Los dos reporteros españoles desaparecidos en Burkina Faso el lunes han sido asesinados junto a un ciudadano irlandés que les acompañaba, según ha confirmado el Ministerio de Asuntos Exteriores. Uno de ellos era Roberto Fraile, de 47 años y natural de Barakaldo, aunque afincado en Salamanca. Llevaba varios años coincidiendo en diferentes proyectos periodísticos y documentales a lo largo y ancho del planeta con David Beriáin, otro de los periodistas asesinados.
Fraile llevaba más de dos décadas cubriendo conflictos armados en medio mundo. En 2012 fue alcanzado por la metralla de una granada en la guerra de Siria y tuvo que ser operado de urgencia en Turquía.
En 2012 fue alcanzado por la metralla de una granada en la guerra de Siria y tuvo que ser operado de urgencia en Turquía
Hasta hace unos meses Fraile compatibilizaba su trabajo como freelance en zonas de conflicto y documentales en profundidad con su labor en Castilla y León Televisión.
En este y otros medios locales había trabajado durante los últimos 20 años como cámara y realizador, y aprovechaba periodos de vacaciones o excedencias para realizar ese tipo de periodismo que le había unido a David Beriáin. En Castilla y León Televisión trabaja también su mujer, jefa de informativos, y sus compañeros se mostraban este martes “destrozados” por la noticia.
Estaba acostumbrado a grabar en zonas de conflicto y en torno a problemáticas profundas, a menudo junto a su compañero Beriáin. Les unía su apuesta por un periodismo atrevido y honrado que profundizaba en conflictos y problemáticas a veces tratados de una manera superficial y otras directamente olvidados.
Roberto Fraile tenía un hijo y una hija, ambos adolescentes, y era una persona muy conocida y estimada entre los profesionales del periodismo de la capital salmantina.