Red de apoyo a los invisibles
XESLH, Càritas y La Vinya
Entidades y vecinos ponen en relieve los problemas que padecen las personas sin padrón
A raíz de la pandemia, el 96% de las solicitudes de ayuda que llegan a los servicios sociales del Ayuntamiento de l’Hospitalet de Llobregat son demanda de alimentos. En colaboración con la Cruz Roja y Càritas, en dos meses la administración municipal ha repartido 41.383 menús, y ha llegado a 11.572 personas. Por otro lado, se han distribuido lotes de alimentación a 507 personas, becas comedor a 1.150 menores y 643 comidas a domicilio diarias para personas mayores usuarias de residencias de día y para los que no pueden salir de casa. Casi 700.000 euros de inversión.
Sin embargo, muchos han quedado al margen de este circuito.
En l’Hospitalet, la aportación de dinero de Càritas a familias ha crecido un 265% este abril respecto al mismo mes del 2019
Por eso los vecinos se han organizado creando una red solidaria de apoyo. Bajo el paraguas de la Xarxa d’Economia Social i Solidària de l’Hospitalet (XESLH) se han unido decenas de entidades variopintas: culturales, vecinales, cooperativas… también ciudadanos que no formaban parte de ninguna. “Llegamos a más de 1.500 personas que no están atendidas por los servicios sociales”, explica Norma Véliz, que forma parte de esta red. Están organizados en cuatro nodos cuya actuación alcanza a todos los barrios de la segunda ciudad de Catalunya. Reparten comida que reciben de bancos de alimentos, donada por los vecinos o que ellos mismos han adquirido. Han creado dos cajas de resistencia: una dedicada a alimentos y productos de primera necesidad y otra específicamente para las trabajadoras del hogar y los cuidados, uno de los colectivos más afectados por la crisis económica del coronavirus. “No importa la etnia ni el color. Las compañeras rumanas o marroquíes nos ayudan con las traducciones. Estamos todos y ayudamos a todos”, describe Véliz.
Personas esperando el pago del ERTE, familias numerosas, asfixiados por el precio del alquiler, trabajadores sin contrato… “La pobreza siempre ha estado, aunque ahora con la pandemia se ha visibilizado”, resume Véliz, que pone el foco en otra cuestión: “El problema del padrón es endémico. Sin él no tienen servicios sociales”, remarca. “La ausencia de padrón ha afectado especialmente a l’Hospitalet. Hay familias enteras viviendo en habitaciones realquiladas. No pueden acreditar que viven allí y quedan fuera del sistema. Son invisibles”, coincide el jefe de Acción Social de Càritas Barcelona, Eduard Sala.
En l’Hospitalet, la aportación de dinero de Càritas a familias ha crecido un 265% este abril respecto al mismo mes del 2019.“Necesitamos políticas públicas fuertes. Y es muy importante el papel de las asociaciones y las redes de vecinos, pero es clave coordinarnos”, agrega Sala.
Otra de las entidades activas en l’Hospitalet es la Fundació La Vinya , que actúa en Bellvitge y El Gornal atendiendo a 450 familias, 150 más de las habituales. El 80% son derivadas por el Ayuntamiento, pero el otro 20% son detectadas por sus trabajadores sociales. “Igual que pasó con la sanidad, hay saturación en los servicios sociales”, resuelve su director, Xavier Loza.