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¿Cómo motivar a los niños para que estudien?

Educación

La adaptación y planificación son fundamentales para que los escolares no pierdan el interés por los estudios

Profesores y padres se esfuerzan para que los niños no dejen de lado los estudios.

Eduardo Parra / Eduardo Parra / EP

El confinamiento ha puesto a prueba al sistema educativo. El cierre de aulas trastoca el calendario escolar, dificulta la evaluación de nuevos contenidos y mengua la motivación de los estudiantes.

Profesores y padres se esfuerzan para que los niños no dejen de lado los estudios y salgan del sistema educativo. Según datos del Ministerio de Educación, la tasa de abandono escolar temprano en España se sitúa en el 17,3% en 2019, el nivel más bajo desde que se tienen datos registrados. Sin embargo, es una de las cifras más elevadas de Europa.

La motivación es la principal y prácticamente la única herramienta para hacer frente a esta situación. “Es un reto para familias y profesores. Hablamos de una motivación intrínseca, por la que los estudiantes se impliquen por la satisfacción que obtengan al hacerlo. No tanto por la recompensa, sino por el interés que les despierta”, explica la Profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, Adriana Ornellas.

Adaptarse e innovar para que el alumno siga conectado

La especialista propone seguir el método de las cinco ‘c’: contexto, creatividad, curiosidad, control y colaboración. “La primera se refiere a conectar el aprendizaje con los conocimientos y las experiencias previas; la creatividad se logra estimulando la resolución creativa de problemas reales y significativos. En cuanto a la curiosidad, se trata de procurar despertar el interés del estudiante. El control se refiere a que puedan influir en lo que aprenden. Respecto a la colaboración, la idea es promover la interacción y el trabajo en equipo entre los estudiantes y las familias”, enumera Ornellas.

A los docentes también les toca hacer un esfuerzo añadido. A marchas forzadas, han tenido que adaptar su metodología y contenidos. “Los canales de comunicación con los alumnos no son los fluidos. Hay algunos que han conseguido adaptarse e innovar porque ya lo venían haciendo antes. Otros no tanto. Además, acompañan a los niños emocionalmente”, destaca esta experta de la UOC.

Ornellas plantea alternativas para los docentes: “Hay que buscar estrategias que impliquen a la familia. Por ejemplo, trabajar un contenido curricular más allá de un video didáctico. Abordarlo desde una película comercial y, después, incentivar debates sobre esa cuestión”.

Priorizar las mañanas para estudiar

Mantener nuestras rutinas es otro de los elementos a tener en cuenta. “A lo largo del curso seguimos unos hábitos de estudio, sueño o alimentación. Los padres tienen que intentar reproducir ese esquema con flexibilidad, compatibilizando la educación de sus hijos con el teletrabajo o el cuidado de mayores. Escoger un espacio de trabajo y determinar el tiempo que le vamos a dedicar, teniendo en cuenta la situación socioeconómica de cada hogar”, sigue Ornellas.

Las salidas en franjas horarias nos ayudan a planificar. “Es recomendable priorizar las mañanas, cuando los niños están más activos y dispuestos a participar. Después, es importante destinar un tiempo del día para el paseo, el juego y la actividad física en los espacios exteriores”, concluye la profesora.