El PSPV ha encontrado en la gestión de la DANA realizada por el Consell de Carlos Mazón argumentario suficiente para reactivar una labor de oposición que hasta el pasado día 29 de octubre se había instalado en el terreno de una indefinición condicionada por las directrices de Ferraz: financiación autonómica, inversiones, trasvases, etcétera. Con algunas dudas estratégicas mostradas tras los primeros días de la tragedia, su líder, la ministra Diana Morant, apunta ahora, con claridad, directamente al president valenciano e incluso ofrece sus votos a Feijóo para lograr su destitución. Pero al definir sus objetivos, los socialistas valencianos parecen descuidar dos factores que pueden perjudicar a esta federación: creer que la desaparición de Mazón presupone el debilitamiento de las derechas valencianas y creer también que la gestión de la DANA no obligará a pagar ningún precio político al partido, especialmente en la provincia de Valencia.
En el primer caso fíjense que he dicho “derechas”, pues la indignación desatada por la gestión de la tragedia puede dañar al PP, pero la percepción del abandono del Estado, al menos en los primeros días, a quien más puede beneficiar es a Vox, como así apuntan ya algunas encuestas. Y es importante recordar que en el año 2011, tras el accidente del metro (2006) y la eclosión del caso Gürtel (2008) el PP volvió a arrasar en las urnas valencianas (y en las gallegas tras el Prestige). No siempre la debilidad de un líder es condición para que la marca pierda el favor de los votantes.
El segundo error anunciado hace referencia a la evidencia de que ese malestar que se ha focalizado principalmente en el Consell de Mazón también mira, inevitablemente, al Gobierno. Los afectados no acaban de entender por qué Sánchez no tomó desde el primer minuto las riendas de la crisis ante la evidencia de que la Generalitat Valenciana estaba superada. Hubo sensación de abandono del Estado (entendido como la suma de todas las administraciones), especialmente en los primeros días tras la DANA.
Aún hoy, los afectados observan con inquietud la torpeza de la Generalitat y del Gobierno actuando cada uno por su cuenta en la reconstrucción. Un dato: Pedro Sánchez y Carlos Mazón no han vuelto a hablar desde que les increparon en Paiporta. Los socialistas valencianos conocen muy bien, además, el perfil político de la zona devastada, donde se ha residenciado históricamente una gran bolsa de votos para el PSPV; el conocido como “cinturón rojo” de Valencia. Basta darse una vuelta por estas poblaciones (y por las redes sociales) para comprender lo que les digo: se está fraguando un amplio sentimiento de rabia e ira, y si observamos lo que está sucediendo en Europa parece razonable que son las fuerzas populistas las que más pueden beneficiarse de la crisis valenciana.
La ultraderecha puede ser la gran beneficiada por el malestar de la DANA"
La perspectiva del PSPV, en estos momentos, debería incorporar lo que algunos en el partido ya observan: no basta con cerrar filas con Sánchez para creer que la federación tiene su futuro garantizado