultados hasta 410 millones en fichajes ya realizados, y hasta que no rebaje esa mochila y ponga orden a sus salarios, es imposible que LaLiga le permita inscribir nuevos futbolistas. De hecho, ayer Laporta admitió que aún no tiene permiso para que debuten oficialmente los futbolistas que han llegado libres. Pero más importante que cumplir con las normas de control económico, el aficionado debe preguntarse si vale la pena acumular cromos para optar a todo o asumir que viene un ciclo de tres años de constricción, apuesta por el talento de la casa y poner orden antes de volver a ir a por todas. No por una cuestión de orgullo, sino de viabilidad económica. El Barça está por encima de cualquier futbolista, pero siempre andará sujeto a la lógica económica.