¿Viven menos las personas solas?

LONGEVIDAD

Un estudio británico sugiere que vivir en pareja y las relaciones sociales son más importantes para la longevidad que la genética

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Una pareja de personas mayores pasea por el centro de Barcelona 

Marti Gelabert / Propias

Durante siglos, emperadores y alquimistas han buscado el elixir de la juventud. Hoy, los multimillonarios de Silicon Valley dedican fortunas a unos tratamientos vanguardistas que intentan alargar la vida. Ahora bien, los verdaderos secretos de la longevidad no residen en el ámbito de la mística ni en el de la alta tecnología.

Un estudio publicado el 19 de febrero en la revista Nature Medicine ha analizado una base de datos biomédicos británica, UK Biobank, en busca de los factores genéticos y medioambientales que contribuyen a que las personas envejezcan más lentamente y, por lo tanto, a vivir más. UK Biobank contiene detallados datos genéticos y médicos de medio millón de personas, así como información sobre sus ingresos, modo de vida y educación. Ello ha permitido a los autores del estudio desentrañar los efectos de los diferentes factores sobre el riesgo de enfermedad y la mortalidad.

La genética desempeña un papel sorprendentemente menor en la longevidad en general. La edad y el sexo explican el 47% de la variabilidad en la mortalidad, mientras que la genética sólo añade el 3% tras tener en cuenta esos factores (véase el gráfico 1). Los factores relacionados con el medio ambiente y el modo de vida representan un 17%. (El resto de la variación no puede predecirse.)

La parca

Proporción de la variación total de la mortalidad explicada por diferentes factores

Medio ambiente

Edad y sexo 47%

17%

Genética 3%

Fuente: M. A. Argentieri et al., “Integrating the environmental and genetic architectures of aging and mortality”, Nature Medicine, 2025

La parca

Proporción de la variación total de la mortalidad explicada por diferentes factores

Medio ambiente

Edad y sexo 47%

17%

Genética 3%

Fuente: M. A. Argentieri et al., “Integrating the environmental and genetic architectures of aging and mortality”, Nature Medicine, 2025

La parca

Proporción de la variación total de la mortalidad explicada por diferentes factores

Medio ambiente

Edad y sexo 47%

17%

3%

Genética

Fuente: M. A. Argentieri et al., “Integrating the environmental and genetic architectures of aging and mortality”, Nature Medicine, 2025

A continuación, los autores identificaron los factores medioambientales con mayor influencia en la mortalidad (véase el gráfico 2). Algunos resultados son obvios: fumar aumenta en torno a un 60% el riesgo de muerte prematura de una persona en comparación con otra no fumadora de la misma edad, son algunos de los factores más prolongadores de la vida. La actividad física reduce el riesgo de mortalidad en aproximadamente un 25%.

Asuntos arriesgados

Efecto de los factores sobre el riesgo de mortalidad*

Sueño y estado

de ánimo

riesgo

x1/2

riesgo

x1

riesgo

x2

Cansancio frecuente

Dormir más de 9 horas diarias

Siestas frecuentes

Falta de entusiasmo frecuente

Dormir menos de 7 horas diarias

Sentimiento frecuente de hastío

Tabaco

Fumador habitual

Total de cigarrillos fumados

Antiguo fumador

Modo de vida

Consumo de queso

Uso de chimenea para calefacción

Uso del gimnasio

Actividad física

Vivienda

Número de personas en la vivienda

Vivir con una pareja

Situación socioeconómica

Años de estudios

Estar empleado

Ingresos

*Teniendo en cuenta la edad, la educación, la etnicidad, ingresos, ubicación y sexo (a menos que el factor ya esté incluido en el modelo)

 

Fuente: M. A. Argentieri et al., “Integrating the environmental and genetic architectures of aging and mortality”, Nature Medicine, 2025

Asuntos arriesgados

Efecto de los factores sobre el riesgo de mortalidad*

riesgo

x1/2

riesgo

x1

riesgo

x2

Sueño y estado de ánimo

Cansancio frecuente

Dormir más de 9 horas diarias

Siestas frecuentes

Falta de entusiasmo frecuente

Dormir menos de 7 horas diarias

Sentimiento frecuente de hastío

Tabaco

Fumador habitual

Total de cigarrillos fumados

Antiguo fumador

Modo de vida

Consumo de queso

Uso de chimenea para calefacción

Uso del gimnasio

Actividad física

Vivienda

Número de personas en la vivienda

Vivir con una pareja

Situación socioeconómica

Años de estudios

Estar empleado

Ingresos

*Teniendo en cuenta la edad, la educación, la etnicidad, ingresos, ubicación y sexo (a menos que el factor ya esté incluido en el modelo)

 

Fuente: M. A. Argentieri et al., “Integrating the environmental and genetic architectures of aging and mortality”, Nature Medicine, 2025

Asuntos arriesgados

Efecto de los factores sobre el riesgo de mortalidad*

Sueño y estado de ánimo

riesgo x1/2

riesgo x1

riesgo x2

Cansancio frecuente

Dormir más de 9 horas diarias

Siestas frecuentes

Falta de entusiasmo frecuente

Dormir menos de 7 horas diarias

Sentimiento frecuente de hastío

Tabaco

Fumador habitual

Total de cigarrillos fumados

Antiguo fumador

Modo de vida

Consumo de queso

Uso de chimenea para calefacción

Uso del gimnasio

Actividad física

Vivienda

Número de personas en la vivienda

Vivir con una pareja

Situación socioeconómica

Años de estudios

Estar empleado

Ingresos

*Teniendo en cuenta la edad, la educación, la etnicidad, ingresos, ubicación y sexo (a menos que el factor ya esté incluido en el modelo)

 

Fuente: M. A. Argentieri et al., “Integrating the environmental and genetic architectures of aging and mortality”, Nature Medicine, 2025

Sin embargo, el estudio también ha descubierto que las relaciones sociales son un factor de predicción sorprendentemente potente de una vida larga. Vivir en pareja resulta casi tan beneficioso como hacer ejercicio. Las visitas regulares a la familia o tener a alguien en quien confiar también parecen reducir los riesgos de mortalidad. La soledad es un conocido factor de riesgo de muerte prematura: las personas socialmente aisladas tienden a tener mayores niveles de inflamación celular y peores respuestas inmunitarias. Sin embargo, no está claro si se trata de un efecto directo del hecho de estar solo o si la razón es que las personas solitarias tienden a ser menos activas y a seguir dietas menos adecuadas.

La soledad también afecta al bienestar mental, otro factor de longevidad. Las personas que respondieron sentir hastío o poco entusiasmo en las encuestas de Biobank también tenían un mayor riesgo de muerte prematura. Las que respondieron sentirse cansadas con frecuencia (lo que puede ser un síntoma de depresión o agotamiento) tenían un riesgo de mortalidad un 45% mayor que los entrevistados más enérgicos. Las experiencias de la primera infancia tenían efectos más modestos, pero duraderos: Los británicos que informado de haber mostrado cierto sobrepeso a los diez años o cuyas madres fumaron durante el embarazo mostraban un riesgo de mortalidad mayor del 16% y el 12%, respectivamente.

Los factores medioambientales importan más para algunas enfermedades que para otras (véase el gráfico 3). Explican aproximadamente el 35% de la variación en la prevalencia de enfermedades pulmonares y hepáticas, pero menos en el caso de ciertos cánceres, en los que predomina la genética. El cáncer de mama, por ejemplo, suele estar causado por una variante del gen BRCA2. Las enfermedades cerebrales, como la demencia, también tienen fuertes vínculos genéticos: una variante del gen APOE aumenta mucho el riesgo de desarrollar Alzheimer.

Muy predecible

Importancia relativa para la predicción de enfermedades, %

Medio ambiente

Edad y sexo

Genética

0

25

50

75

100

Enfermedades renales

crónicas

Cáncer de pulmón

Cáncer de hígado

Diabetes de tipo 2

Cáncer de esófago

Cardiopatía isquémica

Enfermedades

cerebrovasculares

Cáncer de ovarios

Cáncer de páncreas

Leucemia

Demencias

Enfermedad de Parkinson

Cáncer de mama

Enfermedad de Alzheimer

Cáncer de próstata

Fuente: M. A. Argentieri et al., “Integrating the environmental and genetic architectures of aging and mortality”, Nature Medicine, 2025

Muy predecible

Importancia relativa para la predicción de enfermedades, %

Medio ambiente

Edad y sexo

Genética

0

25

50

75

100

Enfermedades renales

crónicas

Cáncer de pulmón

Cáncer de hígado

Diabetes de tipo 2

Cáncer de esófago

Cardiopatía isquémica

Enfermedades

cerebrovasculares

Cáncer de ovarios

Cáncer de páncreas

Leucemia

Demencias

Enfermedad de Parkinson

Cáncer de mama

Enfermedad de Alzheimer

Cáncer de próstata

Fuente: M. A. Argentieri et al., “Integrating the environmental and genetic architectures of aging and mortality”, Nature Medicine, 2025

Muy predecible

Importancia relativa para la predicción de enfermedades, %

Medio ambiente

Edad y sexo

Genética

0

25

50

75

100

Enfermedades renales crónicas

Cáncer de pulmón

Cáncer de hígado

Diabetes de tipo 2

Cáncer de esófago

Cardiopatía isquémica

Enfermedades cerebrovasculares

Cáncer de ovarios

Cáncer de páncreas

Leucemia

Demencias

Enfermedad de Parkinson

Cáncer de mama

Enfermedad de Alzheimer

Cáncer de próstata

Fuente: M. A. Argentieri et al., “Integrating the environmental and genetic architectures of aging and mortality”, Nature Medicine, 2025

Estos hallazgos deben tomarse con precaución. El estudio es una lección de correlación, no de causalidad. Es probable que instalar una chimenea en la casa o atiborrarse de queso no ayuden demasiado a retrasar el envejecimiento; sin embargo, ambos factores se relacionan con un menor riesgo de mortalidad (seguramente porque también se asocian con una mayor riqueza en Gran Bretaña). Lo que sí indican los hallazgos es que los vínculos sociales y el bienestar mental podrían ser tan importantes como el ejercicio físico para evitar una muerte prematura.

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Traducción: Juan Gabriel López Guix

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