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Oportunidades para la especialización educativa

Educación

Los docentes buscan reforzar sus conocimientos en ámbitos como las nuevas tecnologías o la atención de las necesidades especiales

Algunos docentes deciden especializarse en la atención a alumnos con necesidades educativas especiales.

Ana Jiménez / Ana Jiménez

La pandemia ha puesto de relieve nuevas y viejas necesidades del sistema educativo. Ante el cierre repentino de aulas, alumnos y profesores tuvieron que terminar el curso desde sus casas. Todos se tuvieron que adaptar a la nueva metodología, especialmente los profesores, carentes en muchos casos de competencias digitales.

Aunque el curso vaya a empezar de manera presencial en la mayoría de comunidades, en sus recomendaciones, el Ministerio de Educación aconseja estar preparado para volver a un modelo mixto (presencial y online), ante un posible brote. Algunas autonomías, como la Comunidad de Madrid, se plantean implantar cuatro días de clases presenciales y uno desde casa.

Competencias digitales

Ante este escenario educativo, algunos profesores optan por reforzar sus competencias digitales e integrar nuevas herramientas en sus clases. “La competencia digital del profesorado debe estar en continua actualización, pero no debe enfocarse al aprendizaje del uso de herramientas que pueden quedarse rápidamente obsoletas y ser sustituidas por otras nuevas. En esta formación, deben desarrollarse dos aspectos claves: las metodologías activas en contextos digitales y el uso de las tecnologías digitales para evaluar”, apunta el profesor del Máster Universitario en Educación, Tecnologías e Innovación y director del Área de Educación de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Miguel Ángel Suvires.

Desde la VIU explican que “el profesorado digitalmente competente no es experto en la utilización de unas herramientas concretas, sino en adaptar cualquier tecnología o aplicación para poder utilizarlas en la docencia”.

Ante este escenario educativo, algunos profesores optan por reforzar sus competencias digitales e integrar nuevas herramientas en sus clases.

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“En el nuevo escenario, donde la docencia presencial y online se ha acercado y sus diferencias quedan difuminadas, el papel docente debe ser más que nunca diseñar experiencias de aprendizaje”, asegura Suvires.

La crisis sanitaria también ha puesto en valor la figura de los docentes y la necesidad de dotar de más personal a los centros de cara al próximo curso. También por quienes deciden especializarse en la atención a alumnos con necesidades educativas especiales.

“Para conseguir una inclusión educativa real, necesitamos dotar a los centros escolares de más recursos personales, materiales y mayor formación de los docentes. Todos los centros necesitan aumentar el número de profesionales en Pedagogía Terapéutica, profesionales en Audición y Lenguaje, educadores, orientadores (pedagogos y psicólogos educativos). Cada uno de estos profesionales debe poder atender a una ratio adecuada para poder conseguir todos los fines incluidos en la LOMCE y los objetivos marcados por la agenda 2030”, explica la directora del Máster en Necesidades Educativas Especiales y Atención Temprana de la VIU, María Estrella Alfonso.

Dificultades para el aprendizaje

Su objetivo primordial es la inclusión educativa. “A través de metodologías inclusivas facilitan, no solo el aprendizaje del alumnado con necesidades especiales de apoyo educativo (NEAE), sino de todo el grupo clase, generando en los colegios dinámicas inclusivas y de convivencia positiva. Con su trabajo, desarrollan las capacidades cognitivas, físicas, sensoriales, y emocionales, permitiendo que el niño o adolescente no solo entienda su entorno, sino que, además, encuentre su lugar para poder desarrollarse como persona”, sigue Alfonso.

Estos profesionales no solo atienden a alumnos con necesidad especiales, sino que también se ocupan de aquellos con dificultades en el aprendizaje transitorias o permanentes.

“Para poder atender correctamente al alumnado tenemos que conocer sus potencialidades, habilidades y dificultades, en cuanto a capacidades cognitivas, afectivas, sociales, comunicativas y curriculares. Debemos apoyarnos en los aportes de la neurociencia educativa y las practicas inclusivas. Hemos de dotar a los profesores de estrategias, recursos y metodologías. Este plan de atención nos permitirá pasar de la intervención a la inclusión educativa”, concluye Alfonso.