Los imperios perdidos de Sudamérica
Civilizaciones precolombinas
Siglos antes de la llegada de Colón, decenas de pueblos y culturas indígenas habitaban en el continente sudamericano
En su primer viaje a América, Cristóbal Colón visitó diferentes islas del Caribe que ya estaban habitadas: Guanahaní, Cuba, Haití… A los autóctonos, Colón los llamó “indios” porque creía que había llegado a la India, no sabía que había encontrado un nuevo continente.
Los indígenas de estas islas vestían diferente, construían herramientas con otros materiales, cultivaban alimentos que no existían en Europa y tenían su propia cultura, lengua y religión.
Sin embargo, Colón y el resto de exploradores europeos que llegaron a América durante los siglos siguientes no dudaron en imponer su lengua, su religión y su forma de ver el mundo.
Las grandes civilizaciones precolombinas
Decenas de culturas desaparecieron ante la llegada de los colonizadores (palabra que tiene su origen en el nombre de Colón): los indios caribes, araguas o taínos en las islas del Caribe; los tupíes y guaraníes en Brasil y Argentina; los tenochcas en México…
Entre todos estos pueblos destacan el imperio azteca en México, el imperio inca en Perú y la civilización maya en Centroamérica.
Estas tres civilizaciones habían construido grandes ciudades, con templos y palacios, y habían desarrollado grandes conocimientos en matemáticas y astronomía. También tenían su propia lengua y costumbres, y un sistema de creencias basado en la naturaleza.
Sin embargo, la grandeza de estos imperios se derrumbó ante los colonizadores españoles y portugueses, que llegaron con caballos, carros, armaduras y armas de fuego.
Los conquistadores sometieron a los indígenas de forma brutal, con violencia. Los obligaron a convertirse al cristianismo, les arrebataron las tierras y recursos naturales, e incluso comerciaron con ellos como esclavos.
En 1519, Hernán Cortés partió de Cuba con una expedición de 500 hombres hacia la costa de México. Había oído la leyenda del rey Moctezuma, sus palacios y riquezas, y quería derrotar el imperio azteca para ponerlo bajo el dominio de la corona española.
Unos años más tarde, en 1530, Francisco Pizarro puso en marcha otra expedición para conquistar los dominios del imperio inca en Perú. El rey Atahualpa y sus descendientes intentaron hacer frente al ejército español, pero acabaron perdiendo.
Una de las primeras voces que cuestionó el trato injusto a los indígenas fue Fray Bartolomé de las Casas, un monje dominicano que viajó varias veces a América y vivió en distintas colonias españolas a principios del s. XVI.
A raíz de su experiencia escribió la Brevisíma relación de la destrucción de las Indias, donde denunciaba los abusos y maltratos de los conquistadores españoles a la población autóctona.
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