La tortilla francesa es una de las elaboraciones hechas con huevo más populares. No en vano, es una receta sencilla, económica, rápida y muy socorrida para un desayuno, comida o cena sin complicaciones, cuando no tienes mucho tiempo, ni demasiadas ganas de cocinar, o te encuentras con la nevera prácticamente vacía.
Ahora bien, seguro que te resulta familiar la escena de pretender hacer una tortilla francesa y que se transforme en unos huevos revueltos sobre la marcha cuando se te rompe en la sartén. Hacer la tortilla francesa perfecta es más complejo de lo que parece, a fin de conseguir el punto de cocinado, la textura y la forma impecables. Para evitar que se te rompa la tortilla francesa y que quede homogénea y lisa, hay una serie de trucos que te conviene conocer.
Cómo lograr la tortilla francesa perfecta
Desde el perfil de Instagram @casanovacooks, con 980 mil seguidores, Ana Casanova comparte recetas y consejos de cocina. Entre sus vídeos, encontramos la serie “Huevos a huevo”, dedicada a distintas elaboraciones con huevo, entre ellas la tortilla francesa. Sobre la tortilla que muestra en el vídeo, promete que es “una obra de arte y no solo por cómo se ve, si no por su juego de texturas, firme por fuera y sumamente suave y cremoso por dentro”.
Para elaborar su tortilla francesa rompe tres huevos en un bol y agrega un toque de sal y pimienta negra recién molida. La primera clave para lograr una tortilla francesa de categoría es mezclar los huevos enérgicamente durante aproximadamente 30 o 40 segundos, “para incorporar de aire y que se haga una mezcla homogénea”, en palabras de la experta.
A continuación, pone unos trozos de mantequilla en la sartén, pero “no queremos que la mantequilla agarre color”. Por ello, recomienda calentarla a un fuego bajo o incluso retirar la sartén del fuego mientras la mantequilla se funde. Una vez que la mantequilla está derretida, vierte el huevo en la sartén.
Subraya la importancia de empezar mezclando constantemente los huevos con una espátula a un fuego muy bajo, para que se vaya cuajando poco a poco. Cuando empieza a quedar muy poco líquido, limpia las orillas de la sartén con la espátula y distribuye el huevo líquido por toda la superficie de la tortilla, asegurándose de que las orillas quedan despegadas.
El paso crítico llega a la hora de envolver la tortilla en sí misma. Para ello, introduce la espátula en uno de los extremos y va girando poco a poco la tortilla. Para ayudarse en el proceso y que el huevo no se pegue ni se rompa la tortilla, desvela el secreto de incorpora un poco de mantequilla en la sartén, lo cual ayuda también a aportar brillo a la tortilla conforme la vas enrollando.
Cuando ya está completamente enrollada, la sirve en un plato –de nuevo con ayuda de la mantequilla– y, como toque final, corta los extremos para que quede un aspecto muy uniforme. Finalmente, baña de nuevo la tortilla con un poco de mantequilla fundida, para dar brillo y color, coronando el plato con un poco de cebollino picado y queso parmesano rallado.