7 vinos para cuadrar con tus vinilos en estas tardes otoñales

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Joaquín Sabina, The Rolling Stones, Paco de Lucía y Frank Sinatra, entre otros, suenan mejor acompañados de estas botellas 

El vino de la semana: Clos Monlleó 2012 de Sangenís i Vaqué

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REDACCIÓN / Terceros

Joaquín Sabina, The Rolling Stones, Paco de Lucía y Frank Sinatra, entre otros, marcaron una época con su música. Se convirtieron en grandes estrellas y mucha gente se aficionó a sus canciones. Para seguir disfrutándolos como se debe, te proponemos 7 vinos con sus 7 discos de vinilo correspondientes que te alegraran estas tardes otoñales. 

Pues pongamos que hablo de Madrid, como diría Joaquín Sabina. Este vino se elabora seleccionando racimos de sus viñedos propios y con rendimientos bajos. Intenso en su color granate. En aroma es especialmente floral, con frutos rojos maduros, hierbas aromáticas y toques balsámicos. En la boca es muy jugoso, con buena estructura en el paso y fresco. Los trece meses de crianza en barrica de roble aportan complejidad y están bien ensamblados.

Un vinilo de los Rolling Stone lo disfrutaría con una copa de Brunello di Montalcino. En su larga crianza se utilizan tanto barricas de roble francés como depósitos de madera de mayor volumen. Es potente, intenso, rotundo y cargado de matices. Muy perfumado en nariz con fruta roja, flores, hierbas aromáticas, cacao y especias. La boca es muy sápida y tersa, pero dotada de gran equilibrio y larga vida.

Quién no ha tarareado una y mil veces las canciones de Loquillo. Para rendir honor al origen del cantante he pensado en un Clos Ancestral Tinto. Alrededor del Castillo de la Bleda, en el corazón del Penedès, existe viticultura desde hace más de 2000 años. La familia Torres está desarrollando una gran labor con la recuperación de este patrimonio. Es un vino con marcada acidez, fina tanicidad y equilibrio. En nariz se aprecian moras y frambuesas maduras, especias y toques tostados.

Para deleitarme con un vinilo de Leonard Cohen y su profunda voz, iría a un perfil de vino clásico. En este caso el clasicismo lo delatan los matices aromáticos como frutillos rojos, especias, cacao, café, tabaco, betún y finas maderas. La boca es tersa, carnosa, con acidez vertical y tanino fino. Su crianza ha sido larga en barricas de roble francés durante 28 meses, a los que se añaden 3 años de botella.

Solo podría pensar en un vino del marco de Jerez deleitándome con Paco de Lucia. Un palo cortado sería una apuesta absolutamente certera. Este vino generoso ha permanecido 20 años en botas centenarias. Su boca es potente, de gran porte, seca, equilibrada y de eterno final cargado de matices. En nariz repica alguna nota de su crianza biológica, aunque está dominada por frutos secos, betún, finas maderas y ahumados.

Y para un yo nací en el Mediterráneo de Serrat, un vino naranja sería una buena opción. Es un vino de categoría biodinámica y ecológica que custodia Salvador Batlle, con mínima intervención. En aromas es floral, flores de azahar, cítricos, membrillo y fruta de hueso. En el paladar es terso, sabroso, afrutado y con un final ligeramente amargo.

Para un vinilo de Frank Sinatra, americano de origen no tendría ninguna duda en un vino de uva Pinot Noir, uva tinta que hace siempre mis delicias. Oregón consigue perfectas expresiones de este vino tinto y en este caso despliega una gran sutileza en aromas y gran equilibrio y frescor en la boca. Encuentro aromas de cereza, ciruela y frambuesa. Muchos toques florales, herbales y de sotobosque le dan complejidad. En la boca es pura seda, fresco y de perfumado final.

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