Carlota Gurt: “Me interesa crear personajes sin género”
Libro del día
La traductora debuta en la ficción con el premio Mercè Rodoreda por ‘Cavalcarem tota la nit’
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Carlota Gurt (Barcelona, 1976) es un culo inquieto. Cuatro carreras y productora teatral de La Fura dels Baus – yo quería mandar”– y del festival Temporada Alta, su currículum es abrumador: “Yo soy listilla, cada uno es como es”.
Muy activa en Twitter (La Gurt), ahora se define como traductora –sabe un montón de idiomas: inglés, alemán, chino...– y, aunque ha ganado el premio Mercè Rodoreda de Òmnium con su primera recopilación, cree que todavía no se puede definir como escritora ni que se pueda ganar la vida escribiendo: “¿Quién vive de ser escritor?”.
Su libro Cavalcarem tota la nit (Proa) recoge una docena de relatos, más una de propina, que abarcan todo tipo de situaciones, pero siempre con los pies en el suelo, o casi.
Hay una venganza literaria en el cuento que habla de La Manada: “Yo soñaba con aquellos tipos y me provocan una respuesta de violencia; necesito hacerles daño”
Dice que lleva bien el confinamiento porque como traductora ya trabaja mucho en casa, y que siempre había escrito, sobre todo de joven: “Escribía diarios y otras cosas, y lo dejé cuando tuve a mis hijos. Después reanudé la lectura y volví a tener muchas ganas de escribir. Seguí unos cursos de técnica literaria, para tener las herramientas. Primero en la Gotham Writer’s Workshop de Nueva York y después en el Ateneu Barcelonès. Pero escribo, básicamente, porque tengo ganas de expresarme, tienes algo dentro que lo tienes que sacar”.
Hay una venganza literaria en el cuento que habla de La Manada: “Yo soñaba con aquellos tipos y me provocan una respuesta de violencia. Necesito hacerles daño, y por eso escribo una primera parte naturalista y...”
Unos cuantos cuentos están protagonizados por hombres: “El primero, el de las compuertas, explica algo que me sucedió, disfrazado, y él soy yo, por lo tanto eso no tiene nada que ver. Ahora he escrito un cuento protagonizado por dos personas y ninguna de las dos tiene género, de modo que cada uno que lo ha leído se ha imaginado una pareja distinta. La gente no lo ha visto y lo interpreta a su manera. Me parece interesante escribir sin géneros, son clichés: eso de los géneros está sobrevalorado”.
En sus relatos le gusta encontrar “un punto imaginario, surreal, que haga dudar el lector,” pero que no llegue a la fantasía: “La fantasía no me interesa”.
La soledad recorre sus relatos: “Como dice mi hija, estoy rodeada de gente, pero me siento sola. Hay como una especie de soledad existencial, y unos lo llevamos peor que otros. Escribí los relatos cuando vivía sola en medio del bosque con mi marido y mis hijos. Ahora me he separado y esta soledad ha empeorado”.
Y el agua también está muy presente: lagos, presas, piscinas: “El agua es el deseo, en un sentido amplio, y sexual también; está muy tipificado. Como el cuento de la nadadora, que va sobre el adulterio, el deseo de querer más”.
Tiene una novela entre manos –“la estoy revisando”–, pero no puede avanzar nada. Y como Cavalcarem tota la nit ya lleva un tiempo a la venta, Gurt cuenta que ha tenido comentarios muy buenos: “Las reacciones han sido maravillosas y yo las encuentro desmesuradas, porque todo el mundo está muy entusiasmado. También entiendo que me llegan las cosas buenas, las malas no, y se me hace muy extraño que la gente me lea. Supongo que quien lo ha encontrado una mierda no me lo dice porque soy una debutante. Me supera un poco: hay tres cuentos que están bien, pero los otros podrían estar mejor”, concluye.