Las 'relaciones débiles' con conocidos también son clave para la felicidad

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Estudios científicos demuestran la importancia de los vínculos de baja intensidad para el bienestar físico y emocional, la plenitud e incluso para la carrera profesional

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Tener una charla en la calle mientras paseas al perro, hablar en el parque con otros padres o una breve cháchara de ascensor con un vecino son ejemplos de 'lazos débiles' que benefician al bienestar 

Mané Espinosa

¿Crees que no merece la pena pararse a charlar con un vecino o hablar en un parque mientras paseas a tu perro? Estás en un error, investigaciones y profesionales demuestran que interactuar con desconocidos habituales y cultivar las interacciones débiles tiene muchos beneficios. Esos ratitos que dedicas a tus conocidos no caen en saco roto.

La importancia de tener amigos es conocida por todos y son muchos los estudios que demuestran los beneficios para la felicidad y la salud, pero se habla menos de la importancia de los llamados ‘lazos débiles’, es decir, los conocidos con los que mantenemos breves charlas, con quienes no cultivamos una profunda amistad, pero que también contribuyen seriamente a nuestro bienestar emocional, según la ciencia.

El término ‘lazos débiles’ fue acuñado por el sociólogo Mark S. Granovetter en su publicación The Strength of Weak Ties (La fuerza de los lazos débiles), donde se constata que la interacción con conocidos aporta mucho al bienestar emocional y a la felicidad, contribuye a tener más y más diversa información, potencia la innovación e incluso ayudan a mejorar la carrera profesional, entre otros muchos beneficios.

Uno de los elementos clave para que se dé la felicidad es precisamente la relación con los otros, no podemos ser felices si no nos relacionamos

Guillermo FauceDoctor en psicología y presidente de la fundación Psicología Sin Fronteras

Las investigaciones y los expertos en psicología social a los que hemos consultado hablan de que estos lazos débiles contribuyen a una mejor salud física, mental y relacional, que nos hacen sentir más felices incluso cuando no son profundas, que aportan una perspectiva más amplia del mundo que nos rodea, que ayudan a dar impulso en el ámbito laboral y que sirven además de práctica para la habilidades de comunicación con los demás.

Tener una charla en la calle mientras paseas al perro, hablar en el parque con otros padres, una breve cháchara de ascensor con un vecino, comentar un partido o una noticia con otro cliente habitual de tu bar de siempre… todos esos son lazos débiles que benefician a la salud y contribuyen a la felicidad, aunque puedan parecer banales. Según Granovetter, los vínculos débiles son personas que conoces, pero no muy bien. Son simplemente conocidos.

No se dan relaciones con una frecuencia muy elevada, no tienen que ser necesariamente recíprocas, no son muy intensas sino más bien de carácter esporádicas

Ignacio Ramos VidalDoctor en psicología social y profesor de la Universidad de Sevilla

“Compartir un mismo espacio en un momento determinado, vivir en el mismo edificio, trabajar en el mismo lugar, ir al mismo bar al que vas a tomarte una cerveza y saludarse”, son ejemplos de relaciones líquidas, según explica en conversación con La Vanguardia Guillermo Fauce, doctor en psicología, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la fundación Psicología Sin Fronteras. “Se convierte en una relación débil cuando le pones nombre a la persona”, resume.

Para Ignacio Ramos Vidal, profesor de psicología social y miembro del instituto de estudios latinoamericanos de la Universidad de Sevilla, un lazo débil “es por ejemplo aquel en el que no se dan relaciones con una frecuencia muy elevada, no tienen que ser necesariamente recíprocas, son esporádicas, con personas que no forman parte de nuestro círculo social inmediato”. “Al menos hay que tener capacidad para reconocer a la persona”, sintetiza Ramos en conversación con La Vanguardia.

Lazos débiles, relaciones líquidas, vínculos poco profundos… los conocidos en definitiva, tienen un papel en nuestra salud y en nuestra felicidad al que se le ha dado poco protagonismo, pero que está constatado que son importantes en algunas parcelas de la vida, además de que “no hay relaciones sólidas si primero no ha habido una débil”, añade Fauce.

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Este tipo de relaciones también contribuyen a la salud física, mental y social

Además, “las relaciones sociales son un elemento clave en nuestra salud”, en la que se establecen tres áreas totalmente relacionadas según Fauce, La “salud física, social y emocional o psicológica (…) y sin esas tres patas, no hay salud”.

“Es indudable que las relaciones débiles influyen en la felicidad”, afirma Ramos, porque por un lado las relaciones sociales evitan el aislamiento social “que sabemos por evidencias científicas que condiciona la salud tanto mental como física”. Por otra parte, “el apoyo social contribuye al bienestar y además amortigua el estrés y la tensión psicológica que padecemos debido a las circunstancias”. “Todo eso se minimiza si tenemos un contexto social en el que poder apoyarnos”, explica.

Más unidos

Sentimiento de pertenencia al grupo

Otro de los estudios que constataron la importancia de las relaciones líquidas fue el realizado por Gillian M Sandstrom y Elizabeth W Dunn en 2014 bajo el título Social Interactions and Well-Being: The Surprising Power of Weak Ties (Interacciones sociales y bienestar: el sorprendente poder de los vínculos débiles). Las investigadoras hicieron varios análisis con estudiantes de los que se dedujeron que “experimentaron mayor felicidad y sentimiento de pertenencia en los días que habían interactuado con más compañeros de lo habitual” y tras ampliar el alcance del estudio, que incluía interacciones con vínculos tanto fuertes como débiles, volvieron a dilucidar que “las interacciones sociales con los miembros más periféricos de nuestras redes sociales contribuyen a nuestro bienestar”.

“Los resultados actuales resaltan el poder de lazos débiles, sugiriendo que incluso las interacciones sociales con los miembros más periféricos de nuestras redes sociales contribuyen a nuestro bienestar”, determina este estudio.

Más innovación

Nos abren al mundo, aportan una visión más global

El sociólogo de la Universidad John Hopkins que acuñó el término en los años 70 ya determinó que las relaciones de baja intensidad generan mayor innovación frente a aquellas más constantes y afines.

Ramos destaca en la entrevista con La Vanguardia este beneficio y añade que “disponer de estos lazos débiles, es decir, poder ir más allá de nuestro círculo cerrado, altamente cohesionado y de personas que se parecen mucho a nosotros es importante porque nos permite acceder a información no redundante, a información que es poco probable que fluya a través de nuestro entorno inmediato”.

Disponer de estos lazos débiles (...) es importante porque nos permite acceder a información no redundante, a información que es poco probable que fluya a través de nuestro entorno inmediato

Ignacio Ramos VidalDoctor en psicología social y profesor de la Universidad de Sevilla

“Cuanto más compares, más hables con otros y más externalices, más abierto vas a estar al mundo, más parte del mundo te vas a sentir y va a tener un efecto muy positivo para tu salud social, que es fundamental para que haya salud”. “Si no, se produce un malestar, conflicto, aislamiento y esto genera un impacto emocional y relacional”, aporta Fauce.

“Los lazos débiles tienen una peculiaridad y es que muchas veces tendemos a contar nuestros secretos o confidencias íntimas a personas con las que nos une una relación de poca intensidad o más esporádica, y esto tiene una explicación contraintuitiva. Es que al tratarse de una persona que no forma parte de nuestro círculo inmediato, nos sentimos menos juzgados y sentimos por ejemplo que hay menos probabilidad de que esa confidencia o secreto trascienda y eso nos da cierta sensación de seguridad y libertad”, cuenta Ramos.

Nos sentimos menos juzgados y que hay menos probabilidad de que esa confidencia salga de ese círculo lejano y acabe enterándose gente de nuestro entorno inmediato, y eso nos da cierta sensación de seguridad y libertad

Ignacio Ramos VidalDoctor en psicología social y profesor de la Universidad de Sevilla

Más recientemente, un equipo de investigadores de Harvard, Stanford, MIT y LinkedIn realizaron en 2022 el mayor estudio experimental hasta la fecha sobre el impacto de las redes sociales en el mercado laboral y han dilucidado que las conexiones sociales más débiles tienen un efecto beneficioso mayor en la movilidad laboral que los lazos más fuertes.

Un trabajo que supone la primera evidencia experimental a gran escala, longitudinal y experimental sobre los efectos causales de los lazos fuertes y débiles en la movilidad laboral y que ha sido publicado en la revista Science con el título A causal test of the strength of weak ties.

En su estudio, los investigadores realizaron un conjunto de experimentos en LinkedIn durante 5 años con 20 millones de personas en todo el mundo, durante los cuales se crearon se crearon 2.000 millones de nuevos vínculos y 600.000 nuevos puestos de trabajo.

La soledad no deseada produce sufrimiento emocional

Los lazos débiles pueden ayudar a las personas que sufren la soledad no deseada. 

Xavier Cervera

Personas mayores, jóvenes y adolescentes, inmigrantes recién llegados a un lugar, personas que teletrabajan y pasa mucho tiempo solas son algunos de los perfiles para los que estables lazos débiles cobra especial importancia

“Muchos de los programas que se están haciendo contra la epidemia de la soledad no deseada van en esta dirección”, afirma Fauce, desde vecinos que se ayudan entre ellos hasta “construir espacios comunitarios colectivos para poder simplemente tomar un café o ver una película juntos, en resumen, reconstruir lo comunitario y buscar espacios de encuentro de la sociedad”, explica.

Estamos interviniendo por ejemplo con los migrantes que están llegando a Canarias y muchos de los programas están enfocados a que la gente rompa ese aislamiento

Guillermo FauceDoctor en psicología y presidente de la fundación Psicología Sin Fronteras

A través de Psicología Sin Fronteras, su presidente explica que “estamos interviniendo por ejemplo con los migrantes que están llegando a Canarias y muchos de los programas están enfocados a que la gente rompa ese aislamiento” a su llegada. “Es una de las primeras cosas que hacemos”, insiste.

“Estamos en el siglo de la soledad no deseada y en particular está creciendo mucho entre adolescentes y jóvenes porque tienen muchas conexiones y pocas relaciones”, explica Guillermo Fauce, que insiste durante la entrevista en cómo han afectado, para bien y para mal, las redes sociales virtuales en la creación de lazos y la salud relacional.

Estamos en el siglo de la soledad no deseada y en particular está creciendo mucho entre adolescentes y jóvenes porque tienen muchas conexiones y pocas relaciones

Guillermo FauceDoctor en psicología y presidente de la fundación Psicología Sin Fronteras

Basar las relaciones líquidas en Internet es un arma de doble filo, porque por un lado es cierto que ayudan a “acercar las relaciones y superar barreras que pueda haber como de timidez o de miedo” y para eso están resultando muy útiles las herramientas como las redes sociales, wasap, etc, si bien tienen el peligro de convertir en virtuales las relaciones y hacer que sean aún más efímeras.

“Tiene que combinarse, el wasap es muy potente a la hora de romper barreras para comunicarte con alguien de fuera y eso es bueno porque antes tenías que escribir una carta y esperar”, “el problema es si reducimos toda la comunicación sólo a eso, apostilla Fauce.

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Tanto los dos expertos en psicología social con los que hemos hablados como numerosos estudios avalan e insisten en la importancia crucial de los lazos fuertes para el bienestar y la salud física, psicológica y relacional de las personas.

A este respecto hay además un estudio de Harvard titulado The Study of Adult Development que dio comienzo en 1938 y que aún hoy sigue en marcha, en el que se constata la importancia de tener conexiones sociales fuertes y profundas y afirma que quienes tienen relaciones humanas sólidas envejecen con más salud y son más longevos.

En la combinación de ambas está la clave, por un lado porque no se pueden establecer lazos fuertes sin que previamente hayan sido débiles, como comentaba Fauce a este periódico y por otro porque algunos de los grandes beneficios que nos aportan las relaciones líquidas son diferentes, como la apertura al mundo, la mejora de los contactos, el sentimiento de pertenencia al grupo e incluso para descargar secretos.

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