Cómo afecta la velocidad de reacción a la expansión del virus
Crisis sanitaria
Los países europeos esperaron a tener más de 5.000 contagiados antes de tomar medidas de confinamiento
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De 100 a 43 millones de contagiados en un mes y medio. Este sería un escenario plausible si el Gobierno no hubiese decretado el estado de Alarma. Con las medidas de restricción de la movilidad, Sanidad espera que el número de contagiados deje de aumentar un promedio del 34% cada día, como lo ha hecho en los últimos 20 días.
Doblegar la velocidad de expansión diaria del virus es el objetivo de Europa en este momento. Una misión que cada país ha puesto en marcha en diferentes momentos. En España, el día 13 de marzo, quince días después de superar la treintena de casos registrados –y cuando ya se contaban 5.200 contagiados–, el Gobierno de Pedro Sánchez anunció que implementaría medidas drásticas que impedirían el movimiento libre de millones de personas.
Corea del Sur tomó las primeras medidas cuando tenía alrededor de 200 enfermos
Italia tardó dos días más en reaccionar: llevaba 17 días enfrentando al virus y contaba con más de 9.000 contagiados cuando el día 9 de marzo decidió aislar a 15 millones de habitantes en la región de Lombardía. Francia, por su parte, lo hizo todavía más tarde, cuando llevaba dieciocho días con el umbral de los 30 casos superados.
El lunes 16 de marzo, un día después de haber celebrado la primera vuelta de las elecciones municipales y cuando el país ya contaba con más de 6.600 contagiados, Macron anunció medidas de confinamiento. El país de la Unión Europea más lento en reaccionar y que al cierre de esta edición ya reunía más de 21.000 casos es Alemania, que el decimonoveno día después de que el virus golpeara el país tomó las primeras medidas.
España ha sido el país europeo que antes a reaccionado a la epidemia
Con más de 7.000 contagiados, el lunes 16 de marzo Merkel anunció el cierre de comercios, parques y locales de ocio en Alemania. En el conjunto de Europa, los países han tardado alrededor de 15 días o más en reaccionar y, como consecuencia, la curva del coronavirus sigue aumentando de forma exponencial, según los datos recabados por la Universidad John Hopkins.
Al otro lado del mundo, el país que más rápido ha reaccionado, y de los pocos que por el momento ha conseguido aplanar la curva sin que llegue a descontrolarse el número de casos, ha sido Corea del Sur. Impuso medidas de restricción de movimiento el cuarto día y cuando tenía alrededor de 200 enfermos.
Con esos datos, el ayuntamiento de la ciudad más afectada, Daegu, tuvo suficiente para pedir a sus 2,5 millones de habitantes que no salieran de casa. Un día más tarde lo hizo Seúl, la capital del país, en la que viven un total de 9,7 millones de personas. La velocidad y la efectividad del país a la hora de analizar masivamente a su población para detectar sospechosos de coronavirus son fruto de la experiencia.
En 2003 la economía coreana sufrió las graves consecuencias del brote de SARS, que dejó como legado un aprendizaje transcrito en un estricto protocolo de actuación en caso de epidemia. En el caso de Europa, el pecado ha sido la inexperiencia, que se ha traducido en una respuesta tardía a la epidemia.
Sanidad espera que el número de contagiados deje de aumentar un promedio del 34% cada día, como lo ha hecho en los últimos 20 días
Una flaqueza con graves, aunque todavía inciertas, consecuencias ya que la velocidad de reacción es determinante en términos de propagación del virus. Cada día suma, y mucho. En España, como se decía con anterioridad, el número de afectados desde que se registraron más de 100 casos ha crecido un 34% de promedio cada día. Esto significa que si un día superábamos los 100 casos, al día siguiente teníamos 135 y tras una semana el número de contagios había aumentado a más de 800.
En dos semanas, a más de 6.500 y en tres podría llegar a crecer hasta 54.500 si nada cambia. Pero lo que es peor: al tratarse de un crecimiento exponencial, una cuarta semana a este ritmo nos acercaría al medio millón de afectados. Esta situación es extensible a los países europeos que reúnen más casos, donde también se ha registrado un incremento diario superior al 30% de promedio.
Concretamente en Italia, Alemania y Francia –los países europeos que junto con España reúnen más contagiados–, el promedio de crecimiento es del 33% al día. En este escenario, la esperanza para España como para el resto de Europa es que la implementación de las medidas de control de la movilidad y el distanciamiento social reduzcan la velocidad de propagación del virus a porcentajes por debajo del 10%.
Conseguirlo más pronto que tarde es sumamente decisivo, ya que no es en absoluto lo mismo doblegar la curva con 50.000 afectados que hacerlo con 500.000. Algo que Corea del Sur parece haber conseguido ya: aplanar la curva al llegar a los 8.000 contagiados, momento en el que su crecimiento diario se redujo a menos del 1%. Esto supone que aunque la enfermedad siga propagándose, lo hará a una velocidad mucho más lenta: alrededor de 600 casos por semana.
China, al ser el primer país que enfrentó la desconocida enfermedad, ha superado los 80.000 afectados antes de ser capaz de frenar la curva
China también ha conseguido frenar los nuevos contagios tras casi tres meses de lucha. Sin embargo el gigante asiático, al ser el primer país que enfrentó la desconocida enfermedad, ha superado los 80.000 afectados antes de ser capaz de frenar la curva. Italia, que se encuentra a la cabeza de Europa, todavía no ha conseguido ralentizar la expansión del virus: lleva 30 días y ya suma más de 53.000 enfermos. Le sigue de cerca España, que a pesar de haber reaccionado antes sigue los pasos del país alpino. Con casi 25 días plantando cara a la epidemia ya suma más de 24.000 afectados.
El caso de Corea es un buen ejemplo de como la velocidad de reacción ha sido clave para controlar la propagación del virus. Sin embargo, el tiempo no es el único factor determinante. La intensidad y la minuciosidad en la aplicación de medidas de distanciamiento social, en la restricción de la movilidad y en las campañas de detección de contagiados también tienen incidencia directa sobre la expansión del virus. Aún así, no es lo mismo aislar un foco concreto que confinar a todo un país entero, de ahí la importancia de la capacidad de reacción: la velocidad hace que cualquier medida implementada sea todavía más efectiva para frenar la expansión del coronavirus.