Jamás un paso atrás, salvo que el enemigo se humille y ceda.
Este es el principio clave del manual que sigue Donald Trump y que aplicó con total fidelidad al amenazar este jueves con imponer aranceles del 200% a las bebidas alcohólicas procedentes de la Unión Europea (UE), cuestión que podría tener un fuerte impacto en la industria vitivinícola española.
El mandatario estadounidense no está dispuesto a frenar la guerra comercial, dirigida sobre todo a los aliados históricos, y progresa en la escalada con ese órdago en venganza por la decisión de la UE de imponer tributos del 50% a las exportaciones de bourbon, que serían efectivos a partir de abril.
Esa medida se adoptó ante los gravámenes establecidos esta semana por Washington al acero y el aluminio extranjeros.
Si los países dan réplica con aranceles, “el presidente los va a tratar con fuerza y con poder”, sostuvo Howard Lutnick, secretario de Comercio.
“Si lo hace infeliz, responde infeliz”, explicó sobre el comportamiento personalista de su jefe. Así que Trump no hace más que agudizar su retórica de enemistad contra los europeos, olvidándose de la cooperación que ha existido entre ambos tras décadas de cercanía y cooperación plena.
El país norteamericano es el tercer mercado exterior para las bodegas españolas
“La Unión Europea, una de las autoridades fiscales y arancelarias más hostiles y abusivas del mundo, que se creó con el único propósito de aprovecharse de EE.UU., ha impuesto unos asquerosos aranceles del 50% al whisky”, escribió en su plataforma Truth Social. Para Trump, los europeos no son aliados, son rivales.
“Si estos aranceles no se levantan de inmediato, EE.UU. impondrá aranceles del 200% en los vinos, champanes y productos alcohólicos procedentes de Francia y otros países que representan a la UE. Esto estará muy bien para los negocios del vino y el champán en EE.UU.”, alardeó respecto a una iniciativa que le está generando una notable caída de popularidad.
Poco después Trump hizo otro post para proseguir con esta escalada. “EE.UU. no tiene comercio libre, tenemos un comercio estúpido, el mundo nos está estafando”, insistió. “No me voy a doblegar en absoluto”, dijo luego en la Casa Blanca.
El impacto no tardó en llegar a la bolsa, donde cotizadas como LVMH (Moët & Chandon y Veuve Clicquot), Pernod Ricard o Remy Cointreau se dejaron de inmediato hasta el 4%. No fue algo exclusivo del sector porque el Dow Jones perdió 400 puntos nada más difundirse el mensaje de Trump.
Un portavoz de la UE afirmó que los ministros de Comercio de los países miembros ya habían establecido contactos con su homólogo en EE.UU. y que “se están preparando llamadas”.
“No cederemos ante las amenazas y siempre defenderemos nuestros sectores”, replicó en X Laurent Saint-Martin, ministro francés de Comercio.
La CE trata de reconducir la situación y este viernes hablará con la administración americana
Estados Unidos sigue siendo el principal importador mundial de vino y champán, con unas cifras anuales de más de 4.900 millones y 1.700 millones, respectivamente. En cambio, las exportaciones estadounidenses de vino son las quintas a nivel global, con alrededor de 1.000 millones, en tanto que los espumosos escasamente llegan a los 67 millones, en la posición número doce.
El impacto de este cruce de aranceles tiene todos los números de causar una enorme carga en los consumidores estadounidenses, que dependen mucho de la importación de bienes, más que en su manufactura.
Está por ver si las nuevas amenazas acaban por materializarse o se quedan en el terreno de la intimidación. Pero en todo caso, la estrategia de Estados Unidos ya ha logrado encender las alarmas en un sector que ha sufrido la guerra comercial de la anterior Administración Trump y que se juega una gran porción de ventas en el país norteamericano. España es el tercer productor mundial de vino y el primero en volumen de exportaciones, con un valor conjunto de ventas en el extranjero cercano a los 3.000 millones de euros en el 2023. Estados Unidos fue el tercer mercado exterior, sólo por detrás de Reino Unido y Alemania, según datos del ICEX.
De hacerse realidad el gravamen, significaría la salida “clara y efectiva”de los vinos españoles y europeos de todo el mercado estadounidense, valoró el director general de la Federación Española del Vino, José Luis Benítez. Catalunya y Andalucía estarían entre las comunidades más perjudicadas por estas tarifas. Por ello, las 950 bodegas que forman parte de la federación reclamaron a Estados Unidos y la Unión Europea que negocien y resuelvan sus disputas comerciales sin poner al sector como moneda de cambio. “No nos podemos permitir que un mercado tan importante para los vinos españoles como lo es el de Estados Unidos se vea afectado por represalias comerciales que no tienen nada que ver con nuestro producto”, argumentó Benítez.
Las bolsas reaccionan con bajadas en empresas del ramo y pérdidas en el Dow Jones
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, pidió en este sentido calma y atenerse “a los hechos” y no a los anuncios. La voluntad del ejecutivo español es la de negociar y llegar a un entendimiento, afirmó. Ahora bien, al Gobierno –subrayó– no le temblará el pulso en la defensa de los productores españoles si se acaban imponiendo sanciones.
Ahora, la Comisión Europea intenta evitar a toda costa este nuevo episodio en la guerra comercial. El comisario de Comercio de la UE mantendrá una conversación telefónica hoy con su homólogo estadounidense para intentar rebajar la tensión. “No nos gustan los aranceles porque son perjudiciales para las empresas y los consumidores”, declaró la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. “Siempre hemos dicho que defenderemos nuestros intereses, pero al mismo tiempo estamos abiertos a negociar”, aclaró.
En Catalunya, el sector del cava recibió la invectiva de Trump con gran preocupación. Las últimas cifras de ventas situaban Estados Unidos como tercer país donde más botellas se exportan, según datos del Consell Regulador.
La incertidumbre de la política comercial de Trump ha hecho que el sector del vino y el cava active ya planes de contingencia, con la búsqueda de nuevos mercados como Canadá, México o Brasil.