Dos horas de digestión antes de bañarte: ¿mito o realidad?
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Una norma transmitida entre generaciones de la que no se libra ningún niño tras las comidas veraniegas
Cuando éramos niños odiábamos una máxima que se repetía una y otra vez cada verano: “No te tires al agua todavía, que no has hecho la digestión”. Y nosotros, con los macarrones y el melocotón en el estómago, teníamos que esperar en la orilla a que el adulto nos permitiera, por fin, refrescarnos de nuevo.
Las dos horas de digestión obligatorias forman parte del imaginario colectivo de un país en el que el mar y las piscinas son fundamentales en cualquier veraneo. Es una norma que se ha instaurado fruto de la transmisión entre generaciones. Pero, ¿es realmente necesario esperar tanto rato antes de volver a meterse en el agua? Pues, como en la mayoría de máximas de la sabiduría popular, hay parte de cierto.
La Cruz Roja Española recomienda, antes de zambullirse, hacer la digestión durante un tiempo prolongado como medida para evitar accidentes
La Cruz Roja Española recomienda, antes de zambullirse, hacer la digestión durante un tiempo prolongado como medida para evitar accidentes. Además, aconseja no entrar de manera brusca al agua después de haber tomado el sol.
Pero, según la pediatra Magda Gallardo, es precisamente esto último – el cambio de temperatura a la hora de entrar en el agua – lo que realmente provoca el temido “corte de digestión” o hidrocución. Así pues, la recomendación de no bañarse inmediatamente después de las comidas, según Gallardo, “es una precaución acertada, porque durante la digestión la sangre fluye en mayor cantidad hacia el aparato digestivo y menos en otras zonas del organismo”.
No obstante, esta pediatra advierte de que “la mayor incidencia de casos de hidrocución se produce en personas que se bañan tras haber tomado el sol durante un tiempo prolongado”, o tras haber hecho ejercicio físico. Por lo tanto, la causa principal del corte de digestión o hidrocución es la diferencia térmica entre la piel y el agua, y no el proceso de la digestión de los alimentos.
La conclusión es que la precaución de esperar, tras una comida, una o dos horas antes de bañarse es acertada. Ahora bien, se debe adaptar a la cantidad ingerida. Si la comida ha sido ligera, se puede volver a entrar al agua antes de una hora, pero si nos hemos comido entremeses, una fabada asturiana, un flan, un helado y un café con pastas conviene esperar incluso 5 o 6 horas antes de meterse en el agua.
La causa principal del corte de digestión o hidrocución es la diferencia térmica entre la piel y el agua, y no el proceso de la digestión de los alimentos
Nuestros padres y nuestros abuelos acertaban cuando nos obligaban a sentarnos en la orilla del agua a esperar para bañarnos después de la comida, pero se equivocaban al reducir a la comida el peligro del corte de digestión. El ejercicio físico y la exposición al sol son también factores de riesgo que a menudo han sido olvidados.