El chef del restaurante barcelonés Moments, que estos días celebra quince años de andadura, es el protagonista del nuevo episodio del podcast Quédate a comer. Con Raül Balam conversamos sobre la cara menos conocida de sus padres, la chef Carme Ruscalleda y Toni Balam.
Desde la educación que él y su hermana recibieron, a las dificultades en la escuela, la rectitud de una familia que tuvo claro que había que enseñar el valor del esfuerzo y que todos tenían que contribuir en el negocio familiar, o sobre la transición de la pequeña mesa para cuatro en la cocina de casa durante la primera etapa de su infancia a esa otra “mesa de la familia” con todo el equipo del desaparecido restaurante Sant Pau, que sus padres abrieron cuando él tenía 11 años.
Los primeros tiempos en la cocina materna en los que le costó ser considerado “el hijo de los dueños”, su paso por el donostiarra Akelarre de Pedro Subijana (“era pura generosidad”), para descubrir que realmente tenía vocación de cocinero o sobre su relación con el trabajo creativo, que describe como "una competición no con los demás sino con uno mismo”, Balam explica los motivos por los que ha decidido de usar los menús temáticos como hilo conductor para crear sus platos.
La relación con el equipo, la timidez en público y su facilidad para mostrar en las redes sociales su cara más desinhibida –“soy un payaso”- son algunos de los temas que se abordan en la conversación, que concluye contando las diferencias entre las dos veces que tuvo que salir del armario: primero el armario de la homosexualidad (llegó a tocar fondo por no decidirse a contarlo y hubo un intento de quitarse la vida que ahora analiza como “una llamada de atención”) y la que lo llevó a ponerse en manos de profesionales para afrontar su problema de drogodependecias. “Ambas fueron tan duras como liberadoras”.