La soledad es el tema y el problema de nuestro tiempo y no estaría mal que todos aprendiéramos a estar a solas de vez en cuando. Muy especialmente las nuevas generaciones, para quienes es más insoportable estar a solas un cuarto de hora que una descarga eléctrica. Y no es una metáfora ni una manera de hablar.
Durante la jornada conmemorativa del X aniversario del programa Siempre Acompañados de la Fundación La Caixa, el catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo Marino Pérez explicó que es la realidad que reveló un experimento con universitarios.
“Se les pidió que se mantuvieran durante 15 minutos en una habitación sin hacer nada salvo pensar, con la particularidad de que sobre la mesa había un dispositivo de experimentos anteriores que podía aplicar descargas eléctricas -que los estudiantes conocían y sabían que eran agresivas- y la mayoría fue incapaz de estarse sin más y se entretuvo aplicándose descargas sucesivas”, detalló Pérez para dar idea de “la necesidad que tiene la sociedad de aprender a vivir la soledad”.
También Javier Yanguas, psicólogo y director científico del programa de personas mayores de la Fundación La Caixa, abordó en su intervención la necesidad de cambiar la mirada de la soledad como problema, dejar de patologizarla y de relacionarla con la salud mental, para asumir que hay muchos tipos soledades, en la vejez y en otros momentos de la vida, y que la clave está en “apelar a la fortaleza de las personas, en empoderarlas para que sepan hacer frente a aquello que dispara su sentimiento de soledad y asumir las realidades con las que a veces nos cuesta enfrentarnos en la vida”.
La soledad es parte de nuestra condición; hemos de asumir las realidades de la vida
Se trata, dijo Yanguas, de entender que la soledad es parte de nuestra condición, que va cosida a la conexión, como la tristeza a la alegría. A este respecto, Pérez admitió la necesidad de promover la soledad deseada sin menoscabar el valor de la dependencia, algo que no sólo afecta a los ancianos porque “todos somos dependientes”.
Pero, enfatizó Pérez, no son buenos tiempos para la soledad, en especial para la de las personas de más edad, porque vivimos una tiranía de la felicidad, un individualismo creciente y una sociedad infantilizada y acelerada.
Y eso, dijo, provoca discrepancia entre cómo se uno se siente y cómo lo ven los demás, incluidos sus allegados. “En el caso de los mayores, el mundo es un mundo estancado, pero para los demás está acelerado; el mayor siempre está esperando, y los otros perciben que les faltan actividades... Pero la persona mayor no necesita actividades ni distracciones, sino relaciones que sean significativas”, ejemplificó Pérez.
No hay manera más segura de crearte la condición de infeliz que buscar la felicidad como propósito
A su juicio, la tendencia a medir todo por la felicidad que reporta conduce a un individualismo narcisista que, a su vez, fomenta el aislamiento. “No hay manera más segura de crearte la condición de infeliz que buscar la felicidad como propósito”, advirtió Pérez, autor entre otros del libro El individuo flotante: La muchedumbre solitaria en los tiempos de las redes sociales (Deusto).
Su recomendación es cambiar la aspiración de ser feliz como objetivo para asumir la vida con todo lo que depara, incluida la soledad y el sufrimiento. “La vida es un problema; si las nuevas generaciones lo tuvieran asumido se evitarían muchos problemas psicológicos añadidos”, aseguró.
Si las nuevas generaciones tuvieran asumido que la vida es un problema se evitarían muchos problemas psicológicos añadidos
La jornada “El reto de la soledad en las personas mayores: empoderar, conectar, sensibilizar” fue inaugurada por Marc Simón, subdirector general de Fundación La Caixa, y Josep Quitet, presidente de Cruz Roja en Catalunya, que dieron visibilidad a la labor de los profesionales y voluntarios que, a través del programa Siempre Acompañados, trabajan para dar herramientas que saquen de su aislamiento a las personas que sufren una soledad no querida.
Quitet anunció que Cruz Roja repartirá a un millar de mayores vulnerables el recurso de teleasistencia móvil para facilitar que puedan desarrollar una vida activa pero teniendo este servicio a mano en caso de necesidad.