Una soltera sorprende nada más llegar al equipo de 'First Dates' con una insólita revelación: ''Odio Zaragoza''
Cita a ciegas
Marina y Edgardo eran dos de los protagonistas de la noche del jueves en el 'dating show' de Cuatro
El tremendo dardo de una soltera de 'First Dates' tras llevarse un gran chasco: ''Lo mínimo que tienes que hacer es asearte y oler bien''
Marina en 'First Dates'
First Dates se ha convertido en el lugar perfecto para encontrar el amor. Muchas personas, cansadas de perder su tiempo en las distintas aplicaciones de citas, deciden presentarse al espacio de Cuatro con la esperanza de tener mejor suerte. Una de las protagonistas de la noche del jueves era Marina (49), una agente de atención al cliente natural de Gabón, pero afincada en Barcelona, que aún no había perdido la esperanza en el amor.
Nada más llegar, la soltera dejaba sin palabras a Carlos Sobera y a todo el equipo con una confesión totalmente inesperada. Tal y como explicaba, llevaba siete años viviendo en España, tiempo en el que había estado afincada en Zaragoza. Una ciudad que no era de su agrado y así se lo hacía saber al presentador.
Carlos Sobera y Marina en 'First Dates'
''No me ha gustado nada'', decía. ''¿No? A mí me encanta Zaragoza'', comentaba el presentador. ''Odio Zaragoza'', insistía Marina. Ante la animadversión de la soltera, Sobera mostraba interés en saber el motivo de este pensamiento. ''Zaragoza es maravillosa. ¿Qué te ha pasado en Zaragoza?'', preguntaba. ''El cierzo es lo peor de Zaragoza. Si le quitas el clima tremendo, igual me gustaría'', reconocía.
Tras este insólito momento, Marina confesaba que no estaba hecha ni para la cultura ni para la mentalidad de los hombres de Gabón. Por ello, quería conocer a un hombre completamente diferente con el poder tener una relación única y exclusiva. ''Por parte de mi padre tengo más de 30 hermanos'', reconocía. Su cita era Edgardo (50), un monitor deportivo de Venezuela que había decidido ser feliz.
Edgardo en 'First Dates'
Pero el soltero iba a ser incapaz de contagiar su felicidad a la soltera ya que no era de su agrado. ''Físicamente, no es lo que esperaba. No me gusta'', sentenciaba. Hechas las respectivas presentaciones, Sobera acompañaba a los solteros hasta su mesa, donde comenzaban la velada hablando sobre uno de los temas favoritos del soltero: el gimnasio.
Edgardo contaba que el objetivo de su trabajo era ayudar a las personas a tener una mejor nutrición y un mejor ejercicio físico para mejorar su salud mental y física. ''¿Perseguir autobuses cuenta como deporte? Tengo buenas piernas'', confesaba ella. ''Eso es genética'', replicaba. ''¿No tengo ningún mérito?'', decía ella entre risas a la vez que aseguraba ante el equipo que ''le hacía gracia el mito del cuerpo de los negros. ''No nacemos con este cuerpo bonito. He hecho mucho gimnasio, ejercicio y danza'', sentenciaba.
''Ella quiere a pesar de que su edad no le da para eso''
Marina y Edgardo en 'First Dates'
En el amor, tampoco parecían congeniar. Y es que Marina, que se definía como una persona bastante tradicional, quería pasar por el altar sí o sí y tener más hijos. ''Ya tengo dos chicos y me gustaría tener 3 chicas más'', contaba.
Algo que el soltero no estaba dispuesto a aceptar. ''Yo sé que no soy un viejo, pero tampoco un muchacho para ser padre. Quiero vivir mi vida y ser feliz. La energía para tener hijos ya la gasté. Ella quiere a pesar de que su edad no le da para eso'', aseveraba él. En la decisión final, ambos rechazaban una segunda cita por ser completamente opuestos en temas importantes.