Javier Arrés, ilustrador de toda la vida y criptoartista pionero, se desayunó ayer con el aviso de un coleccionista que le compraba dos tuits por 688 dólares cada uno. La transacción se realizó con criptomonedas de Ethereum (ethers), una de las principales plataformas digitales de transacciones sin intermediarios o blockchain. Arrés, ganador de la Bienal de Arte de Londres del 2019 en la categoría de trabajos en papel, se vio gratamente sorprendido por la compra de esos dos tuits relacionados con el anuncio de venta de una de sus obras. Pero su sorpresa no era absoluta. Afirma que su incorporación al criptoarte a través de los activos digitales NFT (Non Fungible Tokens), cuya principal virtud es que aseguran la autenticidad y titularidad de una obra sin margen de error o copia, ha disparado su cotización como artista y cambiado su vida.
¿Cómo? Por la misma razón por la que el pasado miércoles la casa de subastas Christie´s vendió una obra digital del artista Beeple por la friolera de 58,5 millones de euros. Y es que el nuevo sistema de verificación, compraventa y rastreo digital de todo tipo de obras de arte y contenidos creativos abre unas posibilidades de inversión y por supuesto también de especulación que están sacudiendo esos mercados y, tal vez, abriendo nuevos paradigmas en el mundo de la cultura.
Beeple, cuyo nombre real es Mike Winkelmann, llevaba unos 15 años haciendo arte digital pero sólo alrededor de medio año metido en el criptoarte. Y ahora, a través de este sistema y con su muy trabajado collage de 5.000 imágenes bajo el título Everydays: the first 5.000 days , se sitúa entre los tres artistas vivos más cotizados del mundo junto a Jeff Koons y David Hockney.
A otra escala, el granadino Javier Arrés (Motril, 1982), se ve de pronto ante ofertas de unos 17.000 euros por cada uno de sus murales y aún más por las ilustraciones animadas a las que llama juguetes visuales . Pese a su premio en la Bienal de Londres o a su reconocimiento tras haber colaborado con medios como el New York Times , hasta hace poco le resultaba difícil –asegura– no sólo vender esas mismas obras sino siquiera colocarlas en circuitos comerciales. Nada más empezar a trabajar con NFTs en mayo pasado, sus producciones entraron en los círculos de los coleccionistas más atentos al nuevo sistema y enseguida alcanzaron las tres cifras. La última campanada la dio hace unos días en una peculiar subasta de pequeñas piezas: “Se trataba de vender las obras que quisieran comprarme, cada una por 400 dólares (o su equivalente en ethers pero siempre en NFTs), en sólo 15 minutos. Y me compraron 67”, por un importe total de 26.800 dólares.
Ventajas
Los NFTs certifican la autenticidad, carácter único y propiedad de la obra, sin posibles dudas
Arrés es uno de los participantes en un proyecto piloto de galería de este tipo de tokens (“fichas” o unidades de valor que permiten interactuar en estos sistemas digitales). La galería, creada por socios de distintos países latinoamericanos bajo el nombre nft news, se compone de salas virtuales dinámicas de arte, audio y fotografía. Ahora el portal es meramente expositivo. Pero según explica su impulsora en España, Covadonga Fernández, en cuando se active plenamente permitirá todo tipo de intercambios e inversiones en fotos, ilustraciones, podcasts, noticias, reportajes, vídeos, memes, gifs y “otras expresiones artísticas alternativas”.
Fernández apuesta por lo que ve como una revolución sin retorno en el mundo de la difusión y el consumo de contenidos creativos. “A diferencia de lo que ocurre con el arte tradicional, las obras creadas con NFTs basados en blockchain pueden convertirse en dinero líquido de manera inmediata en las denominadas finanzas descentralizadas (DeFi)”, señala. Las nuevas herramientas de pago, identificación y “contratos inteligentes” sin intermediarios permiten “democratizar” la promoción del arte, así como el coleccionismo y la inversión. “El blockchain y las NFTs facilitan el acceso al arte y a las finanzas”, concluye.
Para los artistas que trabajan sobre soportes digitales y para los coleccionistas e inversores más atentos, los NFTs sólo parecen ofrecer ventajas. Sobre todo por cómo–mediante dichos contratos inteligentes– certifican la propiedad y la titularidad de manera plenamente fiable. Pero más en general y a largo plazo, estos tokens no fungibles también comportan riesgos. Ya se vio cuando se utilizaron para la compraventa de los llamados CryptoKities (cripto-gatitos), unos videojuegos construidos en blockchain que se pusieron de moda hace unos años y bajaron de cotización en cuanto la moda pasó.
Uno de los tuits comprados a Javier Arrés por 688 dólares
Esto es, igualmente, lo que puede ocurrir con los variados productos y fetiches fashion , por ejemplo en los e-sports , y también con determinadas obras de arte digitales convertidas en NFTs y ahora muy cotizadas (normalmente en ethers) pero quién sabe mañana. Así lo advierte el abogado especialista Joaquim Matinero Tor, del área bancario financiero y de Blockchain en el despacho Roca Junyent: “Al tratarse de activos totalmente únicos, no fraccionables ni intercambiables por otros, su valor depende exclusivamente de que exista una demanda por ellos; si no hay quien los compre, perderán toda liquidez.”.
Riesgos
Los activos no son intercambiables ni fraccionables y sin demanda se quedan sin liquidez, advierte el abogado especialista Joaquim Matinero Tor
Ahora, los NFTs son “un refugio”, agrega Matinero. Sobre todo desde que algunas transacciones de arte dispararon el mercado de NFTs en el otoño y el invierno pasados. El artista oculto tras el pseudónimo Pak recaudó más de un millón de dólares en venta de NFTs en el 2020. El canadiense Trevor Jones vendió más de 1.100 obras de arte digital por el equivalente a unos 4,6 millones de dólares. Y el dúo autodenominado Hackateo, 530 obras por más de 4,4 millones de dólares. Es decir, que la fiebre de los NFTs es alta de unos meses a esta parte. Y el jueves alcanzó la máxima temperatura con la compra del Beeple, cuyo comprador se conoció ayer: se trata de Metakovan, seudónimo del fundador y financiador del fondo criptográfico Metapurse.
El terremoto en el mundo del arte a cuenta de los NFTs constituye un hecho. Quienes se benefician del seísmo y apuestan por sus ventajas lo ven como un cambio irreversible y de gran alcance con más virtudes que problemas. Pero nadie asegura que tras la revolución no se oculte una burbuja. Y si un día explota...