La amiloidosis es una enfermedad causada por la acumulación del proteína amiloide en los espacios extracelulares de los tejidos y órganos del cuerpo. Esta proteína se genera en la médula ósea y se puede acumular en el corazón, el hígado, los riñones y otras partes del organismo. La amiloidosis es una enfermedad no muy habitual que no tiene cura aunque el tratamiento suele controlarla. En algunos casos, el nivel gravedad de la amiloidosis puede ser alto y provocar la insuficiencia de un órgano con consecuencia de muerte. Puede afectar a cualquier persona aunque los hombres la sufren con más frecuencia.
Causas de la amiloidosis
Acumulación de una proteína
La causa de la amiloidosis es la acumulación de la proteína amiloide en algún órgano del cuerpo. Es una enfermedad que afecta principalmente a los hombres. Las personas africanas tienen una mayor predisposición a desarrollarla. También son un grupo de riesgos los pacientes que se someten a diálisis.
Existen varios tipos de amiloidosis:
- Amiloidosis AL o amiloidosis primaria. Es la más frecuente y suele afectar el corazón, los riñones, el sistema nervioso y el hígado.
- Amiloidosis AA o amiloidosis secundaria. En este caso, la proteína se acumula mayoritariamente en los riñones, pero también puede extenderse a otras partes del cuerpo.
- Amiloidosis génetica. Es un tipo de enfermedad hereditaria.
- Amiloidosis relacionada con diálisis. Afecta a personas sometidas a diálisis a largo plazo. Las proteínas de la sangre se depositan en las articulaciones y tendones.
Cualquier persona puede sufrir amiloidosis pero los principales factores de riesgo son:
- Ser hombre entre 60 y 70 años.
- Sufrir una enfermedad infecciosa o inflamatoria crónica.
- Antecedentes familiares.
- Seguir un tratamiento con diálisis.
Síntomas de la amiloidosis
Aparecen los síntomas cuando ya está la enfermedad desarrollada
En las primeras etapas no aparecen signos de la amiloidosis. Cuando la enfermedad ya se ha desarrollado surgen diversos síntomas en funciono del tipo de amiloidosis en cada caso:
- Cansancio.
- Hinchazón de las extremidades.
- Entumecimiento, hormigueo o dolor en las manos y muñeca.
- Lengua agrandada.
- Cambios en la piel.
- Latidos del corazón irregulares.
- Hormigueo en las manos.
-Problemas digestivos.
- Pérdida de peso.
- Problemas respiratorios.
- Aparición de hematomas.
- Dificultad para tragar.
Diagnóstico de la amiloidosis
Difícil detección de la enfermedad
Los síntomas de la amiloidosis son los mismos que aparecen en toro tipo de patologías, lo que dificulta su diagnóstico. Es importante una detección precoz porque evita que los órganos afectados estén muy dañados. Es frecuente el uso de ciertas pruebas clínicas para confirmar el diagnóstico.
- Análisis de sangre y de orina.
- Análisis de la tiroides.
- Biopsia.
- Ecocardiograma.
Tratamiento y medicación de la amiloidosis
No hay cura
La amiloidosis no se puede curar por lo que el tratamiento busca únicamente controlar las consecuencias. Para ello es importante reducir la producción de la proteína amiloide. El rango de medicamentos es variado en función dela tipología de amiloidosis que padece cada enfermo. Si aparecen complicaciones en el tratamiento de la amiloidosis el correcto funcionamiento de algunos órganos pueden verse comprometidos como es el caso de los riñones, el corazón o el sistema nervioso.
En el caso de los riñones se daña el sistema de filtración; en el corazón se reduce la capacidad de llenarse de sangre entre latidos; y en el sistema nervioso disminuye la sensibilidad y aumenta el dolor, hormigueo y entumecimiento en las extremidades.
En el caso de la amiloidosis primaria se usan los mismos medicamentos que en algunos tratamientos de quimioterapia. En otros casos se puede recurrir al trasplante de hígado o riñón. De forma complementaria se pueden recetar analgésicos y anticoagulantes.
Prevención de la amiloidosis
La prevención no puede evitar la aparición de la enfermedad
No hay forma de evitar el desarrollo de la enfermedad, pero ciertos hábitos saludables contribuyen a minimizar los efectos cuando se tiene amiloidosis. Es importante seguir una dieta equilibrada, baja en sal, reducir el consumo de alcohol, no fumar y evitar realizar grandes esfuerzos físicos o actividades extenuantes. El descanso es muy importante.