Cómo empezar a meditar desde cero
Mejora el estado de ánimo
Cuatro sencillos consejos para los que no saben por dónde arrancar
Los beneficios de la meditación son de sobra conocidos y han sido demostrados en múltiples ocasiones y en diversas investigaciones. Meditar mejora el estado de ánimo y reduce los síntomas de estrés, depresión y ansiedad.
Ramiro Calle, pionero de la enseñanza del yoga y la meditación en España, explica que nuestra mente se puede entrenar: la meditación no es otra cosa que un método para cultivar su potencial y mejorar la atención, energía, sosiego, lucidez y compasión.
Consejos para iniciarse en la meditación
Esta práctica adopta distintas formas y se puede llevar a cabo a partir de diferentes ejercicios: sentir el propio cuerpo, sentir la respiración, observar cómo pasan los pensamientos inafectadamente, etcétera.
Si bien es cierto que al principio puede entrañar ciertas dificultades concentrarse y sosegar la mente, la idea de que la meditación exige sacrificio o esfuerzo es errónea. Consiste en encontrar el tipo de meditación más apropiado para cada uno y no olvidar que no se trata de torturarse, sino todo lo contrario.
1. Empezar con la respiración
La respiración es la fuente de la vida, el nexo entre el cuerpo y la mente. Conectarnos con ella nos sitúa en el momento presente. Podemos empezar simplemente por observarla, prestando atención a nuestra nariz y a cómo nos imaginamos que entra el aire por ella y hacia dónde se dirige, y fijarnos en notar cómo sale.
2. Poco a poco
Cuando estamos empezando, no es aconsejable alargar las prácticas. Conviene hacerlo en periodos de tiempo cortos, integrados en la rutina del día a día. Entre cinco y diez minutos es suficiente, e incluso podríamos empezar por hacerlo solo durante un minuto.
3. Comodidad
La comodidad es esencial y a ello contribuirá la elección de la ropa y el lugar. Es necesario encontrar un sitio sereno y tranquilo, con luz tenue, donde no seamos molestados y podamos encontrar una postura cómoda.
Lo ideal es la posición de loto, es decir, sentados con las piernas cruzadas y cada pie situado encima del muslo opuesto. Si resulta demasiado incómoda, podemos colocar unos cojines debajo de los glúteos o buscar otra postura que nos permita tener la espina dorsal erguida, incluso sentados en una silla.
4. Sin miedo al fracaso
Los hindúes comparan nuestra mente con un mono o un elefante loco y furioso, ya que tiende a generar problemas y sufrimiento. El fracaso es parte de cualquier proceso de aprendizaje, así que lo más natural es que nos desconcentremos y debamos redirigir nuestra atención constantemente. Es importante comprender que esto forma parte del proceso y no dejarnos desanimar, sin juzgarnos ni recriminarnos por ello. Se trata simplemente de reconducir la mente: tantas veces como se desconcentre, tantas veces habremos de redirigir la atención a aquello que nos hemos propuesto.