En marzo de 2021, La Vanguardi a publicó un artículo titulado Que será, será . La letra de esta canción ( Que será, será, whatever will be, will be… ) interpretada por Doris Day en la película de Alfred Hitchkock El hombre que sabía demasiado (1956), advierte que nadie puede saber con certeza lo que le va a pasar al día siguiente.
Hoy, cinco años después del inicio de la pandemia de Covid-19, estamos en una fase de transición incierta. La enfermedad no es aún estacional, ni endémica. El virus SARS-CoV-2 sigue siendo un objetivo móvil y difícil, que va unos pasos por delante de nosotros. No podemos anticipar con precisión los posibles aumentos de casos, ni la evolución del propio virus, su capacidad de evadir la respuesta inmunitaria o su transmisibilidad. Las características clínicas de la enfermedad han cambiado, en medio de un panorama inmunitario muy diferente al que teníamos en 2020.
Esta temporada apenas se ha vacunado un 38% de la población en riesgo
Tampoco podemos asegurar qué tipo de relación estableceremos finalmente con este coronavirus. Un escenario posible, y más probable, es el que llamaremos similar a la gripe. En él, la Covid-19 se convertiría en una enfermedad endémica (habrá casos regularmente) con picos epidémicos estacionales (otoño-invierno) o no tan estacionales. La carga de enfermedad por la Covid-19 podría ser moderada. Con el paso de los años, nuestro sistema inmune se adaptará más al coronavirus. Seguirá habiendo casos, aunque quizás más leves. Esta fue la opinión del 90% de expertos consultados al respecto por la revista Nature en 2021. Un segundo escenario posible, y menos probable, es el que llamaremos similar al resfriado común. La Covid-19 se convertiría en una enfermedad endémica leve, más parecida quizás a las infecciones respiratorias producidas por otros coronavirus. En este escenario, la carga de enfermedad podría ser moderada o baja. No sabemos cuánto tiempo (probablemente años o décadas) podemos tardar en tener alguno de estos escenarios. Un tercer escenario, en el que el SARS-CoV-2 desaparece de la faz de la Tierra, parece muy poco probable. Tampoco es probable que volvamos a un escenario como el vivido en 2020.
El escenario de la desaparición del SARS-CoV-2 es tan poco probable como que volvamos al vivido en 2020
En la fase actual, nuestra sociedad debe aceptar la carga anual de enfermedad, especialmente los casos graves y muertes (cada vez menos frecuentes) relacionadas con la Covid-19, y emplear las mejores medidas de prevención posibles. Las vacunas actuales frente a la Covid-19 nos protegen frente a casos graves, ingresos hospitalarios y fallecimientos. Sin embargo, no evitan la transmisión del virus ni proporcionan protección suficientemente duradera, por lo que cabe esperar que el virus siga propagándose periódicamente.
Hay nuevos tratamientos y vacunas en investigación clínica que, si demuestran su seguridad y efectividad, ayudarán a reforzar las estrategias de prevención y control. También es necesario modernizar y reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica (poblacional, de las aguas residuales, secuenciación genética del virus, sistemas de inteligencia artificial).
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Vigilantes frente al Instituto de Virología de Wuhan el pasado 3 de febrero de 2021
La campaña de vacunación frente a la Covid-19 no ha alcanzado buenos resultados esta temporada. Apenas se ha superado el 38% de cobertura de toda la población en riesgo a la que se recomienda esta vacuna, cuando la cifra a alcanzar es del 75%. Para revertir esta tendencia a la baja, necesitaremos más inversión y estrategias de comunicación e información más prácticas, originales y flexibles, que promuevan y faciliten la vacunación.
En resumen, y simplificando en exceso, la situación actual es mucho mejor que la de hace cinco años. Sin embargo, en las condiciones actuales la población de mayor riesgo necesitará dosis de refuerzo periódicas de vacunas actualizadas, para tratar que el coronavirus, aunque nos contagie, cause solo una enfermedad leve o moderada y evitemos también sus complicaciones, entre ellas la covid persistente. La vacunación frente a la Covid-19 restaura y/o mejora nuestra protección frente a esta enfermedad.
No hay que olvidar lo que vivimos todos. Hay que recordarlo y prepararse siempre. No podemos repetir el pasado. Tampoco podemos predecir el futuro, pero sí que podemos tratar de influir sobre él, tanto individual como colectivamente. Acabo como lo hacía en 2021: Doris Day cantaba Qué será, será con una espléndida sonrisa y un tono positivo. Si logramos hacer todos las cosas bien, lo que será, será mejor seguro.