¿Tu gato orina en la ropa o por la casa? Así puedes identificar por qué y solucionarlo
Educación felina
Hacerse pipí fuera del arenero es uno de los problemas de conducta más comunes en los felinos domésticos
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“Tiana es muy señora”, dice su dueña. Ester está harta. No para de limpiar orines de su gata en varios rincones de la casa. Pese a tener bandejas sanitarias con arena limpia repartidas en dos puntos de la vivienda, esta persa de nueve años sigue haciendo sus necesidades donde quiere. A veces, incluso justo al lado del arenal. Eso sí, nunca en el parquet, sino en el gres; al menos, en eso, su propietaria no sufre por si lo daña.
Ester ha seguido a rajatabla todos los consejos del veterinario, pero ni aún así la situación mejora. Si bien es cierto que algunas veces Tiana padecía una infección de orina; en otras no, como ahora. Tras descartar cualquier problema físico, Ester está pensando en contactar con un etólogo, un experto en comportamiento animal, por si se tratara de algo más relacionado con su comportamiento. Su objetivo es hallar una solución.
“El caso de gatos que orinan fuera de la bandeja es uno de los problemas comportamentales más comunes en los gatos”, explica Elena Desoi, veterinaria de Canis Hospital Veterinario. Y la pregunta habitual que se plantean los propietarios ante esta conducta es precisamente ¿por qué lo hacen?
“Es necesario determinar si sólo es que el animal se orina fuera del arenal (periuria) o también existen otras problemáticas, como sangre en la orina, aumento del número de micciones o dolor en la micción. En ocasiones se dan uno de estos síntomas, varios o todos a la vez”, dice Desoi.
“A veces la causa es que se encuentran mal, el animal siente molestias cuando orina o defeca y busca a ver si haciéndolo en otro sitio estas molestas no se dan”, aclara la etóloga Marta Amat, investigadora del departamento de Ciència Animal i dels Aliments de la Facultat de Veterinària de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). “Y dependiendo del origen del problema –si son cálculos vesicales o una cistitis inflamatoria, entre otras patologías posibles–se aplicará un tratamiento específico para ello, como antibióticos, anti-inflamatorios...”, añade Desoi.
“A veces el animal siente molestias cuando orina o defeca y busca a ver si haciéndolo en otro sitio desaparecen”
MARTA AMAT
Etóloga e investigadora Facultat de Veterinària UAB
Ahora bien, otra cosa es que el gato orine fuera de su arenero estando sano. Entonces, el abordaje del problema ha de ser distinto, y el propietario ha de tener el cuenta la siguientes posibilidades:
El arenero
Según los expertos, podría ser que alguna cosa del arenal no le guste al felino. A lo mejor será donde está colocado. Puede que sea un lugar de difícil acceso, o demasiado ruidoso, que esté al lado de la comida o del abrevadero... “A los gatos no les gusta que esté cerca de donde comen ni descansan”, indica Amat.
También podría ser que el problema fuera algo relacionado con el tipo de arenero. “Les gustan más los destapados. Y preferiblemente que sean grandes y no muy altos. El borde no ha de ser muy elevado”, comenta esta etóloga.
También puede que el verdadero inconveniente para el gato sea la arena. Estos felinos prefieren aquellas que no están perfumadas, y las que no contienen aglomerantes. “Para el propietario es más fácil eliminar el residuo en las arenas donde se forman grumos, porque se retira el residuo y el resto queda limpio. Pero este tipo de arenas no son las preferidas de estos animales”, precisa la especialista.
Otra posibilidad es que haya poca arena o no esté convenientemente limpia. Si la bandeja está sucia, está claro que el animal irá a buscar un lugar alternativo, advierten los expertos.
La conducta
Si hemos comprobado que el gato no tiene ningún problema con la bandeja sanitaria, que incluso la utiliza a veces pero también continúa haciendo pipí fuera de lugar, entonces estaremos ante un problema de conducta, que puede estar motivado por varias razones.
La primera podría ser un marcaje sexual. Lo hacen gatos y las gatas en celo, para dejar una señal como forma de comunicarse con las hembras o machos que estén alrededor. El marcaje suelen ser pocas cantidades de orina y en superficies verticales, como en las patas de las sillas, el respaldo del sofá, en postes de teléfono, farolas... El gato se pone en postura erguida con la cola levantada y la orina sale como si fuera un esprai, por eso recibe el nombre de spraying. “Es tal como lo hacen los grandes felinos en la vida salvaje”, apunta Desoi, quien especifica que “si se esteriliza a los gatos cuando son jóvenes, este comportamiento se puede evitar”.
Otra razón podría ser un marcaje territorial. “Los gatos son una especie muy territorial”, insiste Amat. Y pueden usar diferentes formas para marcar su espacio, como rascar con las uñas, marcarse facialmente restregando cara y cuerpo, o bien con la orina. “El gato cuando marca con orina advierte, avisa a otros posibles machos que aquel es su territorio y mejor que no se acerquen. Supone también una forma de evitar enfrentamientos directos con otros gatos”, comenta esta experta.
La tercera opción sería un marcaje por estrés. Según los especialistas, es el más preocupante. “No se trata de una venganza del animal, sino de un problema más grave”, subraya Amat, quien expone que “identificar cuál es el problema es clave porque el tratamiento para uno u otro caso es distinto”.
De ahí que “lo primero es que el veterinario revise ante todo al animal y después ver si se trata de un problema con el arenal o el marcaje”. Por ejemplo, orinarse en los juguetes de los niños podría ser un problema de estrés, pero según Amat “para llegar a un diagnóstico se necesita mucha más información”.
Pautas para reducir el estrés del gato
Ester optó un día por castigar al animal. “Lo amorré en el pipí que hizo fuera de la bandeja y lo dejé un rato encerrado en una espacio entre la puerta principal y la entrada. Pero hizo caso omiso y lo siguió haciendo igual”, señala. Los etólogos no recomiendan precisamente el castigo. “Al ser aplicado a menudo de forma inadecuada, puede desencadenar más estrés e incluso una reacción agresiva por miedo”, indica Amat.
Así que primero hay que identificar la causa del estrés y luego establecer unas medidas para reducirlo. Estas medidas incluyen cambios en el manejo por parte de los propietarios y una mejora del entorno del gato. “Cuando sólo es un problema comportamental recomendamos reducir el estrés con pautas de manejo: intentar identificar la causa del estrés y evitarla, incrementando el número de bandejas en la casa si son insuficientes, colocarlas en lugares que no sean de paso, tranquilos, preferiblemente en una esquina...”, precisa Desoi.
Es decir, si el gato está estresado por un estímulo como un ruido, lo mejor es evitar o al menos reducir la exposición a ese sonido. Es importante también revisar que sus recursos estén bien distribuidos y correctos: la comida siempre disponible, agua o una fuente de agua fresca, el arenero que cumpla las necesidades ideales del gato. Que disponga de lugares donde esconderse. Para un gato estresado una caja de cartón o una bolsa pueden ser un buen lugar para ocultarse; también es una opción que pueda entrar en un armario, o comprarle un iglú para felinos que venden en algunas tiendas especializadas.
“Cuando sólo es un problema comportamental recomendamos reducir el estrés con pautas de manejo”
Elena Desoi
Veterinaria de Canis Hospital Veterinario
También es importante que el animal pueda trepar en distintos lugares. Si nos molesta que suba en estanterías, podemos proporcionarle espacios elevados, como torres para gatos. Se pueden hacer incluso de forma casera. “Para el gato, la posibilidad de acceder a lugares elevados facilita un control de su entorno y le permite tener cierta privacidad”, señala Amat.
En otros casos, se pueden usar productos con propiedades ansiolíticas, pero siempre es mejor, de entrada, no administrar nada de forma oral, ya que aún les puede estresar mas, según los etólogos. En todo caso, se pueden administrar productos naturales mezclados con la comida.
También existen difusores de feromonas que tienen un efecto ansiolítico y pueden ser una herramienta complementaria a un problema de estrés. Sin embargo, no se recomiendan como única medida.
Y, a la hora de limpiar la orina, se aconseja hacerlo con detergentes enzimáticos que sean eficaces para eliminar el rastro que deja. “El motivo es que la lejía y otros detergentes con amoníaco o derivados no lo hacen”, especifica Amat.