María Blasco decidió ayer pasar a la ofensiva para salvar, dijo, su honorabilidad como científica ante lo que definió como una “campaña de descrédito y acoso” en contra de su persona.
Quien ocupa desde hace 13 años la dirección del CNIO, el mayor centro de investigación del cáncer en España, desplegó su defensa en dos frentes. Ante la prensa, asegurando que no piensa dimitir. Y ante el patronato, al que ha remitido un informe –que se le ha exigido a ella y al gerente– para rebatir las acusaciones de desvío de fondos y abuso de poder que le atribuye un grupo de 24 jefes científicos.
Una doble estrategia con un objetivo: abrir la batalla contra el director gerente, Juan Arroyo. “No quiero acusar a nadie, pero quiero dejar claro que no tengo la competencia de la contratación ni de las cuentas”, dijo contundente ante las críticas de mala gestión. Blasco sugirió sin mentar el nombre de Arroyo que este podría estar detrás de esas supuestas “intrigas” y presiones para que deje el cargo de directora. La científica está en consultas con la Abogacía del Estado por si cabe recurrir ante la justicia para defenderse.
El CNIO atraviesa la mayor de sus crisis tanto económica como internamente desde su fundación en 1998. Se cierne sobre esta institución y su prestigio una tormenta perfecta que ha hecho estallar (y emerger públicamente) una guerra larvada durante años en la bicefalia del centro. Por un lado, la directora científica, María Blasco. Por el otro, el director gerente, Juan Arroyo Muñoz. Un directivo, Arroyo, heredado de la época en la que Mariano Barbacid dirigía el CNIO y del que salió de modo conflictivo.
La científica se siente víctima de una “campaña de descrédito y acoso” y prepara una denuncia
Esa tormenta perfecta se alimenta además de las estrecheces económicas que agobian al CNIO, pese a la importante contribución de las fundaciones que integran el patronato, las donaciones y la excelencia de sus investigadores.
El déficit actual asciende a 4,5 millones de euros. El presupuesto del CNIO -que ronda los 40 millones, la mitad aportados por el Estado- está congelado desde 2014. Esto no permite mejorar la competitividad de los salarios, sin subidas desde 2012, ni actualizar equipos técnicos o infraestructuras como correspondería a un centro de este nivel. Ni es posible reclutar a jefes de grupo experimentados. El compromiso de nuevos fichajes en 2024 tampoco se materializó debido a la no aplicación de la tasa de reposición.
Si ayer ante los periodistas Blasco no se mordió la lengua al descargar la responsabilidad de la crisis en el gerente, lo cierto es que también le ataca en el informe que ha entregado al patronato y al que ha tenido acceso La Vanguardia. No cita nombres pero se le entiende todo. “Dado el daño reputacional al CNIO y a mi persona que se está infringiendo con esta campaña de desinformación y bulos, ruego al patronato que inicie una investigación para dirimir responsabilidades de este daño infligido al CNIO y al equipo de dirección científica”. Es más, Blasco pide también “una auditoría del CNIO en profundidad por un organismo independiente y que reporte a las Cortes Generales como es el Defensor del Pueblo”.
En otro punto anterior del informe, la responsable del CNIO reclama “identificar conflictos de decisión de la dirección gerente”, que en algunos casos se han resuelto “sin el conocimiento previo de la dirección científica”. A modo de ejemplo, apunta la gestión de la innovación y la actividad económica con empresas, o la asignación de presupuestos del Severo Ochoa al programa de terapias experimentales. Expresa su disconformidad con la estructura organizativa que se deriva de la bicefalia del CNIO, “que no facilita la toma de decisiones científicas” y “dificulta la transparencia”. En el informe, la directora detalla los programas científicos impulsados en los últimos quince años (IA y biología estructural, entre otros) y apunta las nuevas líneas de investigación.
“Ruego al patronato que inicie una investigación para dirimir responsabilidades”
Sobre las acusaciones de aprovechamiento personal del programa CNIO Arte, Blasco le devuelve otra vez la pelota al gerente, “quien firma y aprueba los contratos con artistas o con las instituciones que lo financian”. Tanto este programa como las cuentas del CNIO para 2025 han sido suspendidos por el patronato, que deberá decidir el próximo miércoles el futuro del centro y de María Blasco.