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Así afectan las redes sociales a tu autoestima según tu edad

Los estudios se contradicen, los expertos aclaran nuestras dudas

Redes sociales

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Desde la aparición de redes sociales como Twitter o Facebook se han llevado a cabo muchos estudios sobre cómo afectan a nuestro comportamiento y autoestima. Su uso se ha asociado a cosas tan negativas como la disminución de la felicidad, más estrés, menos autocontrol o a sentirnos más solos. Otros, sin embargo, tienen conclusiones completamente opuestas: mejoran nuestra autoestima y hacen que nos sintamos menos solos. ¿Es posible que teniendo cientos de amigos y seguidores nos sintamos más solos que nunca?

¿Somos nosotros mismos en las redes?

“Creo que hay un poco de mito y demonización con el tema de las redes sociales” afirma la psicóloga Mónica Quintana. Para ella, esto se debe al miedo que viene sobre todo por parte de generaciones que no han crecido en un mundo en el que las tecnologías formasen parte de su día a día, como es el caso de la generación X -los nacidos entre 1960 y 1980-. Sin embargo, opina, “son como cualquier otra tecnología, ni buenas, ni malas“.

Redes sociales

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Entre todas las diferencias de comportamiento que se achacan a las redes sociales una de las mas sonadas es la de que no nos mostramos a nosotros mismos. Sobre esto, la psicóloga Maite Sánchez-Mora es de la opinión de que nos formamos un “perfil” dentro de ellas y “no damos la cara”. Esto hace que no tengamos filtro y no nos contengamos en cuanto al tipo de cosas que publicamos. Esto puede deberse a la brecha generacional de la que habla Quintana. Algo que se hace latente en la forma en la que no comportamos dentro de las redes, pero también fuera de ellas.

Para los mayores de 40 años el principal medio de comunicación sigue siendo el cara a cara. Su presencia en las redes es mucho más comedida. Por esto, miran mucho más qué tipo de cosas comparten y con quién. En definitiva: tienen mayor control sobre la privacidad que los más jóvenes. Estos, por su parte, tienen una concepción más amplia sobre las cosas que se pueden compartir.

Jóvenes haciendose un selfie

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Esto llega a su máximo exponente con la generación post-milenio. Estos jóvenes -los nacidos después del año 2000- han crecido en la sociedad de la información. En un mundo en el que la tecnología forma parte de sus vidas desde el principio y -mientras estas mejoran- crecen con ellas. Para ellos, el contacto a través de las redes sociales no es extraño. “Consiguen grandes comunidades entorno a sí, que llegan a ser audiencias. Aunque -aclara Quintan- en algunas ocasiones no disponen de estas mismas redes en su vida personal”. Se trata de un paradigma que puede estar relacionado a la falta del tiempo o quizás del interés.

Los patrones sociales por los que nos relacionamos siguen siendo los mismos

Más allá de las diferencias generacionales que puedan existir -en cuanto a lo que compartimos o dejamos de compartir- y de que los medios hayan cambiado, los patrones sociales por los que nos relacionamos siguen siendo los mismos. Es la opinión del doctor en sociología y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, Francesc Nuñez, que afirma que -igual que en el cara a cara- “las comunidades virtuales están compuestas, desde hace tiempo -anterior a las redes sociales-, entre personas de afinidades similares“. Tanto en las redes, como fuera de ellas nos movemos en círculos y lugares donde hay personas con intereses parecidos a los nuestros.

¿Cómo influyen las redes en nuestro estado de ánimo?

Botón 'me gusta' de Facebook

Otras Fuentes

“Depende de lo importante que sea estar presente o activo en esa red social” indica Sánchez-Mora. Para aquellas personas con una alta dependencia a las redes sociales si tiene repercusiones en su estado de ánimo. Sin embargo, esto no le ocurre a todo el mundo.

El mecanismo “opera igual online que offline” afirma Quintana. Nuestro estado de ánimo está en parte relacionado con la necesidad del ser humano de sentirse parte de algo, de una comunidad. “Necesitamos sentirnos reconocidos por otros para tener una buena autoestima” continúa Quintana. Esto, tanto dentro como fuera de internet se traduce en nuestras relaciones personales.

Un ‘me gusta’ en Facebook no tiene porque significar una recompensa para nuestro estado de ánimo en forma de gratitud

En cuanto a si el reconocimiento es mejor en el mundo de las redes sociales o fuera de él, Quintana considera que depende. Un ‘me gusta’ en Facebook no tiene porque significar una recompensa para nuestro estado de ánimo en forma de gratitud. Sin embargo, “una buena recomendación pública como puede ser la de un jefe en LinkedIn puede ser más gratificante que una felicitación dentro de un despacho” explica Quintana. Lo que diferencia una cosa de otra es la visibilidad del gesto.

Comunicación emocional

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Pero, en una sociedad en la que todos tenemos cada vez más presencia en las redes sociales y estas -a su vez- ocupan más espacio en nuestras vidas, ¿qué ocurre si no recibimos un feedback gratificante? Pensar en esto nos lleva a repetirnos la pregunta inicial, ¿es posible que nos sintamos más solos?

Las relaciones sociales en las redes sociales llevan consigo una parte que es innegable, que es la cuestión de la cercanía física. El equilibrio se encuentra al mantener “la comunicación emocional de la que forma parte la dimensión física que no se puede conseguir en las redes” explica Quintana. Pero, esto también puede ocurrir en relaciones interpersonales donde no hay ningún tipo de contacto físico.

En cuanto a la soledad, Quintana es muy clara: “no es un tema de las redes sociales. No creo que nos hagan sentir más solos. Son un medio, un canal, nada más”.