Qué está provocando tu dolor de espalda y cómo aliviarlo

Dolor de espalda

Estudios indican que entre el 80% y el 90% de las personas sufrirá dolor lumbar alguna vez en su vida

Una mala postura y un asiento inadecuado producen malestar y dolor de espalda.

Una mala postura y un asiento inadecuado producen malestar y dolor de espalda.

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El dolor de espalda es una de las dolencias más comunes hoy en día. La lumbalgia, que afecta a la zona de entre las costillas y el inicio del muslo, es la más frecuente. Estudios indican que entre el 80% y el 90% de las personas experimentarán dolor lumbar al menos una vez en su vida. Sin embargo, este no es el único tipo de dolor relacionado con la columna.

El doctor José Poblete, neurocirujano del Hospital Clínic Barcelona, define el dolor de espalda como “cualquier dolencia que se pueda llegar a tener a nivel de la columna vertebral”. Entre ellas destacan la dorsalgia, localizada entre la base del cuello y las costillas flotantes, y la cervicalgia, menos común pero igualmente molesta, que afecta la región cervical. 

Si tienes durante cinco-siete días un dolor que te incapacita, es el momento de consultar con el especialista

Doctor José PobleteNeurocirujano del Hospital Clínic Barcelona

El dolor de espalda puede aparecer de forma repentina y durar menos de seis semanas (dolor agudo) o prolongarse por más de tres meses (dolor crónico). El dolor puede ser consecuencia de una caída o de levantar un objeto pesado, aunque muchas veces aparece sin una causa aparente. Entre las causas más frecuentes se encuentran la tensión en los músculos o ligamentos por levantar objetos pesados repetidamente o realizar movimientos bruscos, así como la artrosis, las irregularidades óseas y la osteoporosis. En la mayoría de los casos, la molestia mejora de forma gradual en unas semanas.

El doctor Poblete advierte: “Si tienes durante cinco-siete días un dolor que te incapacita, es el momento de consultar con el especialista”. Aunque no es muy frecuente, el dolor de espalda puede ser síntoma de una afección grave. Se recomienda acudir al médico con urgencia si se presenta junto con fiebre, problemas urinarios o intestinales, no mejora con el descanso, se extiende a una o ambas piernas, provoca debilidad, entumecimiento u hormigueo, o se asocia con pérdida de peso inexplicable.

Otra de las causas frecuentes del dolor de espalda son las protuberancias o hernias de disco, provocadas por el desgaste relacionado con el envejecimiento. Estas hernias pueden localizarse en la zona cervical o lumbar. La hernia discal cervical puede aparecer tras un traumatismo, una lesión en el cuello, o como consecuencia de una mala postura y un estilo de vida sedentario. Por su parte, la hernia lumbar se asocia tanto a la edad como a factores como cargar peso de forma incorrecta, realizar actividades repetitivas que sobrecargan la columna, el sobrepeso o el sedentarismo.

El tratamiento más habitual para las hernias incluye terapia de frío o calor, antiinflamatorios, fisioterapia, reposo y control de los movimientos. La cirugía suele ser la última opción, tal y como señala el doctor Poblete: “No todas las hernias se operan. La cirugía siempre es el último recurso en este tipo de patología”. Aunque cualquier persona, incluidos niños y adolescentes, pueden sufrir dolor de espalda, es posible prevenirlo fortaleciendo la musculatura de la espalda.

No todas las hernias se operan. La cirugía siempre es el último recurso en este tipo de patología

Doctor José PobleteNeurocirujano del Hospital Clínic Barcelona

“Las tensiones de la columna van a disminuir si tenemos una buena tonificación muscular”, afirma el doctor Poblete. Para lograrlo, no es necesario acudir al gimnasio ni realizar ejercicios demasiado complejos. Actividades aeróbicas de bajo impacto, como caminar o nadar, pueden marcar una gran diferencia al mejorar la fuerza, resistencia y función muscular. Además, fortalecer el abdomen y la musculatura de la espalda ayuda a que actúen como una faja natural, y trabajar la flexibilidad muscular contribuye a mantener una buena postura.

Mantener una buena higiene postural, es decir, mantener posturas adecuadas que protejan la columna, es clave para reducir la presión sobre los músculos de la espalda. Los especialistas recomiendan una postura erguida, tanto de pie como sentado, evitando encorvarse y manteniendo la pelvis en una posición neutral. Cambiar la posición al menos cada media hora y, si es necesario levantar objetos pesados, hacerlo con la fuerza de las piernas –manteniendo la espalda recta y las rodillas flexionadas– puede marcar la diferencia en la salud de tu columna. 

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