La Unesco insta a impulsar la movilidad de estudiantes de países en desarrollo para reducir la desigualdad
Conferencia Mundial de Educación Superior
La directora general, Audrey Azoulay, pide durante la Conferencia Mundial de la Educación Superior en Barcelona que el conocimiento sea accesible a todos los jóvenes
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, ha instado hoy a los gobiernos y universidades del mundo a facilitar la movilidad internacional de los estudiantes para que la educación superior sea accesible a todos los jóvenes por igual. Azoulay ha destacado que la educación superior "no debe convertirse en un privilegio" sino que es un derecho fundamental que debe garantizarse adaptándose "constantemente" a los cambios.
Esta petición la ha realizado en la ceremonia de presentación de la Conferencia Mundial de la Educación Superior de la Unesco que se celebra en Barcelona del 18 al 20 de mayo. Ha estado acompañada del president de la Generalitat, Pere Aragonès, el ministro de Universidades, Joan Subirats, la presdiente de la Diputación de Barcelona, Núria Marín, y la alcaldesa Ada Colau que ha agradecido a la institución la elección de la ciudad como capital de la educación en el mundo, una categoría que podría ser renovada en futuras convocatorias.
la directora general ha planteado varios desafíos mundiales, agravados tras el periodo de la pandemia de estos dos año: la desigualdad en el acceso a los campus, la brecha de género y, ha especificado, la educación en África.
Desde el 2000 el número de universitarios se ha duplicado y la cifra actual, 235 millones, puede volver a doblarse en 10 años
En su discurso, la responsable de la institución educativa y cultural mundial ha explicado que a pesar de la mejora de la educación en el mundo y de que las previsiones son positivas, aún no son suficientes en términos de equidad. Además, el gasto público en educación ha retrocedido en todo el mundo a excepción de Europa y América del Norte, así como en el este y el sur de Asia, y a pesar del compromiso global de aumentar la inversión.
"Para hacer frente a estos desafíos, debemos actuar", ha indicado la directora de la Unesco. "La primera forma en que podemos hacer esto es alentando movilidad internacional en la educación superior". Por tanto, la directora insta a los gobiernos a mejorar sus inversiones y facilitar la movilidad de estudiantes en países de desarrollo lo que compete a los gobiernos, para reducir trabas burocráticas, y a las universidades, para acelerar la homologación de titulaciones.
Uno de los mayores éxitos de la Unesco, ha subrayado, ha sido la elaboración de convenios regionales sobre el reconocimiento de títulos. "Hemos sido capaces de hacer la vida más fácil a millones de estudiantes, mientras se promueve el desarrollo de los países y el intercambio de conocimientos y habilidades".
En los últimos 20 años el número de estudiantes en todo el mundo se ha duplicado y la cifra actual, 235 millones, puede volver a doblarse en la próxima década. También la movilidad internacional prevé aumentos. Hoy 6 millones de jóvenes estudian fuera de su país de origen y se espera que aumenten a 8 millones en tres años, según los datos de la Unesco.
No obstante la mejora es muy dispar a nivel planetario. Por ejemplo, el 10% de los jóvenes africanos tiene acceso a la educación superior, frente al 79% en los países más ricos. Asimismo, solo el 5% de los refugiados por conflictos bélicos o desplazamientos involuntarios pueden acceder a estudios superiores.
Azoulay ha destacado precisamente el proyecto de la universidad Africana del siglo XXI. "Para ello necesitamos la energía de todos: la de los estados miembros, universidades, expertos, educadores y estudiantes", ha apelado.
Este es precisamente el objetivo de la iniciativa adoptada por la Conferencia General de la Unesco que se celebró en noviembre para apoyar la educación en el continente: Campus África.
A nivel mundial, también son significativas las diferencias por género. En el África subsahariana, nuevamente, hay menos mujeres que hombres matriculados en la universidad. En el resto del mundo son mayoría las mujeres aunque en ciertas disciplinas la brecha de género es aún enorme. Como las ingenierías donde donde sólo una de cada tres estudiantes es mujer.
Finalmente, Azoulay ha pedido estar "más vigilantes en la defensa de la libertad académica" para perservar la calidad deomcrática de los países. En este aspecto ha coincidido con el mensaje del ministro Joan Subirats y la alcaldesa Ada Colau que ha realizado una encendida defensa de la educación como antídoto a movimientos como el nazismo y, más actuales, a la invasión de un país por otro en referencia a la invasión de Ucrania.
Subirats ha destacado el "nuevo valor de la presencialidad", recuperada tras la pandemia, y, al mimso tiempo, la potencialidad de combinar la educación en formatos presenciales y online. También ha identificado los retos de la multidisciplinariedad, la educación a lo largo de la vida, la reducción de la brecha entre géneros y las alianzas internacionales.
Por su parte, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha manifestado su "firme convicción en las capacidades transformativas" de las universidades, y ha tildado de "absolutamente crucial" el futuro de la educación superior para afrontar los retos de la humanidad. Asimismo ha dejado a la audiencia, tanto la del Auditorio del Palau de Congressos, como la que seguían los discursos online, una "pequeña reflexión" sobre la cultura y la lengua catalana, un legado de miles de años, fruto del cruce de caminos mediterráneos, ha explicado, que ha marcado la forma de pensar y sentir de una sociedad abierta y tolerante, con una ciudadanía libre y crítica. "No se olviden de las humanidades", es un "buen punto de partida" en cualquier debate pero especialmente en el de los progresos científicos y tecnológicos.