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Emoción, comunidad escolar y familia, pilares en la alfabetización

Legiland

Repasamos los factores básicos para garantizar el éxito en la educación

Ahora más que nunca son básicos los pilares de la emoción, la familia y la comunidad educativa para educar a los jóvenes

Mané Espinosa

En septiembre se celebra el Día Internacional de la Alfabetización y es el mes por antonomasia de la vuelta a la escuela, incluso en un año tan extraño como el que estamos viviendo. Y, precisamente por ello y de la mano de Legiland, queremos hablar de tres pilares que juegan un papel fundamental en el proceso de alfabetización: la emoción, la comunidad escolar y la familia.

Alfabetizar es la acción de enseñar a leer y escribir, pero sin duda como en cualquier aprendizaje si nos llega a través de la emoción y de la parte vivencial, la experiencia pasa a otro nivel. Por eso, la emoción es uno de los pilares en este proceso.

Cuando leemos, no sólo adquirimos conocimientos, sino que también interiorizamos una historia con muchos componentes. La emoción es el más importante de todos: es el que hace que empaticemos y hagamos del aprendizaje una experiencia vivida y que se mantiene viva en nosotros. Y como se acostumbra a decir, “la sabiduría es la teoría vivida”, nada que nos hayan contado sin emoción será tan bien aceptado como lo que nos haya hecho vivir una experiencia.

Estrechamente relacionado con la parte emocional de los procesos de aprendizaje, encontramos el juego como elemento facilitador. Hay diferentes métodos para acercarse a la lectoescritura, por ejemplo, el global o analítico, el fonético.... Los ‘’juegos’’ están directamente relacionados con el pilar de la emoción.

Tal y como explican desde Legiland, el juego pone las bases para el desarrollo de conocimientos y competencias sociales y emocionales. Mediante el juego, los niños y niñas aprenden a crear vínculos con otros personajes y gestionar diferentes emociones y situaciones. Lo mismo ocurre jugando a través de la lectura, la empatía por el personaje va más allá.

Otro pilar fundamental es la comunidad escolar. Desde allí se inician los procesos de alfabetización y su importancia es muy relevante. Lo hemos podido comprobar durante el confinamiento. Con la necesidad de realizar las clases a distancia y de manera virtual, se ha producido una importante brecha entre aquel alumnado que contaba con medios digitales y el que no. En este sentido, la escuela presencial garantiza a los niños y niñas esta oportunidad.

También está en las manos de la comunidad educativa hacer de estos procesos un aprendizaje significativo utilizando los juegos, el trabajo por proyectos y otras formas para conectar con los conocimientos previos, los intereses y las emociones de los niños.

Y, por último, el pilar de las familias es totalmente necesario para vehicular todo lo que se aprende en la escuela. Las familias contribuyen a promover el valor del conocimiento y actitudes positivas hacia la lectura y la escritura. Al fin y al cabo, las familias son los modelos o referentes de los más pequeños y tienen que estar conectados con la escuela para trabajar juntos para conseguir que los niños sepan leer y escribir. No sólo para obtener más conocimientos, sino para que aprendan a reflexionar, crearse opiniones propias y críticas y, en definitiva, ser más libres.

Información elaborada en colaboración con Legiland