Miquel, el exitoso payés youtuber de 12 años que sufrió bullying
De Mallorca al estrellato
Este joven ha encandilado a los internautas con sus conocimientos sobre el campo
“Uep! Com va?”. Este es el grito de guerra con el que Miquel Montoro, un niño de 12 años enamorado del campo que se ha convertido en todo un fenómeno viral, da la bienvenida a sus seguidores en cada uno de los vídeos que sube a Youtube . Es tal el revuelo que ha formado este entrañable mallorquín en internet, que su canal ya cuenta con casi 27.000 suscriptores a pesar de contar solo con seis meses de vida.
“Nunca pensé que tendría tanto éxito”, admite risueño el joven a La Vanguardia. Montoro explica que fue un amigo el que le dio la idea de subir los vídeos a la red para “mostrar a la gente lo que es el campo”, y desde entonces publica uno a la semana (ya suma 24).
A pesar de su corta edad, Miquel acumula muchos conocimientos sobre el mundo rural. Cada fin de semana, él y su familia se suben al coche para recorrer los 12 kilómetros que separan Artà, donde residen, de la pequeña finca que tienen en Sant Llorenç des Cardassar para estar en contacto con la naturaleza y los animales. “El campo es mi vida”, asegura.
El joven tiene argumentos para todo aquél que no entienda su pasión por la vida campestre, sobre todo teniendo en cuenta que es un niño. “Así como a otros chavales les gusta jugar al fútbol, a mí me gusta el campo”, afirma.
De momento, asegura que el éxito no le ha subido a la cabeza. “Creo que lo llevo bien”, explica. “Sé que soy un niño normal y corriente, que le gusta hacer esos vídeos, subirlos, y que la gente aprenda de ellos”, añade.
Su madre, Sandra, corrobora que el pequeño continúa con los pies en la tierra. “Sigue haciendo su vida normal”. Eso sí, se mantienen vigilantes “porque no hay que olvidar que sólo es un niño”.
Miquel es todo un fenómeno en la isla. No en vano, aparece semanalmente en un programa de la televisión autonómica mallorquina que habla sobre la vida rural. “Se trata de un espacio que él miraba de pequeño. Cuando se lo propusieron, no cabía en él de alegría, se emocionó muchísimo”, relata Sandra.
En su pueblo se ha convertido en una especie de celebridad. “La gente me identifica por la calle. Me dicen, ¿tú eres Miquel? Me piden que siga así, que no cambie, y yo estoy muy contento”.
Es tal el éxito que ha cosechado, que un cantante catalán, Lo Pau de Ponts, le propuso grabar con él lo que al intérprete le gustaría que se convirtiera en la canción del verano. El vídeo, como todos los que sube Miquel, no tiene desperdicio.
Su hermana Laura, de 18 años, es la que le graba los vídeos. “Se puede decir que es mi mánager”, reconoce entre risas el joven. Fue uno subido el pasado mes de diciembre el que seguramente le catapultó al estrellato. Titulado Ses taronjes (las naranjas), Miquel explica en él cómo saber si una naranja es dulce o no. Su acento, su gracia, su soltura y su enorme capacidad comunicativa acaban por atrapar al internauta.
Miquel ahora disfruta de su popularidad, pero no hace mucho le tocó vivir una experiencia traumática. En el colegio, y durante cuatro años, algunos niños le hicieron bullying. “Se reían de mí y me insultaban porque estoy un poco gordete”. Ahora, los mismos que se metían con él, quieren ser sus amigos. “Yo les digo que no quiero porque me hicieron mucho daño en su momento”, arguye el joven.
“No es fácil ver a tu hijo así”, lamenta la madre. “Estuvimos muy cerca de él. Le dijimos que tenía que seguir adelante con sus ideas y sus convicciones siempre que no hiciera daño a nadie”, añade.
En esos duros momentos, Miquel tuvo la suerte de contar con los “buenos amigos” que tiene en la escuela. “En su vida cotidiana también tiene muy buenos compañeros”, celebra Sandra.
Más allá de lo que puedan pensar los demás, este joven mallorquín siempre ha hecho lo que le ha parecido correcto. A él le gusta llevar boina, y un día se presentó de esa guisa en el colegio. Aunque algunos se mofaron, él continuó llevándola. “En verano no se la pone porque hace calor”, comenta entre risas su madre.
Es tal la pasión que tiene por el campo, que la primera palabra que dijo de pequeño no fue ni papa ni mamá, sino tractor. “Fue horroroso”, comenta a carcajadas Sandra. “Su padre estaba super contento, pero yo le decía que no lo fuera contando por ahí”.
Miquel tiene claro lo que quiere ser de mayor: quiere dedicarse a restaurar tractores antiguos. “También le gustaría ser tornero”, apunta Sandra. De momento, ya se ha puesto manos a la obra. “Con su padre ya ha empezado a restaurar tractores”, relata la madre. “E incluso ha arreglado dos mobiletes”, añade. Con sus capacidades y determinación, lo que parece claro es que Miquel conseguirá ser lo que pretenda en esta vida.