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Un perro salvó la vida de su dueña al detectar que tenía cáncer

Una mujer de 65 años se hizo un chequeo médico luego de un comportamiento inusual de su mascota, un pastor alemán

Imagen de un pastor alemán

Clarín

Ella llevaba una vida normal. Nada la hacía sospechar que tenía un tumor. Sin embargo, un comportamiento inusual de su perro encendió las alarmas y le salvó la vida: le detectó cáncer de mama.

Linda Munkley, de 65 años, vive en Gales, Reino Unido, con su marido y cuatro ovejeros alemanes. Uno de ellos, Bea, se percató de que algo malo estaba ocurriendo en el cuerpo de su dueña.

“Un día estaba sentada en el sofá cuando Bea saltó y empezó a olerme y golpearme intensamente el pecho con su cabeza. Nunca había hecho algo así antes, así que era bastante inusual, pero en ese momento no pensé nada de eso”, le aseguró Linda a Wales Online.

No le prestó atención durante 8 días

No le prestó demasiada atención. Pero, con el correr de los días, la perra continuó haciendo lo mismo en reiteradas oportunidades. Entonces Linda decidió chequear si tenía algún bulto extraño en la zona.

“Pasaron ocho semanas con el mismo comportamiento de Bea dándome un cabezazo en el pecho y oliendo esa área específica hasta que un día sentí un bulto en uno de mis pechos”, le explicó la mujer al mismo medio.

Las sospechas de la mascota se convirtieron en realidad. Y los análisis confirmaron lo peor: “Fui a los médicos para que lo examinaran, así que lo analizaron y realizaron una mamografía y luego me avisaron que era una forma de cáncer de mama de rápido crecimiento y que había empezado a extenderse a mis nodos linfáticos”, contó.

Después del diagnóstico, la hija de la perra, Enya, empezó a hacer lo mismo que su madre: olía y golpeaba con insistencia el pecho de Linda.

Las perras, salvadoras

La protagonista de la historia tuvo que someterse a varias sesiones de quimioterapia. A partir de la tercera, sus mascotas dejaron de tener ese extraño comportamiento. Luego de seis meses, la mujer se curó. Y en parte gracias al diagnóstico precoz de sus perros, que tienen el olfato mucho más desarrollado que los humanos y, según estudios, pueden llegar a percibir sustancias que emite el cáncer.

“En una de las citas con mi médico le expliqué lo que Bea y Enya habían estado haciendo y la historia se extendió por todo el hospital. Mi médico se sorprendió y me dijo que debía ir a casa y agradecer a mis perros porque me habían salvado la vida (...) mi médico incluso dijo que era uno de los mejores casos que habían visto y tratado”, aclaró.

Ahora, la mujer debe continuar con un tratamiento para evitar que el cáncer regrese. “No hay palabras para describir lo agradecida que estoy con ambas, lo que han hecho es asombroso y realmente me han salvado la vida. Esto demuestra lo increíbles que son los perros”, dijo.