El todo a 100 de la degustación

Opinión

El todo a 100 de la degustación

El Gremio de Restauración de Barcelona sigue en su cruzada contra las panaderías con degustación que proliferan como setas en mal estado en la ciudad. Su último movimiento ha sido denunciar a 100 nuevos establecimientos con irregularidades o, lo que es lo mismo, con una baja calidad en sus productos, por dar servicios sin tener licencia para los mismos y dispensar un trato a sus trabajadores acorde con la calidad de sus croissants.

Cualquier persona que se pasee por Barcelona se dará cuenta de la propagación de panaderías que sirven productos comestibles que van del dulce al salado a un precio que no garantiza, por nada del mundo, la calidad con que los preparan. Y los clientes de dichos establecimientos no son sólo los “pérfidos” turistas, objetivo de los pancartistas sin memoria, sino también los oriundos de una ciudad que se está acostumbrando a conformarse y a no pedir las hojas de reclamación.

Una compañía que se expande como el aceite de motor, tiene como reclamo publicitario: “disfruta de un Vivari en cada esquina”. Y tal cual. En Sants, el barrio en el que vivo unos días a la semana, hay dos Vivari distanciados por tan solo 100 metros.

Dicen los impulsores de la denuncia, que estos establecimientos irregulares tienen unas facilidades administrativas para su implantación que no tienen otros establecimientos que sí cumplen las normas. El primero, y el que debería ser el más importante, es el de la calidad, pero como es imposible vender duros a cuatro pesetas, se supone que hay gato encerrado, un felino que pasa inadvertido a los ojos de los responsables del ayuntamiento en la materia.

El problema es difícil de solventar. El Gremio de Restauradores de Barcelona, con el director de la patronal, Roger Pallarols, al frente, ha echado cuentas y el resultante es que el 30% de los establecimientos de la Ciudad Condal viven en la irregularidad. La patronal hace hincapié en su incumplimiento de la ordenanza municipal y añade una denuncia tributaria por irregularidades en materia de IVA y, cito textualmente, “en la inaplicación del convenio colectivo de la restauración”. No es poco.

Estas panaderías suelen ofrecer productos de calidad dudable

Estas panaderías suelen ofrecer productos de dudable calidad

Getty Images

Me pongo en la piel del yo, ciudadano que baja por la mañana para disfrutar de un desayuno para cargar las pilas. Más de una vez, he caído en las prisas y en la necesidad perentoria de mi mente de saciar el hambre y he entrado en una de estas empresas que sirven desayunos que, más que dar felicidad, te dan ganas de volver a la cama y levantarte como si fuera un nuevo día para poder paliar el error cometido. Hoy, por ejemplo, he pedido un bocadillo de tortilla a la francesa en una bodega de Sants en el que había mucho amor. Disculpen mi exceso de cursilería.

Lee también

Bar Alegría, sabores de Cádiz en Santa Coloma

Daniel Vázquez Sallés
Restaurant del Què fem .Bar Alegría a Santa Coloma de Gramanet.

Que Barcelona se está vulgarizando por la proliferación de estos establecimientos es una realidad y hace muy bien el Gremio en denunciar sus irregularidades. Vamos a ver si el Ayuntamiento está a la altura del problema y tiene el apoyo de unos ciudadanos que son, como yo, corresponsables de la plaga. Pero existe un 70% de establecimientos regularizados que dignifican el pan y los alimentos que sirven. Está en nuestra fuerza como clientes situarlos en el mapa.

La guerra entre el Gremio de Restauración de Barcelona contra estos establecimientos pirata no debe negar una evidencia: en Barcelona se come un pan extraordinario. Sólo hace falta ser riguroso y, si se puede, caminar más allá de lo que alcanza la vista dispuestos a pagar los duros a cinco pesetas.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...