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Montano recurrirá su condena de 133 años por los asesinatos de los jesuitas

EL SALVADOR JESUITAS

Madrid, 18 sep (EFE).- La defensa del excoronel y exviceministro de Seguridad Pública de El Salvador Inocente Montano, recurrirá la sentencia que le condena a 133 años y cuatro meses de prisión como responsable de los asesinatos de los cinco jesuitas españoles en 1989, entre ellos Ignacio Ellacuría.

Fuentes jurídicas han informado a Efe de que el abogado defensor presentará un recurso de casación ante el Tribunal Supremo contra la sentencia de la Audiencia Nacional, que lo condenó como responsable de haber planeado y ordenado, junto a la cúpula castrense de su país y el expresidente Alfredo Cristiani, la matanza.

En el juicio, Montano se desmarcó de cualquier decisión, diseño o ejecución de los asesinatos, de los que nunca fue informado por nadie, ni por los militares ni mucho menos por Alfredo Cristiani.

Pero los magistrados aseguran que los ocho asesinatos "fueron urdidos, planeados, acordados y ordenados por los miembros del alto mando de las Fuerzas Armadas, órgano al que pertenecía Inocente Orlando como viceministro de la Seguridad Pública", quien participó en la decisión por la cual se "transmitió la orden de realizar las ejecuciones al coronel director de la Escuela Militar", Guillermo Benavides, un mando medio que es el único condenado en El Salvador.

La resolución condena al excoronel Montano, único dirigente del alto mando enjuiciado por estos hechos en nuestro país, como autor de cinco delitos de asesinatos de carácter terrorista.

Igualmente, le atribuye los asesinatos del otro jesuita salvadoreño, así como de la cocinera de la universidad y su hija de 15 años, si bien no puede condenarle por estos hechos al no haber sido extraditado por EEUU por esos crímenes.

Su tiempo máximo en la cárcel no podrá exceder de los 30 años, a lo que hay que restarle los años que lleva en prisión provisional, desde 2017, y lo que pasó en Estados Unidos mientras resolvía su extradición, dos años. Le quedarían 25 años.

Pero a sus 78 años, en silla de ruedas (era trasladado al juicio en ambulancia) y con un delicado estado de salud (diabetes y cáncer de vejiga), su horizonte en prisión es una incógnita. EFE