Para los jóvenes, asimilar los suspensos nunca ha sido plato de buen gusto y menos aún el momento de decírselos a sus padres. La época de examen supone una verdadera presión para muchos adolescentes, no solo por su marca académica, sino también por no defraudar a sus familias. Y la tensión se eleva al acabar el trimestre, como ahora, cuando toca entregar o comentar las notas en casa.
La actuación de los padres en este tipo de situaciones puede ser crucial para el desarrollo del infante. Por tanto, ¿cómo deberían afrontar los padres los suspensos de sus hijos?
Las claves para facilitar un desarrollo óptimo
Carles Vives Maurini, psicológico infantil, destaca la importancia de comprender los factores que definen el proceso de aprendizaje de los niños.
El psicólogo afirma que hay que tener muy presentes las capacidades intelectuales, como el hecho de razonar o comprender una información, y también las cognitivas: por ejemplo la habilidad para memorizar y concentrarse. "Es vital comprender por parte de los padres los límites de sus hijos para no generar un sentimiento de frustración en ellos", asegura Vives.
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En este sentido, la dinámica de estudio y el ambiente de trabajo son elementos influyentes en el resultado académico de los jóvenes. Vives explica que hay que establecer mecánicas de estudio que faciliten la adquisición de conocimiento. "Resumir, elaborar esquemas o mapas conceptuales son algunos ejemplos", apunta el psicólogo.
Además, el experto comenta que la motivación por el estudio también es un factor determinante. "Es importante que los niños, junto a sus padres, establezcan objetivos y metas", señala.
Necesidad de adaptación al alumnado
Por otro lado, el psicólogo también destaca el papel de los profesores y los métodos de aprendizaje. El experto manifiesta que los profesores deben emplear métodos y materiales de aprendizaje acorde a las necesidades de los niños o jóvenes.
De la misma manera, Carles Vives señala que la capacidad evaluativa de los docentes ha de corresponderse con el temario trabajado. "Es necesario que el profesorado se adapte a las capacidades de los niños con trastornos del aprendizaje", apunta el experto.
¿Qué hacer cuando los hijos se aíslan?
Carmen Trigo López, licenciada en Pedagogía y experta en formación, señala que si los hijos se aíslan porque suspenden, es una situación complicada y compleja de solucionar. "Si tu hijo se aísla, hay algo que antes falla. Se debería pensar que manera se podría hacer para volver a unir lazos con ellos", explica la especialista.
La pedagoga expone que contactar con un profesional ha de ser la última alternativa. "Delegar el problema no es siempre la mejor solución cuando antes no nos hemos preguntado qué hemos hecho mal", destaca Trigo. Por tanto, es vital hacer autocrítica y tomar responsabilidad antes de dar este paso.
Los profesores, unos grandes aliados
Ante la sorpresa de recibir suspensos de sus hijos, algunos padres deciden reclamar al colegio. Mar Las Heras Muñoz, docente y tutora de secundaria y bachillerato, afirma que es necesaria una confianza entre el profesorado y los padres del estudiante.
Los profesores son las personas que más tiempo pasan con el estudiante, por tanto conocer mejor sus capacidades y limitaciones para el estudio.
"Para ayudar al alumnado ha de existir una comunicación entre ambas partes y debemos tomar decisiones conjuntas", explica la profesora. Las Heras comenta que, aunque se tenga un pensamiento claro por parte de los padres sobre que sus hijos estudian, puede que sus técnicas de estudio o su concentración trabajando no sean óptimas.
Tiempo de ocio
Muchos padres se preguntarán si limitar las extraescolares o actividades de ocio puede ayudar a que mejoren sus notas. Carmen Trigo recuerda que, tratándose de niños, es fundamental que dispongan de un tiempo que les disperse de lo académico. Además, la experta explica que es interesante fusionar tiempo libre con actividades lúdicas o que inviten a la reflexión.
No obstante, la experta destaca la importancia de la productividad de estas prácticas. "Hay que contemplar las extraescolares como actividades externas al ámbito académico, no como una alternativa para dejar a los niños", señala.
Un suspenso no significa el final
Aunque un suspenso pueda parecer el final, no debemos ser alarmistas. "Tenemos que entender el suspenso como un resultado del proceso y buscar qué partes o factores de este proceso de aprendizaje no se están pudiendo desarrollar con normalidad o de forma óptima", destaca Vives.
Además, Las Heras recuerda que se puede tratar de un hecho puntual. "Los suspensos se han de afrontar con una actitud de superación, no derrotista. Puede que simplemente no se haya entendido una parte del temario y se deba volver a repasar", expresa la docente. La profesora indica que se ha de aprender a asumir el fracaso, ya que es una cuestión que se repetirá en más de una ocasión a lo largo de la vida.
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