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Cómo desconectar si pasas del teletrabajo a las vacaciones sin cambiar de entorno

Psicología

Estrategias para saber distanciarse de las actividades laborales y relajarse, aunque sea desde casa

¿Te estresan las vacaciones? Siete consejos para desconectar del trabajo y disfrutar del descanso

Tiempo de vacaciones en un verano extraño: hay que cambiar de chip y sustituir el teletrabajo por relax

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¿Vacaciones en la nueva normalidad? Pues sí, ha llegado la hora de hacerlas y disfrutarlas aunque sea en casa. Los expertos consultados advierten que hay que romper con la rutina del trabajo y tomarse un descanso aunque no se tenga un plan o viaje previsto. ¿Se puede pasar las vacaciones en el mismo lugar donde se ha estado teletrabajando los últimos meses? No es fácil. Pero se debe hacer. Te explicamos cómo.

Dos de cada tres españoles no se irán de vacaciones, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado el pasado junio. Pero aunque toque quedarse en casa porque se te ha cancelado el viaje, por incertidumbre frente a la pandemia, por motivos económicos u otros, ¡hay que desconectar del trabajo! No desesperes: hay recomendaciones que puedes aplicar para lograrlo, y más este año en que vivimos una situación excepcional.

Beneficios

¿Por qué es tan importante un descanso?

Cuerpo y mente piden un “reset”, para reanudar luego el trabajo con energía renovada

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En primer lugar, conviene centrar el foco en lo importante que resultan las vacaciones. “Uno de los grandes fallos, entre comillas, que ha habido en esta pandemia es que nos hemos preocupado mucho por el tema físico, por la enfermedad, pero no nos damos cuenta de lo fundamental que es también estar bien mentalmente”, reflexiona Raquel Artuch, profesora en el máster de Psicopedagogía de la UNIR (Universidad Internacional de La Rioja).

Las vacaciones son esenciales para desconectar, apunta Artuch. “La mente, si no la ‘desenchufamos’, no resetea. Necesita descansar para recargar energía y volver con más fuerzas”.

“Las vacaciones forman parte del trabajo y si no las respetamos tampoco haremos bien las actividades profesionales”, agrega Dolors Liria, experta en psicoterapia y salud profesional. Tenemos una resistencia determinada y cuando llegamos al tope porque llevamos muchos meses trabajando sin descanso, no podemos emprender una nueva etapa de forma eficaz a partir de septiembre porque estamos agotados, física y emocionalmente. “Por eso son imprescindibles”, enfatiza Liria, que es también vocal de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (COPC).

Llega un momento en que es imprescindible un descanso físico y mental, si no, el sistema inmune se resiente

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Recargar energía

“Las vacaciones forman parte del trabajo. Hay que parar cuando estamos agotados, física y emocionalmente”

Dolors Liria
Psicóloga experta en psicoterapia y salud profesional

Además, vivimos una situación que va a requerir que no desgastemos la energía y que recarguemos en la medida de lo posible para seguir afrontándola. Tenemos que descansar “porque, sino, la mente y el cuerpo se rompen, y desde luego cuando uno no está bien, el sistema inmune también se debilita, y es otro factor a tener en cuenta”, comenta Artuch.

Un mes, quince días, una semana… ¿Cuánto deberían durar las vacaciones para que realmente desconectemos? La respuesta no está en un número concreto, sino en la calidad. “Hay quien en pocos días es capaz de dejar el trabajo a un lado y otros no consiguen desconectar en todo un mes”, dice Liria.

Artuch coincide en que depende de la capacidad de cada uno para desconectar. Hay personas que se van una semana y dicen que vuelven como nuevos, porque han sabido desconectar de verdad, comenta. “Lo que está claro –continúa– es que el lugar da lo mismo, te vayas de viaje o te quedes en casa”.

De todas formas, las expertas aseguran que quince días sería lo mínimo para desconectar. Eso sí, según la psicóloga Dolors Liria, las vacaciones también requieren de un miniproceso de adaptación. “No hay que olvidar que estamos inmersos en un ritmo de trabajo, unas rutinas que de repente se tienen que cambiar. Es recomendable, cuando se pueda, ir adentrándose en las vacaciones de forma progresiva . Es decir, bajar un poco el ritmo para que después, cuando ya estemos de vacaciones, el contraste no sea tan grande. Eso nos permite llegar en mejores condiciones al tiempo de descanso”, enfatiza.

Desde luego, permanecer en el mismo escenario en el que hemos estado trabajando durante meses dificulta el poder desconectar y siempre es mejor cambiar de contexto. Pero hay estrategias para llevarlo lo mejor posible, dicen las expertas.

Para cambiar de chip y relajarse en casa es básico guardar ordenadores y todo lo relacionado con el teletrabajo

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De hecho, lo extraño fue tener que trabajar en el hogar, especialmente con niños, que tenían que hacer sus actividades escolares, a menudo en el mismo espacio, comenta Liria.

“Quizás lo que toca ahora es devolver al espacio doméstico su lugar y sus funciones –recalca– y eso pasa por guardar ordenadores, papeles y todo aquello que nos recuerde al trabajo que hicimos durante el confinamiento”. Si teníamos un despacho en un espacio diferenciado, tal vez es el momento de cerrar la puerta e incluso poner un cartel de “cerrado por vacaciones”.

Lo fundamental es aprovechar el tiempo, disfrutar de las personas que tenemos a nuestro alrededor y dejar de lado la negatividad, porque perjudica mucho mentalmente, recuerda la doctora en psicopedagogía, Raquel Artuch.

“Hay que contrarrestar esa sensación negativa que podamos tener ante las situaciones difíciles y sobre lo que uno no pudo hacer o aquello que no tiene. Siempre con la mejor actitud posible y sentido del humor”.

Claves para desconectar

Para que la mente interrumpa su actividad profesional habitual podemos hacer muchas cosas. Por supuesto, sin olvidar las medidas de seguridad y prevención que requiere la situación actual, las expertas aportan consejos para desconectar y disfrutar de las merecidas vacaciones:

Cambia la distribución de tu casa

Le irá bien a tu mente hacer algún pequeño cambio en la estética de tu hogar o el espacio donde has estado teletrabajando. Por ejemplo: puedes cambiar la distribución de la estancia, las fundas de los cojines, poner una sábana diferente sobre el sofá, colocar alguna planta nueva o un cuadro distinto –si es posible con algún motivo más veraniego– que te permita darle otro aire o una visión distinta al espacio. Esta pequeña transformación puede ayudarte a tener la sensación de que estás en otro lugar. Y no requiere grandes inversiones.

Intenta controlar la incertidumbre

¿Y esto hasta cuándo? ¿Volveré al lugar de trabajo? ¿Tendré que llevar mascarilla? ¿Mis hijos podrán volver al colegio? ¿Nos confinarán otra vez? Muchas veces lo que más pesa es la incertidumbre. En la medida de lo posible, hay que controlar lo que podamos y desconectar el tiempo que sea posible, pero de verdad, aconseja Artuch.

También hay que aprender a disfrutar de no hacer nada y a no estar constantemente conectados con algo. Es necesario evadirse, descansar y recargar pilas para reconectar de verdad, puntualiza la experta de la UNIR.

Las pequeñas cosas importan

Hay que procurar saborear el presente , ya que no podemos controlar la incertidumbre

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Si bien no es posible desconectar de la incertidumbre, vamos a tener que transitar por ella los próximos meses y es lógico que nos genere angustia. Hay que procurar vivir el presente, centrarnos en los pequeños detalles que sí podemos saborear aquí y ahora, aconseja la psicoterapeuta Dolors Liria. “ Hay que centrarnos en lo que podemos controlar”, recuerda.

Cambia el foco

La psicopedagoga Artuch aconseja buscar las oportunidades que son factibles. Intentar solo controlar lo que está en nuestra manos. Por ejemplo, frente al virus: mantener la distancia social, ponerse la mascarilla y organizarse sin frustrarse. No recrearse en expectativas que nos generen angustia. Si voy pensando que mis vacaciones ideales son ir a unas islas a las que no puedo ir, voy a sentirme mal todo el verano.

Pon límites a tu mundo digital

Ni correo electrónico, ni WhatsApp. Fuera herramientas que se emplean durante el trabajo. Intenta prescindir de ellas o busca alternativas. Consejo: puedes silenciar los grupos de WhatsApp que tengan que ver con tu actividad laboral.

Es importante desconectar también del mundo digital, advierte Liria. “En la medida de posible, que las actividades en familia no supongan el contacto con lo digital. No se trata de eliminarlo por completo, pero sí de aprovechar las ofertas que te permite el verano para que los niños también hagan actividades que no sean a través de una pantalla”.

Planifica salidas, aunque sean cerca

Tus vacaciones de este año pueden ser salidas al pueblo de al lado, que no lo conoces bien o tiene muchas cosas que no has descubierto, dice Artuch: “No cuestan dinero. Quizás puedes planificar una salida de un día o de una mañana, llevarte tu merienda o tu almuerzo y ya está”. ¡A disfrutar!

Muévete por tu ciudad o pueblo

En cualquier pueblo cercano puedes descubrir algo desconocido o pasar un buen rato en familia

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En la medida que nos lo permitan las autoridades puedes hacer actividades por el lugar donde vives. “No hay que olvidar que el hecho de estar de vacaciones nos puede permitir hacer cosas que no podemos cuando estamos trabajando”, apunta Liria.

Presta atención a tu familia

Aprovecha para estar de verdad con tu familia. Hemos convivido en el mismo lugar durante el confinamiento, pero muchas veces teletrabajando y quizás no hemos prestado atención a los otros miembros de la familia. “Las vacaciones, aunque se esté en casa, pueden servir para eso, para aprovechar y convivir de otro modo con la gente de mi alrededor”, coinciden las expertas.

Planifica actividades con tus hijos

Procura hacer actividades con tus hijos que supongan una novedad en su día a día. Sin tener que ir muy lejos, en la propia ciudad o el pueblo. La cuestión es hacer algo distinto para que uno sienta que puede desconectar de lo habitual.

Buen momento para compartir salidas y actividades con los hijos que rompan la rutina

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Viaja a través de la gastronomía

Artuch sugiere viajar estando en casa a través de las comidas temáticas, cambiar de roles o incluso disfrazarte. “Desde luego, querer es poder, y eso es fundamental”, añade.

Date un capricho

Intenta realizar actividades distintas a las habituales. A lo mejor puedes darte un capricho entre semana. Un aperitivo, una comida especial, alguna actividad que normalmente no hagas en ese espacio. Hay que tirar un poco de creatividad, enfatiza Liria.

“En los momentos adversos, los seres humanos somos capaces de ser muy creativos para adaptarnos a las situaciones difíciles. Quizás es importante confiar en esta capacidad y pensar un poco en qué cosas pueden hacernos sentir de vacaciones desde casa”, afirma.

Un simple picnic puede hacerte sentir en vacaciones

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Cambia el “no” por el “sí puedo”

Hay que dejar de fijarse en todo aquello que no se ha podido o no se puede hacer (vacaciones y viajes cancelados, una situación complicada...), señala Artuch. “Debemos dejar los aspectos negativos del no puedo y poner la mirada en lo que sí se puede hacer en el día a día. Hay que aprovechar los recursos a nuestro alcance para estar bien”, agrega.

Aprovecha el tiempo

Recuerda: Tempus fugit. El tiempo vuela. Tuvimos la sensación en el confinamiento de que el tiempo se paraba, pero no es así. La vida pasa, comenta Artuch. Debemos aprovechar lo que la vida nos da y adaptarnos a las circunstancias en las que estamos, que no son iguales para todos.

El virus nos ha afectado a todos, pero no de la misma manera. Siempre en la medida de las posibilidades, el vaso se puede ver medio lleno y no medio vacío. Y buscar una parte positiva de las circunstancias. “Ya lo dice la canción, Resistiré. Sí, pero resistiré como el junco que se dobla y siempre sigue en pie, es decir resistiré pero creciendo, rehaciéndome y agradeciendo que estoy bien y tengo una familia al lado”, insiste Raquel Artuch.

Desarrolla la resiliencia

Desarrollar la capacidad de resiliencia ahora mismo es fundamental. “Porque debemos enfrentar la adversidad, tener en cuenta los apoyos con los que cuento y saber ver las dificultades como una oportunidad”, explica Artuch. “Cuando no puedo cambiar las circunstancias, lo único que puedo hacer es variar la forma en que yo vivo esas circunstancias –agrega– porque eso es lo único que está en mis manos”.