El número de casos por el brote de gastroenteritis que surgió hace dos semanas en la localidad zaragozana de Tarazona (unos 10.500 habitantes) se eleva ya a 452 personas, uno de los más grandes detectados en España en los últimos años.
Por ahora, los investigadores han podido determinar que las infecciones obedecen a la presencia de un protozoo (ooquistes crypstosporidium) en el agua de boca procedente del río Queiles, cuyo consumo lleva días restringida. Sin embargo, todavía desconocen el origen del foco y mantienen abiertas todas las hipótesis, desde un vertido al arrastre por las aguas torrenciales.
Brote gastroenteritis
La mayoría de afectados presenta cuadros leves de diarrea, calambres abdominales y fiebre
Tras el rápido aumento de casos en los primeros días, la cifra de contagios parece haberse estabilizado este fin de semana, sin que la mayoría de afectados presente algo más que cuadros leves de diarrea, calambres abdominales y fiebre.
Las medidas de prevención, tales como beber agua de grifo o usarla para cocinar o lavarse los dientes, se han ampliado a las localidades vecinas de Novallas, Torrellas y Los Fayos, donde también se ha registrado algún caso. Además, se ha alertado a las comunidades vecinas de Navarra y Castilla y León, por cuyas tierras también discurre el citado río.
Los quistes de este protozoo, que se encuentran en el intestino humano o del ganado y pueden llegar a contaminar las aguas, fueron detectados primero en las heces de los afectados y después en el agua de boca, a partir de lo que se iniciaron los análisis desde la captación y posteriormente a largo del río para descubrir el foco.
Este lunes, se reunieron en Tarazona todos los agentes de la Administración pública implicados en la gestión del brote. Tras la misma, el consejero de Sanidad aragonés, José Luis Bancalero, aseguró que las inspecciones llevadas a cabo por efectivos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y agentes del Seprona de la Guardia Civil en el río Queiles casi hasta su nacimiento han sido infructuosas. “No se ha podido detectar ningún vertido o actividad ilícita”, aseguró ante los medios.
El consejero también apuntó que por ahora están “encima de la mesa” todas las hipótesis, como la existencia de filtraciones, vertidos o incluso que la presencia de este parásito se haya producido por los efectos de las lluvias torrenciales. “No descartamos nada”, aseveró, insistiendo en que también es posible que al final no se localice el foco de la infección.
Imagen de la reunión celebrada este lunes en Tarazona entre los diferentes agentes de la Administración implicados en la gestión del brote
De cara al futuro más inmediato, las autoridades segmentarán en los próximos días el río para para tomar muestras y hacer análisis parciales de su trayecto y tratar de localizar el origen del brote. También han contactado con los ministerios de Sanidad y Transición Ecológica, de quienes esperan que este martes “a más tardar” les den respuesta sobre las recomendaciones y análisis.
Mientras, a la población afectada no le queda otra que seguir esperando y echar mano del agua embotellada, ya que se mantendrá la recomendación de seguir restringiendo el consumo de agua de boca hasta que los resultados den negativo “de forma seriada” en la red.
En este sentido, Bancalero ha anunciado que el trabajo de la depuradora ha permitido reducir en 24 veces la presencia del protozoo en la captación de agua para el consumo de boca, pero ha advertido que este tipo de infraestructura “no está preparada para la eliminación de la bacteria”.