Santiago Segura, actor y director de cine, sorprendía con sus palabras sobre los suplementos de colágeno, en una entrevista en La Vanguardia, a raíz de una pregunta sobre como se cuida, a sus 59 años. Explicaba que durante una temporada había tomado este complemento, pero que lo dejó cuando leyó que tomarlo para los huesos y articulaciones “es igual que comerse un ordenador para ser más inteligente”. ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Por qué tantas personas mayores toman esta proteína en forma de suplemento? ¿Qué evidencia científica existe sobre sus efectos?
En 2021 se gastaron en el mundo casi 2.000 millones de euros en suplementos de colágeno, al que se le atribuyen beneficios como la mejora de la piel y el cabello, las uñas, y sobre todo, las articulaciones, especialmente en personas mayores o con desgaste físico. El colágeno es la proteína más abundante en nuestro cuerpo y forma parte de las estructuras de estas partes del organismo citadas (piel, cabello, articulaciones…). “Forma parte del tejido conectivo y esa es su función, la conectiva”, explica Jordi Mestres, médico y vocal de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria.
La suplementación no tiene sentido. Si tienes una dieta equilibrada, el aporte ya está garantizado
Mestres añade que “la suplementación en realidad no tiene sentido, porque el colágeno, como suplemento, el cuerpo lo descompone y absorbe los aminoácidos. Si tienes una dieta equilibrada, el aporte ya está garantizado. Además, no hay consenso para afirmar que es adecuado tomar suplementos de colágeno”.
En este mismo sentido -e incluso más contundente- se posiciona Julio Basulto, nutricionista y miembro del Grupo de Trabajo de Nutrición de la semFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria). Asegura que “desde 2011 no está permitido atribuir al colágeno (en realidad, colágeno hidrolizado) supuestos beneficios sobre la salud articular (tampoco lo está para glucosamina, condroitina o ácido hialurónico). Y no lo está gracias a una opinión científica de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). A partir de esta podemos concluir que en Europa se permite afirmar que el colágeno no es útil para mantener la salud articular, reducir el dolor articular, mejorar la movilidad articular, o «regenerar» las articulaciones”.
Desde 2011 no está permitido atribuir al colágeno (en realidad, colágeno hidrolizado) supuestos beneficios sobre la salud articular
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Fibras de colágeno del cuerpo humano observadas por microscopía electrónica.
Hay voces que apuntan que esta visión de la EFSA está obsoleta, pero en la última revisión (octubre de 2023) de UpToDate, “desaconseja ingerir colágeno hidrolizado, glucosamina o sulfato de condroitina para prevenir o tratar enfermedades reumáticas (trastornos en articulaciones, huesos, cartílagos, ligamentos, tendones y tejido conectivo)”, según Basulto. UpToDate es una entidad de referencia en medicina que empodera a los profesionales con la evidencia y las recomendaciones adecuadas para que puedan tomar las mejores decisiones.
Estos pronunciamientos contrastan con la experiencia de muchas personas mayores que toman suplementos de colágeno por recomendación de un profesional sanitario. Es el caso de Elies Solé, que tiene 77 años y hace 15 años que toma colágeno. “Lo tomo porque me lo recomendó el traumatólogo. Comenzaba a tener principio de artrosis, y me dijo que me podía ayudar. Creo que me ha ido bastante bien, y es precisamente para las articulaciones, las rodillas y los codos, que ahora a los 77 años tengo cada vez más problemas. Además del traumatólogo, todos los médicos a los que comento estos problemas, me recomiendan el colágeno”.
Lo tomo porque me lo recomendó el traumatólogo. Comenzaba a tener principio de artrosis, y me dijo que me podía ayudar
Santiago, con 77 años, lo toma desde hace cinco o seis, porque se lo recomendó “un amigo operado de la rodilla. La farmacéutica me dice que se vende mucho y que va muy bien. En el bote se explica que la indicación es para la articulación. Nunca se lo he comentado al médico, pero tengo dolor en la rodilla desde hace unos años, y me han dicho que me puede funcionar”, relata. Su testimonio es similar al de muchas otras personas de edad avanzada que toman suplementos de este producto porque han escuchado en algún anuncio sus beneficios.
Gloria Sabater, doctora en Farmacia, especialista en medicina antienvejecimiento, genética y genómica nutricional y miembro de la Real Academia de Farmacia de Cataluña (RAFC), es directora técnica de Salengei, empresa fabricante de complementos alimenticios “para un envejecimiento saludable”. Sabaté asegura que muchas publicaciones científicas hablan de los beneficios del colágeno, y cita una revisión de 2021, que concluye que “la pérdida o el defecto del colágeno puede provocar el envejecimiento de la piel y otras enfermedades. Los tratamientos con colágeno han demostrado mejoras efectivas en la hidratación y elasticidad de la piel, el tratamiento de andamiaje médico, la artrosis y la artritis reumatoide en muchos estudios clínicos”.
En ocasiones son los mismos médicos o nutricionistas quienes aconsejan tomarlos. No es requisito realizarse pruebas previas
Sabater asegura que el colágeno está indicado para “personas que, por diferentes circunstancias de su vida, ya sea por envejecimiento, lesiones deportivas o, a veces, por motivos puramente estéticos de mantenimiento, deseen mejorar la condición de su piel, huesos, articulaciones, etc. En ocasiones son los mismos médicos o nutricionistas quienes aconsejan tomarlos. No es requisito realizarse pruebas previas, pero lo importante es conocer o tener claro qué tipo de colágeno necesitas”.
Según el doctor Mestres, en algunas revisiones de estudios se observa que las personas que toman estos suplementos “también realizan otras acciones positivas para su salud: son activas, practican actividad física, no fuman, están comprometidas con cuidarse, y probablemente lo que les está beneficiando es todo lo que hacen además de tomar colágeno”.
Según Sabater, uno de los problemas es hablar de colágeno en general. “Cuando se está hablando de articulaciones, piel o huesos no es el mismo tipo de colágeno, ni hay solo unos aminoácidos encargados de hacer todo el trabajo de reparación. Por eso cuando hablamos de eficacia tenemos que ver el contexto de la fórmula y sus ingredientes para una aplicación determinada más que ingredientes o aminoácidos sueltos”.
¿Está indicado en casos concretos?
Según las fuentes consultadas, hay divergencia de opiniones sobre el efecto del colágeno en articulaciones y huesos, pero ¿está indicado con unanimidad en algún caso concreto? “Hay enfermedades que pueden provocar un déficit, como el escorbuto en el pasado, y también el síndrome de Ehlers-Danlos, donde una de las patologías es que no se fabrica suficiente colágeno; estas personas presentan hiperlaxitud articular y de ligamentos, pueden torcerse un brazo con facilidad y deben cuidar sus articulaciones”, explica Mestres.
Además, explica el doctor, si la persona no tiene una dieta equilibrada, “lo que podría ser útil es un complejo con diferentes elementos como vitaminas, magnesio, zinc, colágeno… pero “siempre será más indicado, si es posible, tener una alimentación adecuada que nos aporte todos los nutrientes necesarios”.
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Caldo de huesos.
Alimentos indicados
Según Gloria Sabater, “para estimular la síntesis de colágeno, es fundamental consumir alimentos ricos en aminoácidos clave, como glicina, prolina y lisina, además de contar con una dieta que incluya suficientes vitaminas y minerales que actúan como cofactores en su producción”. Por ejemplo, según la doctora en farmacia, “deberíamos comer caldo de huesos , excelente fuente de colágeno natural y aminoácidos esenciales; gelatina, que contiene péptidos derivados del colágeno; cortes de carne ricos en tejido conectivo, como el estofado de res; cerdo, o pollo”. Mestres añade a estas recomendaciones los huevos (con un gran valor nutricional en sus proteínas) y pescados gelatinosos como sardinas, caballa o salmón.