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¿Qué sabemos de los neandertales gracias a Svante Pääbo?

Princesa de Asturias

Fundador de la paleogenética, la disciplina que estudia el ADN de restos antiguos, ha dirigido el proyecto de secuenciación completa del genoma neandertal

Svante Pääbo, director del proyecto Genoma neandert NEANDERTAL

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En 1981, cuando Svante Pääbo era estudiante de la Universidad de Uppsala (Suecia), a nadie se le había ocurrido que se pudiera extraer material genético de cuerpos muertos. Sin embargo, este científico curioso, que hoy dirige el Departamento de genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (EVA), ubicado en Leipzig (Alemania) desde niño se había sentido completamente fascinado por las momias egipcias y estaba empecinado en intentar conseguir extraer su ADN para analizarlo

Para comprobar si su idea era una completa locura o era posible acometer tal hazaña, Pääbo realizó un experimento: metió un hígado de un animal en el horno y luego lo dejó pudrirse durante varios días. A pesar del hedor que debió inundar el laboratorio, nadie se percató. Y Pääbo fue capaz de hallar fragmentos dispersos de ADN.

Acababa de sentar las bases de la paleogenética, el estudio del material genético de restos antiguos, que le ha permitido arrojar luz sobre numerosos episodios oscuros de la evolución humana, pero, sobre todo, descubrir cómo eran los neandertales, nuestros parientes evolutivos más cercanos en el árbol genealógico de la humanidad. Nos separamos de ellos hace alrededor de unos 500.000 años y coexistimos con ellos durante los siguientes 475.000.

Así, en 1997 logró secuenciar por primera vez el genoma mitocondrial, que se hereda de madres a hijos, de un neandertal. El siguiente gran hito se produjo en 2009 cuando publicó el primer borrador del genoma completo del neandertal. Entonces Pääbo y su equipo ya hallaron genes que demostraban que esos primos del Homo sapiens tenían capacidad de hablar y de pensamiento simbólico, algo hasta el momento considerado exclusivamente humano.

Svante Pääbo, director del proyecto Genoma neandert (derecha) NEANDERTAL

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Y tan solo un año más tarde, en 2010, descubrió una nueva especie pariente humana, hasta entonces desconocida, los denisovanos, tras lograr secuenciar el ADN procedente de un fragmento diminuto de falange de una niña que vivió hace 40.000 años en la cueva de Denisova, en Siberia. Era la primera vez que se describía una nueva especie de la que no se tenía ni idea de qué aspecto tenía.

Gracias a los estudios de este genetista, hoy sabemos que los neandertales se esparcieron por una franja del planeta que va de lo que hoy es la Península Ibérica hasta Siberia y que sobrevivieron hasta hace unos 30.000 años. También sabemos que nuestros ancestros salieron de África y al esparcirse por el viejo continente se encontraron varias veces con los neandertales, con los que tuvieron hijos. A ellos les debemos alrededor de un 2% de nuestro genoma, según ha visto Pääbo.

En 2013 secuenciaron el primer genoma de alta calidad neandertal, a partir de los restos de una mujer descubierta en una cueva de Siberia y conocida como la neandertal de Altai. La secuenciación de ese genoma y su comparación con el genoma de humanos actuales aún desveló más datos sobre nuestros primos evolutivos, como por ejemplo que el 80% de los euroasiáticos poseen versiones de genes que crean filamentos de queratina, una proteína que fortalece el pelo, las uñas, la piel. La heredamos de los neandertales y a los Homo sapiens nos fue muy bien para adaptarnos a los climas europeos más fríos.

Neandertal

Josep Ramos

Aunque también heredamos versiones de genes que nos predisponen a ciertas enfermedades, como al lupus, el Crohn o la adicción al tabaco. De los neandertales también sabemos que tenían un cráneo tan grande como el nuestro y que carecían con una mutación que nos permite a los sapiens digerir la lactosa.

Estudiar el ADN de esta especie extinta y también de los denisovanos, ayuda a desvelar capítulos de nuestra historia evolutiva y también a intentar responder a la pregunta de ¿qué nos hace humanos?, a la que Svante Pääbo sin duda alguna tanto ha contribuido. Como asegura el experto en paleogenética, Carles Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF), “Pääbo ha marcado un antes y un después en la comprensión de la evolución humana.”