"Hay mujeres que no denuncian por miedo a la reacción del padre y sin denuncia no se retira la custodia"

Violencia vicaria

Entrevista a Marta Ariste, abogada de la madre de Leo, el niño asesinado en agosto de 2021 por su padre en un hotel de Barcelona y que fue la primera víctima de violencia vicaria reconocida en Catalunya

MARTA ARISTE, ABOGADA DE LA FAMILIA QUE DEFENDIO A LA MADRE DE LEO, VICTIMA DE VIOLENCIA VICARIA

La abogada de la madre de Leo, Marta Ariste, fotografiada en su despacho ayer. 

Mané Espinosa

El caso de los dos menores asesinados por su padre en el barrio barcelonés de Horta ha vuelto a poner en primer plano una de las violencias machistas más extremas: la violencia vicaria. Marta Ariste (Barcelona, 1983) es la abogada de la madre de Leo, el niño de dos años asesinado por su padre en agosto de 2021 y que se convirtió en la primera víctima mortal en Catalunya de violencia vicaria. Leo fue el 42 menor asesinado desde 2013, pero con las muertes de los dos hermanos de Horta, la cifra de hijos asesinados ya supera el medio centenar. En ambos casos, no constaba denuncia previa de la madre.

Lo que lleva a actuar

Muchas veces hay indicios: el chándal roto del niño, que llore para no ir con el padre...”

Cuando usted asumió la causa de Leo eran 42 los niños asesinados por violencia vicaria en España. Ya son más de 50. ¿Se está actuando diligentemente?

No. Muchas veces en los juz­gados de familia o de violencia ­sobre la mujer explicamos situaciones o indicios que nos hacen pensar que hay que actuar: suspender visitas o retirar guardas compartidas. Nos encontramos con casos en que los menores explican que el padre les ha podido hacer alguna práctica sospechosa. O que el niño se haga caca encima. O que tiene unas marcas en la espalda o que llora porque no quiere ir con el padre. Niños a los que el padre les ha roto el chándal para que vayan al colegio con él roto. Cosas que parecen cotidianas o pequeños detalles. Pero a la práctica son cosas que hay que valorar. Lo más sorprendente es que la ley, la catalana y la española, prevé que se puedan suspender las visitas o que no haya guarda compartida en casos en que o hay una denuncia o un procedimiento penal abierto contra el padre o incluso con indicios solamente.

¿Y qué pasa?

Que sin denuncia, no se suspende nada. Pero muchas veces no se ponen denuncias por miedo a la reacción del padre porque el menor debe seguir estando con él y la madre tiene miedo a qué le pasará. Aparte de la violencia institucional. ¿Cómo se trata a las mujeres en los juzgados? Porque muchas veces explican cosas y las tratan de exageradas.

El acto de denunciar

“No se denuncia por miedo y sin eso no se quita la custodia”

Legalmente dice que se puede parar una custodia con indicios.

Sí. Pero hay dos mundos paralelos. La ley lo contempla pero en la práctica la normativa interna de los juzgados es que: sin una denuncia no se tramita nada.

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¿Hay excepciones y casos en los que se actúa?

Muy pocos. En algún caso de amenaza real del padre de llevarse a los niños a otro país, por ejemplo, sí que se ha logrado que por lo menos las visitas sean mediante un punto de encuentro, o en algún caso donde hay indicios más claros. Se puede empezar con visitas controladas pero se puede llegar a un punto de descontrol porque el padre puede acabar haciendo lo que quiera.

¿Se protege suficiente a los niños en procesos de separación?

En absoluto. Hay mucho trabajo por hacer. Se les hace pasar por muchos procesos y quizás se debería hacer más sencillo o que declaren una vez. A veces es necesario, pero otras veces no y si hace con poco tacto. Y a veces explican sus miedos en un entorno concreto: a un amigo o a una profesora. Pero esa declaración no sirve para nada. Si una niña no explica 200 veces en un juzgado que su padre le ha tocado la vulva, a modo de ejemplo, no es válido. Los niños se bloquean. A veces el agresor les dice que deben guardar el secreto o que no lo explique a la madre.

¿Faltan profesionales preparados para abordar la situación?

Absolutamente. Falta un punto de sensibilidad y de humanidad en los juzgados y en todas partes. Encontrar un profesional que te escuche y que notes que lo está haciendo y que se preocupa se da en uno de cada 10 de los casos. La sensación muchas veces es de mero trámite: parece que es un expediente más. Preguntan “¿ha denunciado usted?” y si dices que no, a otra cosa. Es una situación constante en los juzgados. Encontrar un profesional que escuche es excepcional cuando debería ser la regla porque explicas cosas muy delicadas y más cuando hay niños de por medio.

Las decisiones judiciales

“La ley prevé suspender custodias si hay indicios de maltrato. Pero no se hace”

¿Se puede impedir que un maltratador vea a sus hijos?

Es muy difícil. Probablemente seguirá habiendo visitas, incluso guardas compartidas. La violencia física es más fácil de acreditar pero el problema es que en la mayoría de casos es psicológico, verbal… O un machaque a través de los niños. Y si no lo explicas, y el juzgado no te cree, estos padres siguen viendo a los niños.

Si se demuestra el maltrato ¿se puede revertir la custodia?

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Se debe demostrar y poner denuncia. Sin eso, la normativa del juzgado es no hacer nada. Si el juzgado ve que hay un indicio o una sospecha de cualquier tipo de violencia contra la madre o el niño lo que a veces se hace es una vista rápida para valorarlo. Pero todo esto se hace rápidamente, sin poder preparar nada. Y a veces en ese momento la víctima se bloquea. Tiene un trauma y no es fácil explicar las cosas. Quizás en ese momento no puede explicar las 200 cosas que han pasado. Y entonces no pasa nada. Y te ves obligada a llegar a acuerdos incluso muchas veces, acuerdos forzados incluso.

Usted inició un litigio para que Leo no llevara los apellidos de su asesino pero denunció el vacío legal. ¿Ha mejorado la situación?

No conseguimos que fuera enterrado sin ese apellido. Lo logramos a posteriori. Pero sí que sentó precedente. Leo murió en agosto del 2021 y en abril de ese mismo año se había hecho un cambio legislativo que permitía a hijos de mujeres asesinadas poder cambiarse los apellidos, incluso como una forma de protección y poder desvincular el nombre del de su asesino. Pero en nuestro caso sí había un vacío legal, porque el niño había fallecido. Tuvimos que hacer instancias de forma extraordinaria y finalmente se logró el cambio en mayo de 2022 por una resolución mediante una Orden Ministerial de la Ministra de Justicia de entonces, Pilar Llop, que autorizó el cambio de apellidos. La ley no se modificó, pero sí hay un precedente. Y el cambio no es automático, aunque entiendo que ahora el trámite será más ágil.

Desde hace dos años

La mamá de Leo no ha podido hacer el duelo, sigue con el periplo administrativo”

A la madre le tocó un periplo administrativo.

Efectivamente. Y aún sigue. No puede hacer el duelo tranquila porque constantemente recibe resoluciones o informaciones. Justo antes de Navidad recibió una notificación del Estado que le denegaba, nuevamente, la ayuda económica como víctima directa. Cuando hablo de humanizar juzgados también añado hacerlo en las administraciones porque cada resolución no la recibe un robot. Lo recibe una madre a la que se le hace un daño terrible.

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¿Le han denegado los gastos del entierro?

Sí. Me consta que el Departament de Feminismes prevé una partida para futuros casos, pero ella ha tenido que sufragar el funeral de su hijo. Y tuvo unos meses de apoyo psicológico, pero muy escaso, hace falta un acompañamiento real. Un seguimiento.

La violencia vicaria es una forma extrema de violencia de género. ¿Se está tomando bastante en serio el tema?

No. Y es una especie de obligación de toda la sociedad de estar alerta, de avanzar a nivel de estar alerta, todos los organismos, ciudadanos, desde el pediatra, de la escuela, maestros, psicólogos, organismos públicos, cualquier persona que tenga contacto o conocimiento de que pueda pasar cualquier cosa. Es la forma de detenerlo. Es una obligación moral estar alerta de la misma forma que empiezan a no permitirse determinadas actitudes machistas.

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