Las malas sensaciones y pésimas expectativas que dejaron en el Madrid la elección de Hernández Hernández para arbitrar el clásico desde el césped y De Burgos Bengoetxea desde la sala VAR se confirmaron plenamente tanto a juicio de la directiva como de la plantilla blanca. El Madrid volvió anoche de Barcelona sintiéndose claramente perjudicado por ambos colegiados a lo largo de todo el partido y sobre todo en dos acciones no pitadas por el árbitro ni señaladas por el VAR en el área blaugrana en el primer tiempo: un plantillazo de Lenglet a Varane y un a garrón de la camiseta de Rakitic al mismo central francés.
Hasta una figura tan habitualmente anodina como Emilio Butragueño, el director de relaciones institucionales del club, se desató con una rajada contra el VAR sorprendente por venir de quien viene. En su afán de explicar que el VAR tiene que intervenir en acciones claras y manifiestas el Buitre se inventó una palabra para definir como habían sido las dos acciones en las que no intervino el vídeoarbitraje: “clarisísimas”.
El enfado
“Son dos penaltis, diga lo que se diga”
Sergio Ramos
Capitán del Real Madrid
En su alocución tras el partido, Butragueño comentó: “Nosotros somos partidarios del VAR. La tecnología tiene que estar presente para ayudar al árbitro. Es imposible que se vean todas las jugadas, el VAR interviene cuando la jugada es clarísima, por eso es desconcertante, ¡caray! Seguramente el árbitro no lo ha podido ver, pero es difícil de entender que la tecnología no se utilice en este tipo de jugadas”.
Antes de las declaraciones de Emilio Butragueño, en el flash interview nada más acabado el partido Sergio Ramos ya despotricó contra el VAR: “Lo hemos visto en el descanso. Son dos penaltis, diga lo que se diga. Ya no se puede hacer nada, ya nos tocará algún día cuando hagamos algún penalti y no lo miren”, ironizó el central de Camas.
La opinión oficial
Unas acciones deliberadas
Si la postura de Butragueño sorprende por lo inusual, mucho más en consonancia con su línea fue la de los medios oficiales del club, siempre dispuestos a denunciar cualquier cosa que entiendan que perjudica a la entidad. Raro es el clásico que no acabe en grandes quejas de la web oficial del club o en Real Madrid TV.
Minutos después de la conclusión de partido la página web del Madrid tituló su crónica: “Ni el árbitro ni el VAR vieron los dos penaltis a Varane”, con un texto ilustrado con una imagen de una de las jugadas polémicas (el agarrón de Rakitic). La acción de Lenglet la describe así: “En el minuto 17, el madridista subió a rematar un córner y en la jugada posterior recibió un plantillazo en el muslo derecho por parte de Lenglet dentro del área, que no vieron ni el colegiado ni el VAR (donde estaba De Burgos Bengoetxea). La acción de Rakitic la explica de este modo: “Dos minutos después, en otro saque de esquina, el central fue agarrado de la camiseta por Rakitic y acabó derribado dentro del área. Pero nuevamente, ni el árbitro ni el VAR decidieron señalar la pena máxima”.
Lenglet intenta detener a Bale
De todo el madridismo de nuevo quien más se ha apartado de la línea oficial de denuncia ha sido Zinédine Zidane, que si estaba indignado con la labor arbitral se lo guardó para sí en sus comparecencias tras el partido. Cuando se le inquirió por las jugadas polémicas, el francés se limitó a decir: El árbitro y el VAR no lo han dado y yo no puedo hacer nada. El partido ya está terminado”.
Hasta ahora el Madrid sólo se ha quejado una vez ante Luis Rubiales por sentirse perjudicado por el VAR, fue mediante una llamada de teléfono de Florentino Pérez al presidente de la Federación tras un penalti no pitado a Vinícius en el Bernabeu ante la Real Sociedad, el 6 de enero, en la temporada pasada.
La racha
Quejas blancas al VAR en cuatro partidos
En la actual temporada el Madrid considera que ya llueve sobre mojado. Antes del clásico el Madrid se ha sentido perjudicado por tres acciones que le han costado puntos: un penalti no pitado cometido por Albiol sobre Vinicius en La Cerámica ante el Villarreal el 1 de septiembre en un partido que acabó (2-2); un penalti no pitado por agarrón a Brahim de Salva Sevilla en Son Moix el 19 de octubre en un encuentro que ganó el Mallorca (1-0) y el 2 de noviembre en el Bernabeu una mano del bético Feddal en el área que el árbitro y el VAR entendieron como involuntaria (0-0).
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