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Primer encuentro del director de La Vanguardia con los lectores

Jordi Juan intercambia impresiones con los suscriptores sobre la elaboración del diario, los contenidos o los retos del periodismo en la era de las redes sociales

Enric Sierra (iz.) y Jordi Juan, esta tarde, durante el encuentro con los lectores.

Pedro Madueño

“Nuestra fuerza son los lectores”. Con esa máxima por delante y con el objetivo de “compartir ideas y sentimientos”, el director de La Vanguardia, Jordi Juan, protagonizó ayer el primer encuentro con suscriptores. Un debate en el que director y lectores intercambiaron impresiones sobre la elaboración del periódico en el papel y en la web, los contenidos o los retos del periodismo en la era de las redes sociales.

Juan reconoció que el periodismo “vive un momento complicado” tras haber perdido el monopolio de la información, que ahora comparte con otros canales. “Mucha gente se informa ya sin pasar por los medios de comunicación”, explicó pero se mostró convencido de que en esa complejidad hay una “oportunidad” para La Vanguardia, que “quiere acercar a la realidad de la forma más honesta gracias a un equipo de redacción muy potente”.

Los participantes, una veintena de suscriptores escogidos por sorteo de entre los miembros del Club La Vanguardia, plantearon cuestiones en relación a esa evolución constante que vive el periodismo, pero también expusieron dudas e hicieron aportaciones sobre sus experiencias personales como lectores de este rotativo, que está a punto de cumplir los 140 años de vida.

David Laso se interesó por cómo se ha podido hacer un diario en la época de las restricciones a la movilidad impuestas por la crisis del coronavirus. Juan relató que llegó a la dirección del periódico el 1 de marzo, 14 días antes de que el Gobierno de Pedro Sánchez decretase el confinamiento domiciliario. “Ha sido una odisea”, resumió, porque “hacer un diario desde casa parecía imposible”, pero “lo hemos logrado con gran esfuerzo y un resultado satisfactorio”.

Ese éxito obedece al “buen funcionamiento del tema telemático, que ha resultado una herramienta imprescindible”, porque “en este oficio se toman las decisiones de forma colegiada”. “Estamos constantemente pendientes de las redes, del SEO, de los fotógrafos y de la labor de todos los compañeros, que han trabajado más horas estando en su casa que en la redacción”, señaló Juan, quien estaba acompañado de Enric Sierra, uno de los directores adjuntos de La Vanguardia.

Sierra se encargó de adelantar, en respuesta a una pregunta de Jesús Palacios, que la sección Vivir “ha ganado páginas después del verano para cumplir con una asignatura pendiente, abrirse a más áreas geográficas e ir más allá de Barcelona y su área metropolitana ampliando su relato a lo que ocurre en otros rincones de Catalunya y de España”.

Otro suscriptor, Luis Sala, sacó a relucir el quid de la cuestión en el periodismo de la era de internet: ¿web o papel? “El digital es ahora mejor negocio, pero el papel es sagrado”, sentenció el director de La Vanguardia, pues aunque caigan las audiencias de los diarios tradicionales, “el papel es nuestra marca, es lo que hace que la gente quiera entrar en la web”. “Mimamos y cuidamos el papel”, resumió.

Juan y Sierra desvelaron a los lectores algunos de los proyectos de futuro como el de convertir en interactivos los pasatiempos del diario, según adelantaron a Begoña Villa, una lectora que aplaudió “la variedad ideológica de las páginas de opinión” de La Vanguardia. También recibieron elogios secciones como La Contra o la recién estrenada Tots Solidaris.

La dirección de La Vanguardia quiere mantener este tipo de encuentros de forma periódica para enriquecer sus páginas con las aportaciones de los lectores y prevé celebrar reuniones futuras en la redacción cuando la crisis del coronavirus amaine.