Messi, en estado de shock
Adiós al mito argentino
El diez pensaba reaparecer mañana en el Gamper vestido de blaugrana y no tenía plan B
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Leo Messi | Rueda de prensa por su despedida del FC Barcelona, en directo
Si en el Olímpico de Berlín, mientras el equipo de Luis Enrique daba la vuelta de honor al estadio por el triplete del 2015, alguien hubiera dicho que aquella era la última Champions que ganaría Leo Messi con el Barça, se le hubiera tildado de cenizo e ignorante, como mínimo. Pero así ha sido. Seis años después, el mejor futbolista del mundo quiere quedarse y el club blaugrana no se lo puede permitir económicamente. Inexplicable. No solo es el mejor y no tiene equipo sino que no jugará donde él quería hacerlo.
Igual que cuando empezaba en el primer equipo no le entraba en la cabeza por qué se lesionaba tanto y se perdía partidos importantes por culpa de sus roturas musculares, ahora el crack argentino, de 34 años, no comprende lo que le está pasando. Entonces Messi se encerraba en sí mismo. No tenía ganas de hablar con nadie. Desde el jueves, el futbolista está en estado de shock. Bloqueado. Descolocado y desconcertado. Se le han roto, no las fibras, sino los esquemas. Derrumbado, declinó comparecer ayer al lado del presidente Laporta.
Mientras los capitanes están de su lado, su entorno desmiente que pidiese fichar a nadie para seguir
Cuando en mayo se marchó a Argentina para preparar la Copa América, en su cabeza solo estaba volver a la ciudad deportiva y al Camp Nou. No había plan B en la familia Messi Roccuzzo.
De ahí su calma en las vacaciones en Eivissa. El miércoles tomaría un vuelo cortísimo a Barcelona y el jueves firmaría. Sencillo. Era su idea y se ha dado de bruces con la imposibilidad de cumplirla.
Le ha dejado muy afectado, ya que veía el trofeo Joan Gamper un buen momento para reaparecer y volver a ponerse la camiseta del Barcelona. Incluso se atrevía a participar unos minutos, de cara a tener ritmo para el estreno de la Liga. Nada. Todo al traste. Incluso se había hecho a la idea a agarrar el micrófono y dirigirse a la afición del Johan Cruyff, como mandan las obligaciones de capitán.
Messi, que tiene mucha personalidad, no se esperaba este desenlace. Para él ha sido cruel, cuando ya pensaba en la temporada 2021-22 con la plantilla actual. De hecho, desde su entorno, se desmiente que hubiera hecho una petición del fichaje de un compatriota suyo para seguir: Cristian Romero, central del Atalanta. El argentino siempre tuvo su ritmo para digerir las derrotas. No ha sido diferente. Ayer mantuvo contactos con alguno de los capitanes del equipo. Busquets le vino a ver a casa. Su exequipo, sus excompañeros. Hay que hacerse a la idea.