El president Aragonès, a la derecha, con los presentadores del acto en Razzmatazz
La Generalitat destinará un 25% de viviendas de protección pública a los jóvenes y dedicará una partida anual de casi 16,5 millones de euros al rescate de ninis. Son solo dos de los 417 ejes del Plan Nacional de Joventut Catalunya 2030, que “tendrá un impacto de 531,7 millones de euros” y que presentaron la noche de este jueves en la sala Razzmatazz de Barcelona el president Pere Aragonès y Carles Campuzano, conseller de Drets Socials.
Ruth Ribas y Laia Girós, sin embargo, no pudieron precisar en un encuentro previo con periodistas en cuántos pisos se traducirá ese cupo del 25%. La primera es la directora general de Joventut; y la segunda, la responsable de la Agència Catalana de la Joventut. El exiguo parque público de vivienda protegida es una crítica recurrente en Catalunya. Por ello, otra de las actuaciones del plan reforzará las ayudas al alquiler.
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La Agència de l’Habitatge de Catalunya, que centraliza la oferta pública de vivienda de la Generalitat, destinará una partida de 29 millones de euros (34,7, tras la última ampliación) para que “los menores de 35 años puedan hacer frente a los gastos de alquiler”. Estas subvenciones, de un máximo de 250 euros al mes, según los ingresos y las características inmobiliarias de la zona, complementarán el bono estatal del alquiler joven.
Los conceptos de juventud o no juventud son cada vez más complicados. El periodista y escritor italiano Michele Serra (Los cansados, en Alfaguara) asegura que “envejecer se ha vuelto muy difícil” porque los padres de hoy “se comportan como jóvenes y se avergüenzan de hacerse mayores”, mientras que los hijos se ven obligados a ser jóvenes “hasta los 40 años, sin el espacio necesario para empezar a trabajar y asumir su vida”.
Las edades de la administración
Cuándo acaba la juventud y cuándo empieza la vejez
Según el Ayuntamiento de Barcelona, uno es mayor a partir de los 65 años. Esto dice su web: “Las personas mayores de Barcelona, es decir, las de más de 65 años, representan actualmente el 21,6% de la población de la ciudad. En total, son 349.132”. ¿Y la juventud? ¿Cuándo acaba la juventud? Eso es más difícil de establecer. De entrada, del Plan Nacional de Catalunya 2030 de la Generalitat no habla muchas veces de jóvenes, sino de “personas jóvenes”. Y, según el contexto, puede referirse como tales a menores de 30, de 35 e, incluso, de 45 años.
Aunque Michele Serra no está entre las más de 2.300 personas que han participado “en el proceso de consulta y elaboración del plan” (muchas, presentes anoche en Razzmatazz, podría haberlo hecho. Sus afirmaciones coinciden con los ejes del documento, que plantea “el derecho a la emancipación entendida en un sentido amplio”. Y tan amplio, sobre todo si se tiene en cuenta que algunas de sus medidas afectan a “mayores de 45 años”.
Es el caso, por ejemplo, de las ayudas a la Formación Profesional Dual, que permite a los alumnos estudiar en un centro educativo y al mismo tiempo poner en práctica lo aprendido en una empresa. La Generalitat incluye como beneficiarios de estas becas y contratos de prácticas “a los mayores de 29 años en riesgo de exclusión social, así como a los mayores de 45 en situación de paro de larga duración o afectados por un ERE”.
La manutención de un nini
El Govern destinará un total de 33 millones de euros para fomentar contratos de formación de doce meses que alternen la formación teórica y práctica. En este mismo capítulo relativo al “trabajo de calidad”, destacan los casi 16,5 millones de euros anuales que se dedicarán a rescatar ninis “de entre 16 y 25 años, sin titulación y demandantes de empleo”. Es decir, “personas jóvenes que ni estudian ni trabajan”.
El programa tiene un título significativo, Noves oportunitats, y ofrece a los ninis asesoramiento para “reencontrar su objetivo profesional y buscar su itinerario hacia el mundo laboral o bien de regreso al sistema educativo”. Se trata de luchar contra la exclusión. Ya sea la exclusión académica o laboral o ya sea la exclusión residencial, “en especial de las familias con menos recursos”. Pero cómo establecer cuáles son esas familias.
Una promoción inmobiliaria
Son aquellas con ingresos inferiores a 23.725 euros al año, al menos por lo que respecta a la posibilidad de las ayudas para formar un hogar. El plan asegura que las promociones públicas de viviendas públicas “se incrementarán”, aunque de nuevo sin especificar cuándo ni cuánto, e insiste en que zonas rurales y ciudades medianas estarán en el punto de mira para reducir “las trabas de los jóvenes ante el alquiler o la compra”.
Las 417 actuaciones proyectadas son muy variadas. Incluyen un plan de choque contra el abandono escolar, el fomento de la salud y el bienestar emocional, la justicia ambiental y los “derechos culturales, lingüísticos y digitales”, entre otros. Muchos epígrafes se definen con siglas: SOC, FPCAT, FPO, XNEJ... Quizá por ello resulta especialmente llamativo un programa con un nombre tan bonito como Odisseu.
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Odiseo (o Ulises, para los romanos) tardó veinte años en regresar a Ítaca desde Troya. El programa homónimo promueve “el retorno del talento joven a las zonas rurales” y facilita “su inserción laboral y social en estas comarcas”, con la ayuda de la Secretaria d’Agenda Rural, la Agència Catalana de la Joventut y (¡más siglas!) AGAUR, acrónimo de la Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias y de Investigación, en catalán.
El Plan Nacional de Joventut Catalunya 2030 tiene tantas frases grandilocuentes que otras observaciones sencillas, pero contundentes, pueden pasar desapercibidas. Esta es una: “Las políticas de juventud no son en ningún caso un gasto, sino una inversión para el presente y para el futuro”. Y esta, otra: posibilitar el desarrollo de un proyecto de vida libre no solo “influye en el ámbito individual, sino también el colectivo”.