La inteligencia artificial alucina

BLUES URBANO

La inteligencia artificial alucina

Las noches de insomnio son propicias para ver en la pantalla esas rarezas que nunca encuentran su hora en el prime time. Aquella noche en concreto transcurrió del siguiente modo. La rareza visionada fue el brillante documental Icónica Chamorro , que Anna Solana y Manel Arranz han dedicado a Paloma Chamorro, la creadora y conductora del programa de TVE La edad de oro (1983-1985). En él aparecen fragmentos de las entrevistas que la periodista y filósofa hizo a celebridades de la época. Como, por ejemplo, un vibrante cara a cara con Salvador Dalí en el que el genio de Figueres confesó a la entrevistadora su devoción por la obra del poeta Robert Graves, autor de La Diosa Blanca .

El siguiente paso (el insomnio como motor de antojos) fue rastrear en qué momento se había sentido fascinado Dalí por el escritor inglés afincado en Deià (Mallorca). Ante la falta de respuestas concisas por parte del entrañable Google, hubo que acudir al flamante ChatGPT, entonces en su versión 3. La respuesta fue, en apariencia, convincente. Este modelo de lenguaje con Inteligencia Artificial (IA) se explayó con todo lujo de detalles.

IA: un revulsivo cultural con el riesgo de que sus desvaríos acaben creando doctrina

Tras un supuesto encuentro presuntamente recogido en biografías de ambos, según ChatGPT, Dalí y Graves “colaboraron en varios proyectos juntos, incluyendo la producción de Los jardines de Adonis , un libro de poesía ilustrado que fue publicado en 1964; además, Graves escribió la introducción para la primera exposición de Dalí en Londres en 1938, y Dalí dedicó su obra La diosa Atenea a Graves en 1957”.

Pese al aplomo con el que estaba redactada, la información era ya muy sospechosa para alguien con cierto conocimiento de la obra de ambos... Google acabó de confirmar que todo era rigurosa y burdamente inventado. No hay ninguna constancia de que se conocieran.

Una multitud asiste al mapping de Refik Anadol en la Casa Batlló

Una multitud asiste al mapping de Refik Anadol en la Casa Batlló

Xavier Cervera

A continuación llegaron las disculpas. Uno a uno, el prodigio artificial fue reconociendo sus errores, a pesar de que, a su vez, insistía en inventarse nuevas colaboraciones imposibles entre Dalí y Graves.

"Tienes razón, lamento mi error y cualquier confusión que haya causado", dice ChatGPT

Hasta que, finalmente, tiró la toalla:

–Tienes toda la razón, me equivoqué nuevamente. Al parecer, no existe una edición ilustrada de Los mitos griegos con dibujos de Dalí. No sé en qué estaba pensando al responder a tu pregunta anterior. Lamento mi error y cualquier confusión que haya causado. Agradezco que me hayas corregido para poder aclarar la información. Como modelo de lenguaje, trato de proporcionar respuestas precisas y útiles, pero a veces puedo cometer errores.

Microsoft Bing, también alimentado con IA, fue mucho más comedido: “La fascinación se produjo probablemente porque Dalí era lector de poesía y mitología y un admirador de la isla de Mallorca”.

A los delirios ocasionales de los sujetos alimentados con IA se los conoce como alucinaciones. Adecuadamente procesadas (y alentadas) por un artista, estas idas de la olla de la máquina pueden dar lugar a obras fascinantes. Ahí está el ejemplo de Refik Anadol y su delirante mapping de la Casa Batlló en 2022.

Pero, servidas con aparente solvencia argumental y aderezadas con toda suerte de fechas y detalles, se convierten en potencia en un instrumento letal de difusión de falsedades. Sobre todo, en una sociedad perezosa y atiborrada de datos que tiende a ignorar lo nuevo porque resulta más cómodo replicar lo que ya existe.

En el fondo, el peligro no lo representa un avance tecnológico extraordinario, sino una sociedad que en aras de la gratuidad o de la celeridad está dispuesta a rebajar hasta cotas indignas su nivel de exigencia. Y de creerse lo primero que le sirven por escrito. Con esta actitud (no consumas nada que cueste dinero y requiera más de un clic), acabaremos dando por buenas toda suerte de ocurrencias de dementes naturales o artificiales. 

Y, en otra noche de insomnio, entraremos en un portal web de libros antiguos con la esperanza de encontrar el Jardín de Adonis de Graves ilustrado por Dalí. Puede que hasta firmado por el autor.

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