El PSPV ratificó ayer a Diana Morant como su secretaria general; decisión que se verá confirmada en el congreso de febrero. La ministra deberá dirigir a los socialistas valencianos hasta las próximas elecciones autonómicas, previstas para 2027. Tiene el apoyo total de Pedro Sánchez, clave para entender su designación sin turbulencias; cuenta con una militancia leal a las siglas y sin ganas de abrir batallas orgánicas, algo inaudito, pero nada de esto significa que el PSPV pueda otear en el horizonte el fin de la travesía del desierto iniciada el 28-M. Ni siquiera con la compleja situación de Carlos Mazón por su gestión de la dana, muy criticada. Los sondeos publicados confirman que el PP sale castigado en la opinión pública valenciana, pero también los socialistas: el malestar va tanto contra la Generalitat, principalmente, como contra el Gobierno. Son Vox y también Compromís los que se fortalecen.

La ministra de Ciencia y Universidades y líder del PSPV, Diana Morant,
El PSPV de Diana Morant aún tiene un relato que concretar y debe clarificar ciertas posiciones que generan no poca confusión entre sus bases y simpatizantes. La última ha sido la decisión de no formar parte del consejo de administración de À Punt. Se justifica por la negativa a votar un órgano del que forma parte Vox; pero el precio que se va a pagar es muy elevado. No se podrá estar en la cocina del nuevo ente público, lo que dificultará a los socialistas la posibilidad de conocer directamente la gestión de una radio televisión donde trabajan casi cuatrocientos profesionales cuyos puestos no están garantizados al no convocarse por parte del Botànic las oposiciones. Compromís también lo ha hecho.
El PSPV de Diana Morant aún tiene un relato que concretar y debe clarificar ciertas posiciones que generan no poca confusión entre sus bases y simpatizantes"
Diana Morant lidera una formación que ha de convivir con las consecuencias del pacto del PSC con ERC en materia de financiación catalana, sin que aún hoy sepamos en qué consistirá exactamente. El PSPV ha cerrado filas con Sánchez en la propuesta de una quita de la deuda y en la proyección de un nuevo sistema de financiación autonómico del que aún no existe un documento de trabajo sobre la mesa y que genera muchas dudas sobre su metodología “bilateral y multilateral”. Solo sabemos que los socialistas rechazan el fondo de nivelación transitorio que piden el PP, Compromís, patronal y sindicatos. Tampoco queda clara la posición del PSPV respecto a los nuevos presupuestos valencianos, condicionado, en lógica, a la voluntad del PP de negociarlos, como ha sucedido en la Diputación de Valencia. Habrá que esperar.
Diana Morant debe, al fin, acabar de perfilar el marco discursivo de un partido cuyo líder nacional ha cometido el error de no tener más presencia en un momento en el que además de ayudas los damnificados por la dana necesitan sentirse arropados por sus líderes. Morant tiene tiempo para clarificar si el PSPV quiere ser más PSPV o más PSOE, más autónomo de la organización matriz o más dependiente; en eso también la federación se va a jugar su futuro en este momento de malestar creciente ante las instituciones.