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El confinamiento de un bailarín

RED Report

Dos estudiantes de danza relatan su experiencia durante la cuarentena

Los bailarines se han tenido que adaptar para seguir bailando en casa

Junior Report / Junior Report

Martina:

En este artículo hablaré sobre mi situación personal como bailarina, estos días de confinamiento en casa, y de los pros y contras de estas circunstancias.

En primer lugar me gustaría empezar a hablar sobre los puntos a favor de este estado, que nadie ha vivido nunca. Lo que más destacaría de lo que cambia respecto de mi día a día de antes, es que me siento mucho menos agobiada por seguir los horarios tan estrictos que debía cumplir.

Esto no quiere decir que ahora no siga manteniendo una serie de hábitos repetitivos a lo largo de la semana, pero me encuentro en un entorno en el que me siento a gusto y tranquila, sin tanta presión.

Otro punto positivo de esta situación es que hay tiempo para cuidarnos mentalmente y corporalmente; con ello me refiero a que en estos momentos es muy importante la salud, y tanto practicar deporte como cuidar de la alimentación es esencial.

También es muy importante saber que estamos rodeados de la gente que más nos ama, que se esfuerza para que esta situación se haga lo más fácil posible.

En contra, es normal que el confinamiento se haga pesado, nunca antes nos habíamos encontrado en esta circunstancia.

Lo que creo que es más duro para mí es no poder saber cuando veré a mis amigos y amigas. Se hace complicado encontrar un momento para cada uno de ellos.

Entre las clases de ESO a primera hora de la mañana y las clases de danza por la tarde, termino tan agotada que solo quiero descansar. Poder volver a salir a la calle, a disfrutar del calor del Sol y ser “libre”, es también una de las cosas que deseo poder hacer lo antes posible.

Alba:

Me llamo Alba, tengo catorce años y, como bailarina, la experiencia que estoy teniendo durante este confinamiento no es muy positiva.

Bailo desde que tengo 2 años, por lo tanto llevo bailando casi toda mi vida. Ha sido difícil para mí parar así de golpe. Afortunadamente, después de Semana Santa ya tendremos un horario fijo y, así, podré volver a bailar. Porque aunque ya he hecho algunas clases online, no es lo mismo que hacer todas las clases que estaba acostumbrada a hacer. Además, el espacio del que dispongo ahora no es ni mucho menos el espacio del que disponemos en el instituto.

He estado en contacto con mis compañeros y todos tenemos los mismos problemas e inconvenientes, pero espabilamos como podemos para poder seguir estando activos y, así, cuando termine la Semana Santa, podremos volver a dar clase sin problemas y sin lesionarnos.

A mí me preocupan algunos de mis compañeros que ya estaban lesionados antes de que comenzara el confinamiento, porque serán ellos mismos los que deban gestionar qué pueden hacer y qué no, y no sé si sabrán cuando parar, ya que muchas veces las ganas que tienes de bailar superan el daño que te pueda hacer la lesión.

Artículo elaborado por estudiantes de la ESO y redactores del proyecto Revista Escolar Digital, una red de diarios escolares dirigidos y editados por alumnos.

Junior Report impulsa una red de Revistas Escolares Digitales gestionadas por alumnos de secundaria. Conoce más sobre el proyecto aquí .