Las chucherías en Japón poco tienen que ver con lo que compramos en España. En el país asiático son comunes las cajas rellenas de este material para construir las formas que nos parezcan más atractivas. Y no solo suena llamativo para los pequeños. Los adultos también están dispuestos a probar suerte en esta especie de puzle culinario.
Ese fue el caso de una española que actualmente reside en Japón. Ella sintió curiosidad por este concepto de chuchería y se probó a montar trozos de sushi.
Sin embargo, la tarea se le complicó mucho más de lo que pensaba. "Creo que con mis 24 años puedo superar a un niño pequeño", explicaba antes de empezar. Y ella misma adelantaba el resultado: "Spoiler, no".
Conforme iba leyendo las instrucciones, más difícil lo veía. "Ni el Quimicefa", aseguraba sorprendida. Nada le salía bien. Primero, se equivocó en la zona donde tenía que echar el agua. Una vez se aclaró, sí pudo mezclar cada tipo de polvo en el espacio reservado para cada pieza de sushi.
Después, tocaba esperar a que la chuchería cogiera forma, pero el aspecto no era nada apetecible: "¿Me tengo que comer esto de verdad?". Y ella misma reconocía que "tenía un aspecto nuclear".
"Sabor químico"
Suspenso rotundo a las chuches de sushi
Pese a que consiguió hacer todo el sushi, la "pinta no invitaba a probarlo". Por mucho que se esforzó, cada vez que se echaba un trozo a la boca lo devolvía. "El sabor es químico, pero lo peor es la textura", sigue. En una puntuación del 1 al 10, ninguno pasó de un 2.